Hay un único modo de ser sacerdote: el modo de Jesús Buen Pastor

viernes, 18 de abril de 2025

18/04/2025- En un clima de fraternidad y reflexión, compartimos el testimonio de quienes han decidido responder con un “sí” generoso al llamado sacerdotal. Desde el Seminario Mayor de Córdoba “Nuestra Señora de Loreto”, el padre Sergio Colmenares y el seminarista Fabricio Maidana nos relatan el camino interior que los llevó a abrazar esta vocación de entrega.

El padre Sergio, formador en el seminario, señala con claridad que el modo de ser sacerdote “es uno, y es el modo de Jesús, el Buen Pastor”. Y cuando nos vamos alejando de ese modo y empezamos a tener un modo más protagonista, agrega el padre, ahí es cuando uno tiene que decir desde la humildad: “no, me estoy desviando del camino”.

Fabricio, en plena etapa formativa, destaca cómo el Seminario y la misma comunidad moldean el corazón: “el Seminario tiene eso que es muy hermoso, que te va acompañando procesualmente. No te manda a la cancha directamente, sino que te va acompañando, también para formarnos humanamente que es muy necesario”. En esa línea, también señala lo vivido en su llegada a la parroquia: “apenas llegué a la comunidad, el sacerdote me dijo: ‘No te voy a decir sentite como en tu casa, porque esta es tu casa’”.

En ese sentido, ambos coinciden en la importancia del acompañamiento. “El pueblo de Dios es quien también nos sigue formando, nos cuida, nos dice ‘te estás yendo para otro lado’”, afirma el padre Sergio. La formación permanente, como destacan, es un proceso que dura toda la vida.

En este caminar, la imagen de Jesús es la guía constante. “La imagen de Jesús de la Última Cena, lavando los pies, quedando Él mismo en el pan (…) esa imagen nos tiene que ayudar a no perder el servicio para el pueblo”, comparte Fabricio.

La vocación sacerdotal, lejos de ser un ideal inalcanzable, nace de lo cotidiano, de la escucha y del encuentro. “Surge desde el pueblo, desde una comunidad, desde la vida cotidiana, no nos tenemos que olvidar de eso”, señala Fabricio. Y el padre Sergio completa: la única certeza es que Dios nos quiere felices. El dónde, Él lo irá mostrando”.

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