29/04/2022 – Hoy, en “Historias de santidad”, conocimos la vida de Armida Barelli, fundadora de la Juventud Femenina de Acción Católica y cofundadora de la Universidad Católica del Sagrado Corazón de Milán.
La Dra. Silvia Correale es la postuladora de su causa de canonización y, desde Milán, nos trajo una semblanza de la vida y de la obra de quien será proclamada Beata este sábado 30 de abril, en una celebración presidida por el Cardenal Marcello Semeraro, Prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos, en el Duomo de Milán.
“Hasta el final de su vida ella cooperó con toda su fuerza para el crecimiento del Reino de Dios y fue avanzando en su vida de santidad porque todo lo que hacía lo hacía con mucha generosidad, perseverancia y con mucha alegría en el ejercicio de las virtudes cristianas”, señaló Silvia Correale.
“A las jóvenes de la Acción Católica les había puesto un trípode: heroísmo, eucaristía y apostolado. Sabemos que ese heroísmo que ella proponía lo alcanzó cumpliendo la voluntad de Dios y gastándose por la Iglesia, gastando esos talentos que el Señor le había dado. Tenía una gran fe en Dios que nutría con una gran devoción a la Palabra de Dios y a la Liturgia y de hecho funda otra obra para dar cursos en las parroquias, para que la gente conozca la riqueza de la liturgia, para que la viva profundamente. Aún existe esta obra”, puntualizó.
Armida fue fundadora de los primeros círculos de la Juventud Femenina de Acción Católica que, en septiembre de 1918, por orden del Papa Benedicto XV, se extendieron por toda Italia. Una mujer dócil a la acción del Espíritu Santo y con una ferviente devoción al Sagrado Corazón.
Fue además cofundadora en 1921, junto al padre Agostino Gemelli, de la Universidad Católica del Sagrado Corazón de Milán.
“Era muy generosa, muy disponible, tenía mucho carácter y lo supo transformar en una firmeza de voluntad. Tenía una inteligencia práctica que puso al servicio de la Iglesia.”
La Dra Correale manifestó que “Armida cumplió con todos sus deberes cotidianos con decisión. Pero todo esto surge porque ella amaba muchísimo al Señor. Y en su juventud había escrito una frase: “Me encanta en el alma el amor del Señor”. Y ese canto en ella no se interrumpió jamás. Al contrario, se transformó en algo más armonioso, más fuerte y más perfecto con el pasar de los años y con la multiplicación de su compromiso apostólico”.
La Dra. Silvia Correale es Doctora en Derecho Canónico especializada en procedimientos de canonización y es la postuladora de la causa de Armida Barelli
Te invitamos a escuchar el programa completo en el audio que acompaña esta nota