30/06/2017 – Éste fue el tema que se abordó en el programa “Hoy puede ser” durante el ciclo de Adicciones. Estuvieron presentes el Padre Pablo Viola, miembro de la pastoral de Adicciones de la Arquidiócesis de Córdoba y Pablo Vidal, coordinador del área de abordaje comunitario de las Adicciones de Cáritas Nacional e integrante del Hogar de Cristo.
“La marihuana es una droga de moda que tiene un impacto muy grande en la vida de los jóvenes. Las estadísticas demuestran que; junto al alcohol, la marihuana es una droga de inicio”, señaló Pablo Vidal.
El especialista diferenció entre el uso, el abuso y la adicción a la droga: “El uso tiene que ver con un momento esporádico o puntual, para probar. Respecto al abuso, se manifiesta una intencionalidad en el consumo, la persona ya sabe lo que va a consumir. Y la adicción se produce cuando la persona ya no puede dejar de consumir”.
“Lamentablemente, el cigarrillo de marihuana está muy aceptado. Por diferentes campañas mediáticas se perdió la dimensión del riesgo que implica. Pasó al revés con el tabaco, cuya dimensión de riesgo aumentó”, explicó Pablo Vidal.
En este sentido, el padre Pablo Viola dijo que la fuerte presencia de la marihuana lo lleva a pensar en lo que significa como estilo de vida para los jóvenes: “Me dicen marihuana y pienso en la desmotivación de los jóvenes, en la falta de sentido y el vacío de los chicos. Tenemos que preguntarnos qué quiere expresar o decir nuestro familiar que está consumiendo. Mas allá del consumo hay que poder hablar, saber qué están sintiendo”.
Muchos papás se preguntan cómo darse cuenta cuando sus hijos consumen y cómo reaccionar al respecto. “Los padres que conocen a sus hijos, saben cuando se están comportando de manera diferente porque no están presentes como antes, pierden amistades, les va mal o faltan al colegio. Y si vemos que tienen los ojos rojos, enseguida caemos en el riesgo de preguntarles directamente si están consumiendo. Esto no es lo más recomendable porque el chico lo recibe como un control. Cuando se perciba un comportamiento diferente, antes de hablar con ellos, lo mejor es entrar en diálogo con otros actores que están presentes en la vida de nuestros hijos”, aconsejó el Padre Pablo.
Y Pablo Vidal agregó: “El mayor riesgo es encerrarnos en respuestas individuales. Otro riesgo grave es la negación del problema. Frente a esto, no podemos quedarnos solos. Hay que buscar ayuda, dejarse acompañar, generar diálogos, no ir de frente pero no negar”.
Por otro lado, al hablar de los daños que genera la adicción, el Padre Pablo explicó que los chicos conocen los efectos de la marihuana pero el consumo va mas allá de lo meramente informativo. “La persona encuentra en el consumo algo que no encuentra en otro lado: placer o motivos para vivir. En el tratamiento no solamente tenemos que enfocarnos en los efectos del consumo, sino enseñar a gozar y disfrutar de los valores, mostrar una experiencia concreta, real y verdadera de la vida. Las drogas tienen mucho de autoengaño, de falsa felicidad pero ¿qué les está aportando a nuestros jóvenes que nosotros no estamos logrando ofrecer?”, preguntó.
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