Homenaje a Monseñor Zazpe

martes, 17 de febrero de 2009
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HOMILIA DE MONS. ZAZPE CONGRESO MARIANO 1980

 Querida juventud de Argentina y de Chile, estamos meditando los misterios del Rosario es decir los momentos más significativos de la historia de Salvación, cuyos agentes pensantes son El Padre, El Hijo y El Espíritu Santo,

 El protagonista y artesano Jesucristo y María la Madre de Jesús, colaboradora asociada en un rol coprotagonico. El Rosario es la visualización popular de la historia de Salvación, proyectada desde la eternidad por el Padre, culminada por el Verbo hecho carne, animada por el Espíritu Santo y encomendada a la Iglesia para actualizarla en cada época y prolongarla hasta la Parusía donde el tiempo se hará eternidad. La historia se transformara en liturgia celestial, la evangelización será contemplación y el amor incipiente amor consumado. El Rosario es la contemplación de la fidelidad de Cristo y María al plan de Dios, a su proyecto a su voluntad. El Rosario es también una interpelación acuciante a asociarnos nosotros a ese plan, porque debe ser actualizado y proyectado para el Hoy de nuestras Patrias. ¿Que significa evangelizar un mundo moderno como enseña la Evangelii Nuntiandi? ¿ Que significa evangelizar América Latina como propone el Documento de Puebla ? ¿ Que significa el lema a Cristo por María que define nuestro Congreso Mariano Nacional?. Evangelizar es actualizar la Historia de Salvación, descubrir la posibilidad de reconducir la compleja historia contemporánea la aventura de renovar la cultura, de transformar el hombre, de recrear la familia, de movilizar la juventud. Es evangelizar los criterios, los valores determinantes, los puntos de interés, las líneas de pensamiento, las fuentes inspiradoras y los modelos de vida. Evangelizar es llegar a las raíces, meterse en las raíces y animar desde las raíces.

 Evangelizar es proclamar la verdad de Cristo a la juventud de hoy, mostrar la verdad de la iglesia a la juventud de hoy, y manifestar la verdad de la juventud, a través de otra juventud evangelizada y renovada.

 Evangelizar es soñar que siempre es posible lo imposible, que la historia sigue en manos del Señor, que la violencia es debilidad, y la simplicidad es fortaleza, que el erotismo es neurosis y la limpieza de corazón es salud, que el amor es mas fuerte que el odio, y que una mínima expresión de la gracia vale mas que toda la Creación. ¿Quiénes son los responsables de actualizar la historia de salvación?. ¿ Quiénes serán sus agentes en la situación contemporánea?: el Episcopado, los presbíteros, los consagrados, los empresarios, los gobernantes, los artistas, la familia, pero de un modo especial la Juventud. Pero no cualquier juventud, el Evangelio es Vino Nuevo que requiere odres nuevos, El Evangelio es género Nuevo que exige traje Nuevo, El Evangelio es creación Nueva, hombre Nuevo, Vida Nueva. El Evangelio no es remiendo, no es chafalonería, no es retoque, no es barniz. El Evangelio es desplazar el tener más por el ser más, es reemplazar el consumo por la oblación, el usufructo por el servicio, y el placer por el deber.

 Evangelizar es ubicar valores y derribar antivalores, descubrir la grandeza de la vida y marginar la estupidez de ciertas vidas. El Evangelio puede ser consignas para mayores y lo es, pero parece muy propio de los jóvenes. ¿ Por que? Porque en la juventud el pensamiento puede ser más abierto, la imaginación más creativa, el corazón más limpio, la intención más sincera, los compromisos más auténticos, y el Evangelio exige Apertura, Imaginación, Limpieza. Sinceridad y Autenticidad.

 Desde María Joven, desde María Novia, desde María Creyente, desde María Servidora y Oferente la iglesia de nuestros países quiere preparar una juventud que transforme la historia difícil y compleja de las naciones en historia de Salvación.

 Pero lamentablemente la Argentina cuenta también con juventudes biológicamente juveniles, pero espiritualmente envejecidas, empobrecidas por el consumo, masificadas por la imitación, frágiles de voluntad, pigmeas de ideales y sin garantías de futuro. Transformar la realidad nacional en historia de Salvación es empresa de fuertes, de magnánimos, de soñadores, de decididos. Hay que recrear a la juventud desde la juventud, el amor desde el amor, el noviazgo desde la pareja, la familia desde el matrimonio, la educación de los hijos desde el testimonio de los padres, la profesión desde el servicio, la política desde la inquietud social y el orden social desde la participación juvenil.

 Pero no será fácil recrear y renovar los valores con sus expresiones institucionales, habrá que proyectar y vivir una familia unida, estable, fecunda y evangelizadora en medio de familias desmoronadas, inestables, egoístas y descomprometidas.

 No será fácil recrear la profesión cuando el entorno mercantiliza y comercializa.

 No será fácil hacer del noviazgo una preparación responsable y delicada para amar, como Cristo a la Iglesia y como la Iglesia a Cristo, cuando alrededor el noviazgo es chapucería, crema pastelera o cloaca.

 No será fácil hacer del hogar una pequeña iglesia doméstica cuando los hogares son mera costumbre y tradición.

 No será fácil tener valores personales en medio de una asfixiante masificación, ser morales en una atmósfera de amoralidad, pensar en cristiano cuando la mayoría piensa en pagano, mantenerse firme si el entorno claudica, ser honestos cuando la venalidad parece cubrir la sociedad.

 No será fácil responder al proyecto vocacional del Señor cuando las opciones se toman en referencia al éxito y al lucro. Para reformar la fisonomía familiar y social del país se requieren leyes, normas e instituciones. Pero sobre todo muchachos y chicas se necesitan modelos que muestren en vivo y directo que la renovación es posible, deseable, gratificante, estupenda y fecunda.

 Para renovar al país es necesario abolir primero las bienaventuranzas caducas y tramposas de la juventud.

 Con San Lucas podemos decir:

 

 * Ay de ustedes muchachos y chicas que ahora ríen porque después llorarán.

 * Ay de ustedes muchachos y chicas que ahora están satisfechos porque después tendrán hambre.

 * Ay de ustedes muchachos y chicas que ahora profanan el amor porque después lo lamentaran ustedes y sus hijos.

 * Ay de ustedes muchachos y chicas que ahora se despreocupan de las responsabilidades estudiantiles, laborales, patrióticas y sociales porque después la vida se volverá contra ustedes.

 * Ay de ustedes muchachos y chicas cuyas preocupaciones no pasan los límites de la patota, el baile, la salida o la cancha, porque un día se sentirán solos, vacíos y desgraciados y la patria los demandará.

 Para renovar al país es necesario proclamar las bienaventuranzas válidas y auténticas de la juventud:

 

 

 * Bienaventurados los muchachos y las chicas que hacen de la vida una ofrenda un deber y una oblación.

 * Bienaventurados los muchachos y las chicas que deciden su futuro orando, consultando y reflexionando.

 * Bienaventurados los muchachos y las chicas que postergan su noviazgo hasta consolidar su voluntad, disciplinar su afectividad y madurar su inteligencia.

 * Bienaventurados los muchachos y las chicas que optan por una carrera o un oficio para servir mejor a la comunidad.

 * Bienaventurada la juventud que se enamora de Cristo y quiere proclamar ese amor.

 * Bienaventurada la juventud que sufre cuando la Iglesia y la Patria padecen, y se alegra cuando la Iglesia y la Patria triunfan.

 * Bienaventurada la juventud que trabaja por la paz y la que tiene sed y hambre de justicia.

 * Bienaventurada la juventud que busca primero el Reino de Dios y lo demás lo considera añadidura.

 * Bienaventurada la juventud orante, penitente y eucarística.

 * Bienaventurada la juventud que prefiere perder el ojo, el brazo, el pie si ese ojo, pie o brazo son ocasión de pecado.

 * Bienaventurada la juventud que es fría o caliente porque la tibia será vomitada por el Señor.

 * Bienaventurada la juventud que como María se hace esclava de la Palabra del Señor.

 * Y Bienaventurada la Iglesia que cuente con semejante juventud porque el Señor hará grandes cosas con esa muchachada.

 * Bienaventurada la patria que cuente con una juventud renovada porque renovará su cultura, sus valores, sus instituciones, sus cuadros sociales, sus líneas de pensamiento, sus fuentes inspiradoras, sus modelos de vida y recuperara asi su identidad nacional y cristiana.

 * Felices ustedes los jóvenes con alma de pobres porque de ustedes es el Reino de los Cielos.

 * Felices ustedes los jóvenes que ahora sufren porque serán consolados.

 * Felices ustedes los jóvenes que ahora son incomprendidos, insultados y hasta odiados por la causa del Hijo del Hombre, porque les espera una gran recompensa en el cielo.

 * Felices ustedes los jóvenes que proclaman la grandeza del Señor.

 * Felices ustedes que se alegran en Dios el Salvador, porque a ustedes los miró y los amo Aquel que es Poderoso.

 * Felices ustedes porque ha obrado con los jóvenes cosas estupendas aquel cuyo nombre es Santo y cuya misericordia se extiende de generación en generación.

 Con ustedes desplegó el poder de sus brazos y aniquiló los planes de los soberbios. Con ustedes derribó a los potentados de sus tronos, ensalzó a los humildes y colmó de bienes a los hambrientos.

 A ustedes los colocó Dios en la vanguardia de su nueva Israel, la Iglesia, para realizar sus designios misericordiosos como lo había prometido a nuestros padres y a sus hijos por siempre jamás.

 Concluyamos este mensaje en torno a María la Madre de Jesús y Nuestra Madre. Ella es la gran convocante de la juventud argentina en todos los rincones de la patria. Su casa de Lujan, del Valle, De Itatí, del Rosario, de Guadalupe y de Sumampa manifiestan su extraordinario poder de convocatoria. María convoca a la juventud para caminar juntos hacia su Hijo, para seguirlo, imitarlo, identificarse con Él y proclamarlo.

 Esta noche nos ha llamado para entrar con sus misterios de Gozo, de Dolor y de Gloria porque toda vida humana es un tejido de alegrías y dolores.

 Queremos compartir con María sus misterios Gozosos, pero queremos que Ella comparta con nosotros nuestros gozos, queremos compartir con María sus Dolores, pero queremos que Ella comparta con nosotros nuestras penas, queremos compartir con María la Gloria de su Asunción, queremos tener con Ella nuestra asunción y vivir junto a su hijo en la Gloria Celestial.

 El Rosario existencial de la juventud aquí presente quizá todavía ha desgranado nada más que las cuentas de sus misterios de Gozo. El gozo de vivir, el gozo del bautismo, el gozo del perdón y de la Eucaristía, el gozo de tener un padre y una madre, el gozo de una novia, el gozo de ser Iglesia, el gozo de ser joven, el gozo de soñar y de proyectar y el gozo de sembrar.

 Señora del Rosario, prepáranos para los futuros misterios del Dolor, el misterio de perder a nuestro padre o a nuestra madre, el misterio de pecar y de traicionar, el misterio de descubrir dolorosamente la vocación y hasta el misterio de errar la vocación, el misterio de llorar, el misterio de la soledad y el misterio de morir.

 Señora y Madre nuestra prepáranos para nuestros misterios Gloriosos, el misterio de vivir siempre en gracia, el misterio de prometer y cumplir lo prometido, el misterio de ser llamado a la vida sacerdotal o consagrada, el misterio de vivir la profesión como servicio y el trabajo como ofrenda, el misterio de ser padre y ser madre, el misterio de presidir la mesa familiar, el misterio de recibir un nuevo hijo y el misterio también glorioso de perder un hijo, el misterio de ser siempre joven en el corazón, el misterio de encanecer sonriendo y de morir bendiciendo, el misterio de resucitar como Cristo y María con Cristo y María.

 La juventud Argentina quiere seguir contemplando los misterio de María y prolongarlos en la propia existencia juvenil.

 Señora del Carmen, de la Merced, del Milagro, de la Paz, de Fátima, de Lourdes, Auxiliadora, Señora de la Pura y Limpia Concepción y de la Gloriosa Asunción, Señora de Belén, de la Cruz y de Pentecostés, la juventud de Salta, Jujuy y Tucumán te prometen fidelidad, la de Misiones, Corrientes, Chaco y Formosa te aclaman como Madre, la de Córdoba, Santiago, San Luis, Mendoza y San Juan se acogen a tu protección, la juventud de Tierra del Fuego, Santa Cruz, Chubut, Neuquén, Río Negro y Malvinas te juran por patrona, la juventud de Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos, se declaran contemplativa de tu persona, enamorada de tu magnificat y evangelizadora de tu hijo. Y la juventud de Chile que ha venido esta noche te proclama Señora y Reina de la Paz.

 Todos nos juramentamos a verte en nuestras madres, amarte en nuestras novias, a servirte en nuestros pobres, a honrarte en nuestra Iglesia y a ofrendarte nuestra juventud.

 La juventud Argentina y de Chile con María, la juventud de Argentina y Chile de María, la juventud de Argentina y Chile para Cristo por María.

 


 

El sábado 24 de enero, al cumplirse 25 años de la muerte de monseñor Zazpe, párroco porteño, primer obispo de Rafaela, arzobispo de Santa Fe y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), el arzobispo de Buenos Aires y presidente de la CEA, cardenal Jorge Mario Bergoglio SJ, presidió la celebración de una misa en su memoria en la catedral metropolitana.

NuevoEncuentro 28/01/09

Buenos Aires, 27 Ene. 09 (AICA)

Card. Jorge Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires

El sábado 24 de enero, al cumplirse 25 años de la muerte de monseñor Zazpe, párroco porteño, primer obispo de Rafaela, arzobispo de Santa Fe y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), el arzobispo de Buenos Aires y presidente de la CEA, cardenal Jorge Mario Bergoglio SJ, presidió la celebración de una misa en su memoria en la catedral metropolitana.

En su homilía, tras hacer referencia a las lecturas bíblicas del domingo en las que se habla de los profetas enviados por Dios para anunciar la verdad, y del llamado que hizo Jesús a sus Apóstoles “para que lleven la luz del Evangelio, la profecía del momento, a cada situación histórica”, el cardenal Bergoglio hizo un encendido elogio de monseñor Zazpe. “Hoy esta misa -dijo- la celebramos en recuerdo, en sufragio y en gratitud a Dios por el alma de un profeta, de un obispo profeta, de un hombre que trató de ser fiel al llamado de Jesús a ser pescador”.

Porque “el adjetivo -continuó diciendo- que según mi juicio le da más gloria a uno que quiere seguir de cerca a Jesucristo en el presbiterado o en el episcopado es, precisamente, ser operario del Reino ¡Un trabajador del Reino de Dios! Jesús invita a sus apóstoles a eso, y monseñor Zazpe con su sencillez fue eso. Preparaba su predicación con la misma sencillez y hondura con que barría la vereda todas las mañanas en su parroquia de Lourdes, en Belgrano. ¡Un trabajador a disposición del pueblo de Dios!”

“Pero lo que hace señera la figura de Zazpe es que ese trabajar fue creciendo, creciendo. Creciendo hasta que Dios lo puso en una coyuntura difícil. Y Zazpe dijo que sí. Dijo que sí al Evangelio, dijo que sí a la llamada de Dios. Y porque sabía que todo mesianismo es un fraude antropológico, no se dejó enganchar por ningún mesianismo político de su época. Él sabia perfectamente que dentro de estos mesianismos anida la mentira, la corrupción, el fraude, la traición, la componenda, la venta de valores.

“Él se aferró al Evangelio, a las Bienaventuranzas. Como dijo alguien de él, cuando muchos miedosos que buscaban contemporizar callaban, él habló. Y cuando esos mismos, pasado el peligro se animaron a hablar, él calló: ¡profeta!. Y nunca habló desde la política, nunca desde la coyuntura social sino desde el Evangelio iluminando la situación social, iluminando la injusticia que se vivía, en cualquier tipo de mesianismo. Zazpe era así: un trabajador del Reino, un operario del Reino”.

El cardenal Bergoglio aseveró que monseñor Zazpe “no era ni de tal teología ni de tal otra teología: era de las Bienaventuranzas. Buscaba ser fiel al llamado de Jesús. Y por eso siguió el mismo camino de Jesús: Zazpe conoció la desconfianza de tantos cristianos e incluso colegas; Zazpe sufrió la difamación y la calumnia. Y él hizo como Jesús: callaba. Nunca se defendió. Puso su defensa en el Señor. Y su figura señera en ese momento, referencial, no porque fuera de tal o cual política o de tal o cual teología sino porque era del Evangelio, esa figura referencial se fue apagando como se apaga la voz de los profetas: cuando Dios quiere.”

“Yo le doy gracias al Señor concluyó el arzobispo de Buenos Aires- que a esta Iglesia argentina que siempre le tuvo miedo a la Cruz y siempre fue tentada de eludir la Cruz, le haya puesto un obispo señero como él. Que desde el Cielo él nos conceda la gracia de no temer la cruz, de no negociar eludir la cruz. La gracia de no vender la Verdad, de ser prudentes con la prudencia del Evangelio para decirla cuándo y cómo debe ser dicha. Y que nuestra única pertenencia sea siempre al Evangelio y a la Santa Madre Iglesia. Que esta Iglesia argentina mirando a esta figura crezca en valentía ante las cruces que se le presentan y que se le seguirán presentando”.

A continuación el texto completo de la homilía

El marco de las lecturas de este domingo es la profecía: Jonás que es enviado a anunciar la verdad sobre Nínive; los Apóstoles que escuchan a Jesús y son elegidos para ir a anunciar el Evangelio, la Palabra de Dios , la palabra profética , es decir, la que echa luz sobre la situación de cada momento. Es curioso: escuchan a Jesús cuando El ocupa el lugar de Juan. El evangelio de hoy comienza con esta frase: “.. después que Juan Bautista fue arrestado, Jesús se dirigió a Galilea”. El gran profeta, el hombre más grande nacido de mujer, según lo dijo Jesús, termina arrestado. Jesús va a echar en cara al fariseísmo como constitución político-ideológico-religiosa de su tiempo. Va a echar en cara la hipocresía que es, precisamente, el antídoto contra toda profecía. Y les va a decir: ustedes hipócritas, que levantan monumentos a los profetas que mataron a sus padres.

El profeta se tiene que jugar la vida y de estos elegidos, todos dieron la vida incluso Juan que no murió en el martirio pero dio testimonio en la persecución. El profeta avala con su sangre la verdad del Evangelio.

Y Jesús elige a los apóstoles, los primeros obispos de la Iglesia, para que lleven la luz del evangelio, la profecía del momento, a cada situación histórica distinta. Y varias veces, les va a decir que no se preocupen cuando los persigan porque el Padre los cuida, que no se preocupen cuando los lleven a la cárcel porque el Espíritu Santo les va a inspirar cómo se tienen que defender, pero que perseveren hasta el final.

Y hoy esta misa la celebramos en recuerdo, en sufragio y en gratitud a Dios por el alma de un profeta, de un obispo profeta, de un hombre que trató de ser fiel a este llamado de Jesús a ser pescador. Adviertan que Jesús les dice a los apóstoles: vengan conmigo que los voy a hacer pescadores de hombres. No les dice vengan conmigo que los voy a hacer capataces, que los voy a hacer patrones de estancia o ejecutivos de una gran empresa. ¡No! Les dice: ¡vengan conmigo a trabajar, a ser operarios del Reino!

Y el adjetivo que, según mi juicio, le da más gloria a uno que quiere seguir de cerca a Jesucristo, en el presbiterado o en el episcopado es ,precisamente, ser operario del Reino ¡Un trabajador del Reino de Dios! Jesús los invita a eso ( a los apóstoles) y monseñor Zazpe con su sencillez fue eso. Preparaba su predicación con la misma sencillez y hondura con que barría la vereda todas las mañanas en su parroquia de Lourdes, en Belgrano. ¡Un trabajador, a disposición del pueblo de Dios! Pero lo que hace señera la figura de Zazpe es que ese trabajar fue creciendo, creciendo,. Creciendo hasta que Dios lo puso en una coyuntura difícil. Y Zazpe dijo que sí. Dijo que sí al Evangelio, dijo que sí a la llamada de Dios. Y porque sabía que todo mesianismo es un fraude antropológico, no se dejó enganchar por ningún mesianismo político de su época. El sabia perfectamente que dentro de estos mesianismos anida la mentira, la corrupción, el fraude, la traición, la componenda, la venta de valores.

El se aferró al Evangelio, se aferró a las Bienaventuranzas. Como dijo alguien de él, cuando muchos miedosos que buscaban contemporizar callaban, él habló. Y cuando esos mismos, pasado el peligro se animaron a hablar, èl calló: ¡ profeta!. Y nunca habló desde la política, nunca desde la coyuntura social sino desde el Evangelio iluminando la situación social, iluminando la injusticia que se vivía, en cualquier tipo de mesianismo. Zazpe era así: un trabajador del Reino, un operario del Reino.

No era ni de tal teología ni de tal otra teología: era de las Bienaventuranzas. Buscaba ser fiel al llamado de Jesús. Y por eso siguió el mismo camino de Jesús: Zazpe conoció la desconfianza de tantos cristianos e incluso colegas; Zazpe sufrió la difamación y la calumnia. Y él hizo como Jesús: callaba. Nunca se defendió. Puso su defensa en el Señor. Y su figura señera en ese momento, referencial, no porque fuera de tal o cual política o de tal o cual teología sino porque era del Evangelio, esa figura referencial se fue apagando como se apaga la voz de los profetas: cuando Dios quiere. Como se apagó la voz del Bautista… ..“después que Juan Bautista fue arrestado”).

Y en ese tramo final, se pareció mucho a Juan Bautista: sabía que se hablaba mal de él; estaba preso de las murmuraciones. Conoció esa soledad del calabozo espiritual de quien no tiene voz para defenderse y Dios le pide paciencia porque El tampoco quiere defenderlo en ese momento. Y Zazpe muere así: en ese calabozo existencial de quien dijo todo lo que tenía que decir y ahora se le mandaba callar. Una suerte de martirio. Así como el Bautista va a morir por la veleidad de una bailarina y el capricho de una adúltera prostituta.

 Yo le doy gracias al Señor que a esta Iglesia argentina que siempre le tuvo miedo a la Cruz y siempre fue tentada de eludir la Cruz, le haya puesto un obispo señero como él. Que desde el Cielo él nos conceda la gracia de no temer la cruz, de no negociar eludir la cruz. La gracia de no vender la Verdad, de ser prudentes con la prudencia del Evangelio para decirla cuándo y cómo debe ser dicha. Y que nuestra única pertenencia sea siempre al Evangelio y a la Santa Madre Iglesia. Que esta Iglesia argentina mirando a esta figura crezca en valentía ante las cruces que se le presentan y que se le seguirán presentando. Que así sea