30/07/2025 – En el último encuentro de «¡Todos, todos, todos! Una mirada cristiana y humana de la discapacidad», conocimos algunos criterios, recursos y prácticas que contribuyen a la accesibilidad de nuestras parroquias.
Lucas Romero enfatizó que, si Dios condesciende y desea ser comprendido por todos, la Iglesia, como mediadora, debe proveer los recursos necesarios para que Él llegue efectivamente a cada persona. Citando la idea de que «lo que se recibe, se recibe al modo de quien lo recibe», se subrayó la importancia de la accesibilidad pastoral. Esto implica no solo contar con soporte técnico y humano, sino también con un cambio de mentalidad en las comunidades para comprender la relación con Cristo desde la perspectiva de la discapacidad. Romero destacó que la discapacidad es una condición portadora de una misión y una invitación a la comunión, lo que el Papa Francisco denomina el «carisma de la fragilidad».
La reflexión del encuentro puso de manifiesto que, si bien existen documentos de iglesias como la de Estados Unidos, Chile y España, e incluso del CELAM, sobre la discapacidad y la fe, en Argentina es crucial que la Iglesia local genere sus propios espacios de diálogo y reflexión. Actualmente, solo la Arquidiócesis de Buenos Aires cuenta con una comisión específica para personas con discapacidad, lo que indica la necesidad de un pronunciamiento más profundo y acciones pastorales concretas a nivel nacional. La invitación es a gestar espacios de consulta y comunicación con personas con discapacidad, siguiendo el espíritu sinodal, para desarrollar iniciativas que integren plenamente sus voces y necesidades.
El camino hacia una Iglesia más inclusiva implica varias dimensiones. En primer lugar, el testimonio, que no requiere un acceso sacramental y se basa en cómo se vive el Evangelio. Luego, el kerigma o primer anuncio, que invita a regresar a la Palabra y a los textos sagrados, utilizando la riqueza de imágenes que Cristo mismo empleó para revelar el Reino. La catequesis, por su parte, debe superar el modelo segregado de «catequesis especial» para adoptar un enfoque de convivencia, donde los apoyos específicos se utilicen dentro del mismo contexto compartido por todos. Esto implica repensar los horarios, los espacios (como el uso de luz blanca o la disposición en círculo) y los recursos de comunicación aumentativa y alternativa, como pictogramas y tabletas.
Finalmente, la vida comunitaria y el apostolado son esenciales. Las personas con discapacidad deben ser invitadas a asumir roles litúrgicos y pastorales, como monaguillos, coordinadores de grupos, lectores o cantores, siempre con discernimiento para evitar que su participación se reduzca a un gesto de ejemplaridad de la comunidad. Además, es fundamental promover una pastoral familiar que acompañe y acoja la experiencia de la discapacidad, ofreciendo espacios de escucha y desterrando la idea de que la discapacidad es un castigo. La Iglesia reconoce que aún persiste una visión asistencialista, y es imperativo transitar hacia una inclusión real donde las personas con discapacidad participen en los espacios de decisión y sean reconocidas en su capacidad de dar testimonio cristiano activo.
El encuentro subrayó la necesidad de un cambio de mentalidad en la Iglesia para aceptar la diversidad como una realidad creacional y fuente de riqueza. Documentos como el de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos (1998) ya plantean que para recibir la Eucaristía, basta con que las personas con discapacidad intelectual reconozcan el cuerpo de Cristo, incluso a través de gestos o silencio reverente, superando así la exigencia de la verbalización. De manera similar, se contempla que puedan confirmar su fe o expresar arrepentimiento de forma no verbal. Estos avances, aunque valiosos, demuestran que aún hay un largo camino por recorrer para que la Iglesia Argentina profundice su reflexión y acción pastoral específica, asegurando que nadie quede excluido de la experiencia transformadora de la fe.
¿Qué paso de conversión nos pide el Señor en el trato hacia las personas con discapacidad? ¿Qué iniciativas tienen nuestras comunidades para la participación de las personas con discapacidad? Para reflexionar y responder a estas preguntas nos acompañó Lucas Romero (@lucas_romero2020) de Potenciate Consultora.
Para escuchar el desarrollo completo de la noticia accede al video del inicio