Desesperadamente busco y buscoun algo, qué se yo qué, misterioso,capaz de comprender esta agoníaque me hiela, no sé con qué, los ojos. Desesperadamente despertandosombras que yacen, muertos que conozco,simas de sueño, busco y busco un algo,qué sé yo dónde, si supiéseis cómo. A veces me figuro que ya siento, qué sé yo qué, que lo alzo ya y lo toco,que tiene corazón y que está vivo,no sé en qué sangre o red, como un pez rojo. Desesperadamente le retengo,cierro el puño, apretando el aire solo…Desesperadamente, sigo y sigobuscando, sin saber por qué, en lo hondo. He levantado piedras frías, faldastibias, rosas, azules, de otros tonos,y allí no había más que sangre y miedo,no sé de qué y un hueco silencioso. Alcé la frente al cielo: lo miré y me quedé, ¡por qué, oh Dios! dudoso;dudando entre quién sabe, si supieraqué sé yo qué, de nada ya y de todo. Desesperadamente, esa es la cosa.Cada vez más sin causa y más absortoqué sé yo en qué, sin qué, oh Dios, buscandolo mismo, igual, oh hombres, que vosotros.