Infraestructuras y medio ambiente: una interrelación compleja

miércoles, 11 de mayo de 2022
image_pdfimage_print

11/05/2022 – Desde el viernes pasado, varios vecinos de la zona de Punilla (Cosquín, Bialet Massé, entre otras localidades de ese valle serrano) acampan en la localidad cordobesa de Molinari para protestar contra el avance de la construcción de la denominada Autovía de Punilla.

Los vecinos denuncian que policías les impidieron el paso a la zona y decidieron cortar la Ruta 38, a la altura del ingreso al camino que lleva a La Candelaria, por donde se accede a una de las etapas de la obra de la autovía de Punilla, camino a Characato.

Las personas que están manifestándose allí consideran que no han sido escuchadas por los Gobiernos nacional, provincial y locales, y temen que se vea destruido el bosque nativo y un asentamiento ancestral de los pueblos originarios.

En concreto, se reclama que la obra no avance hasta tanto el Poder Judicial responda al amparo presentado.

Desde el movimiento Laudato Si´ CUIDADO DE LA CASA COMÚN de las parroquias de Cosquín manifestaron su apoyo a los que reclaman en defensa y por el cuidado del ambiente natural.

Los integrantes de este movimiento consideran que los vecinos y las asambleas ambientalistas han realizado una gran cantidad de trámites administrativos y legales que no han sido respondidos ni por el Poder Ejecutivo ni por el Poder judicial de la provincia de Córdoba.

Y sostienen que hasta tanto la Justicia no se expida con un fallo definitivo, la obra no debería iniciarse.

Para conocer los argumentos de las personas que se oponen a esta obra, en defensa del ambiente, dialogamos con Adriana Arriaga, integrante de la Asamblea Ambiental Cosquín, bióloga y ex docente universitaria

Este caso de Cosquín abre nuevamente los interrogantes sobre la relación entre el denominado “progreso” y el “desarrollo” de las sociedades. ¿Son compatibles estilos de vida que proponen el respeto a la naturaleza y, a la par, obras que prometen mejorar la calidad de vida (o de viaje en auto, o para los vecinos de las localidades por donde ahora pasa la ruta)?

Desde hace siglos hemos visto que el paradigma del progreso y el desarrollo humano ha puesto a la infraestructura como pilar de la civilización moderna. Es el entorno que construimos a nuestro alrededor: las casas en las que vivimos, las rutas y caminos por las que viajamos y las redes que nos suministran agua y electricidad.

Pero, en algunos casos, el beneficio de la infraestructura tiene un costo muy alto. Cuando la infraestructura se planea, diseña, desarrolla o mantiene inadecuadamente pone en riesgo la vida silvestre, los hábitats y a nuestras propias comunidades.

Para plantear pautas de discernimiento acerca del “progreso” y “desarrollo integral” desde la cosmovisión franciscana y de Laudato Si’  conversamos con Daniel Emmerich, doctor en Ciencias Biológicas e Investigador Asociado en Instituto de Biodiversidad Neotropical.

Podés escuchar el audio de las notas completas a continuación…