Federico Wals y su familia se encontraron con el papa Francisco durante la visita apostólica a Chile, en enero pasado.
Lo dijo Federico Wals, quien durante seis años fue secretario de prensa del entonces Cardenal Bergoglio. “Sigue siendo el mismo, y lo extraño como si fuera mi padre”, aseguró. Y contó cuándo y cómo fue la única vez que vio realmente enojado a quien hoy es el Papa.
18/05/2018 – “Si el verdadero poder es el servicio, y el papa Benedicto XVI renunció cuando advirtió que ya no tenía las fuerzas suficientes, ¿por qué Francisco no haría lo mismo si lo considera de esa manera?”
Con este argumento, Federico Wals defendió su “intuición personal” que le sugiere que “cuando él (el Papa) sienta que su misión está cumplida, presentará la renuncia y volverá a la Argentina”. No obstante, este licenciado en Ciencias Políticas, de 37 años, que tiene una maestría en Comunicación, admitió que su intuición tiene mucho de “deseo personal de alguien que quiere a Jorge Bergoglio como un padre”.
Wals trabajó en el Arzobispado de Buenos Aires desde 2007 hasta 2014, y mantiene una relación de profunda amistad con el Papa, un vínculo que incluye a su esposa María Luz Fernández (a quién Bergoglio le impuso cariñosamente el apodo de “Paragua”, por su origen paraguayo) y a los tres hijos (una nena y dos varones) del matrimonio.
Un jefe muy particular
Sobre la base del conocimiento que tiene acerca de cómo piensa quien fue su “jefe” durante seis años, Wals reflexionó: “Yo creo que Benedicto abrió una puerta que es muy positiva, que Bergoglio podría seguir, porque si observa que ya no puede cumplir con el servicio que le encomendaron, él no se aferrará al poder y dará un paso al costado. Yo no tengo dudas de que presentará la renuncia y podrá volver a Buenos Aires”.
Entrevistado en el programa Conociendo a Francisco, de Radio María Argentina, Wals destacó la admiración que Bergoglio siempre ha tenido por Benedicto XVI: “Recuerdo que a mí no me gustaban algunas cosas de Benedicto, pero Bergoglio me decía: ‘No te equivoques, Benedicto es un gran papa, pero la gente no lo sabe reconocer. Tiene una humildad y una grandeza extraordinarias’. Y cuando Benedicto renunció, Bergoglio me dijo: ‘¿Viste? Te lo había dicho…, Benedicto es un gran papa y ahora lo vamos a extrañar’”.
Cuando se le preguntó cómo había conocido a Bergoglio, Wals dijo que la primera vez que lo vio, pocos días después de empezar a trabajar, lo encontró en una capilla de un hospital porteño, y que lo primero que hizo su “jefe” en esa ocasión fue invitarlo a rezar. “Fue antes de una celebración de Jueves Santo, de esas en las que les lavaba los pies a los enfermos”.
También relató el singular episodio en el que vio a Bergoglio “realmente enojado” porque el propio Wals le insistía con que se defendiera públicamente de las difamaciones que recibía de parte de un periodista que lo acusaba de haber “entregado” a dos jesuitas durante la dictadura militar.
“Yo -dijo Wals-, al ver que lo criticaban injustamente y él no se defendía, le insistí varias veces con que se comunicara con dos o tres dirigentes políticos que Bergoglio había protegido durante la dictadura, y les pidiera que salieran a defenderlo públicamente. Pero ante esa insistencia mía, él realmente se enojó y me dijo que la terminara con esa idea, porque él no podía pedirle a alguien que hiciera algo que no le salía espontáneamente del corazón”.
Algunas de aquellas personas que Wals quería que defendieran a Bergoglio salieron espontáneamente a hablar cuando el kirchnerismo salió a cuestionarlo apenas elegido Papa.
Sobre los gestos de Bergoglio, el exsecretario de prensa destacó varios: “Siempre, cuando tenía que viajar al Vaticano y le enviaban los pasajes para ir en primera clase, en el embarque del aeropuerto buscaba alguien y le cambiaba sus pasajes para viajar en clase turista”.
También recordó una frase “bergogliana” muy conocida por los colaboradores del entonces Cardenal: “Prefiero que pidan perdón a que pidan permiso”.
Escuchá la entrevista completa haciendo clic al audio que está encima de la foto.
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