Jacob, el hijo de Isaac

lunes, 3 de noviembre de 2008
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El lunes hablamos sobre Isaac el arquetipo del huérfano en la Biblia, y hoy vamos a continuar haciendo una reflexión sobre la masculinidad a partir de su hijo Jacob. En Isaac veíamos el modelo del hombre carente de padre, el hombre huérfano, todos pasamos por etapas de orfandad. Jacob, vendría a ser en la Biblia el prototipo del padre, pero el que llega a ser padre. Es muy lindo el itinerario de Jacob,  independientemente de todas las lecturas que se pueden hacer de la historia de Jacob, vamos a tomarlo como un modelo de masculinidad para compartir con todos  los oyentes. Jacob fue el típico “nene de mamá”, dicen que desde que nació fue el predilecto de su mamá, y la mamá hace toda una tramoya, aprovechando la ceguera de su esposo, para que la famosa bendición del padre que otorgaba la primogenitura, en lugar de caer en Esaú – a quien le correspondía – cayera  en Jacob. Entonces Jacob disfrazado  de Esaú, entra a buscar la bendición e Isaac se la da pensando  que es Esaú, y después Jacob tiene que huir porque la furia  que tiene Esaú cuando se entera es descomunal y allí comienza una ruptura entre Jacob y Esaú y entre  Jacob y su padre. Entonces la madre Rebeca, asustada, cuando ve el enojo y las consecuencias le dice, andate porque tu hermano te mata.
La madre, lejos de ser una mediadora de justicia es una mediadora de preferencias. Su razón tenía también para sentirse más cómoda con este hijo.  Es bueno esto para cuestionarnos nosotros como padres, como madres como docentes, sobre posibles preferencias o debilidades.  No hay que escuchar a los chicos cuando cada uno se queja de las supuestas preferencias entre los hermanos, esto es típico de la subjetividad de los hermanos que se la pasan en disputas por las atenciones y afectos. No es que haya que escuchar los reclamos de los chicos, pero sí es bueno indagar en nuestro corazón y darnos cuenta hacía donde se inclina y porque razón, porque especialmente en lo que hace a los hombres, nos vamos a dar cuenta aquí porque muchas veces los varones tienen “debilidad”  por uno de los hijos.
En  concreto Jacob huye, lo vemos totalmente perdido, se queda sin tribu, sin seguridad, se encuentra solo en el desierto en medio de la noche, sin las coordenadas básicas de tiempo y espacio. Este es el primer paso en el camino de su salida del seno materno, porque al salir de la casa paterna, en realidad  está saliendo de bajo de la pollera de su mamá y a partir de ahí acontecen algunas cosas en la vida de Jacob que son muy fuertes y muy importantes para tener en cuenta, porque cuando un “nene de mamá” deja la mamá, es un momento muy doloroso  y puede sentirse muy perdido, en una encrucijada desagradable, sentirse muy huérfano, pero es necesario.

En la huída del hogar materno él tiene una experiencia de Dios decisiva. Allí en medio de la soledad del desierto, en medio de la oscuridad de la noche, usando como almohada una piedra, el tiene un sueño en el que Dios le habla y le dice: “yo estoy contigo, te protegeré por donde vayas y haré que vuelvas a esta tierra, porque no te abandonaré hasta que haya cumplido lo que te he prometido” esto está en  Génesis 28 -15 y es muy interesante ver como Dios asume un rol paterno, el rol de compañía, de protección, y también aquí la promesa cumplida, la autoridad de la palabra. Todo esto para impulsar el camino del éxodo, de la partida porque esta es la fuerza de la paternidad, mientras que la maternidad tiende a retener, a cobijar, a sumergir en el nido afectivo, la paternidad impulsa a la conquista del mundo, a la ruptura con el vínc