04/07/2023 – Hoy Jesús aparece calmando tempestades. Nosotros también, como los discípulos, tenemos la sensación de que nos hundimos. No sabemos de dónde agarrarnos para no ahogarnos. El grito es desesperado. Las tempestades son personales, sociales, familiares.
Jesús subió a la barca y sus discípulos lo siguieron. De pronto se desató en el mar una tormenta tan grande, que las olas cubrían la barca. Mientras tanto, Jesús dormía. Acercándose a él, sus discípulos lo despertaron, diciéndole: “¡Sálvanos, Señor, nos hundimos!”. El les respondió: “¿Por qué tienen miedo, hombres de poca fe?”. Y levantándose, increpó al viento y al mar, y sobrevino una gran calma. Los hombres se decían entonces, llenos de admiración: “¿Quién es este, que hasta el viento y el mar le obedecen?”. San Mateo 8,23-27
Jesús subió a la barca y sus discípulos lo siguieron. De pronto se desató en el mar una tormenta tan grande, que las olas cubrían la barca. Mientras tanto, Jesús dormía. Acercándose a él, sus discípulos lo despertaron, diciéndole: “¡Sálvanos, Señor, nos hundimos!”. El les respondió: “¿Por qué tienen miedo, hombres de poca fe?”. Y levantándose, increpó al viento y al mar, y sobrevino una gran calma. Los hombres se decían entonces, llenos de admiración: “¿Quién es este, que hasta el viento y el mar le obedecen?”.
San Mateo 8,23-27
Que bien hace la presencia de una señal que lleva paz y armonía. Detrás de todas las señales de invitación a la confianza está Jesús, como hoy en el Evangelio en donde aparece irrumpiendo en la tormenta y diciendo “Basta, cállate”. De la misma manera lo hace en tu vida y la paz comienza a ganar el alma, sin que haya un motivo que este allí dando razón. Son las acciones de Dios en el corazón; cuando obra más allá de lo esperado .
San Ignacio decía que a veces uno puede prever la gracia que viene, tal vez como consecuencia de la oración constante o como fruto de un camino recorrido. Pero a veces, Dios obra por encima de toda causa previa, es una acción deliberada de Señor actuando por sobre todo lo supuesto. Algo así pasa en el Evangelio de hoy.
Cuántas veces te has encontrado tal vez preguntándote “¿Cómo salí de estas? La verdad no sé, no sabría explicarlo.” Así les pasa a los discípulos en el evangelio. ¿Cómo salieron de ésta tempestad? Gracias a Jesús que dijo basta.
Es bueno saber que Jesús está en nuestra vida y puede terminar con nuestro “no saber cómo seguir adelante”, con nuestro problemas, con nuestros dolores. Santa Teresa decía “Dios es capaz de hacer en un segundo lo que uno intentó hacer en 40 años.”
A uno le parece que anda viviendo la vida como si estuviera remando contra corriente, “remando en dulce de leche” solemos decir o escuchar. Ahí es donde hoy aparece Jesús detiene con autoridad, te salva del hundimiento y calma la tempestad, llevándote a un lugar nuevo, de paz y de calma.
Estamos en un momento difícil de la historia. Escaparle no tiene sentido, vivir sumidos en la preocupación tampoco, pero desde ese lugar vivamos con la expectativa de ese Jesús que es capaz de cambiar los acontecimientos porque es Señor de la historia y tienen poder y autoridad para hacerlo.
En medio de tanto alboroto social, que no es otra imagen que la de la tempestad del evangelio, nosotros podemos aportar nuestro granito con un gesto tan sencillo y fraterno como el de un mate compartido.El nuevo nombre de la paz se llama justicia social. En cada lugar hay una periferia de pobreza que nos espera para que vayamos a buscar al Cristo que sufre. Esa paz que andamos buscando y no sabemos dónde encontrarla está en donde menos nos imaginamos, en el territorio de los más pobres, de los que más sufren. Ahí la Pascua de Jesús se hace presente misteriosamente.
Cada uno de nosotros tiene en sus horizontes, además de los propios dolores, algún Cristo que le está pidiendo ser abrazado, escuchado, amado, atendido. ¡Vayamos a la periferia en busca de la presencia del Señor!
Estos tiempos que estamos viviendo de tormentas es bueno reconocer que Jesús está cerca y no es un fantasma, es una realidad concreta, el Señor está muy cerca tuyo y te invita a confiar. ¿Cómo nos damos cuenta que es Jesús? Por La Paz y la calma que trae Su presencia.
En medio de tu tormenta Jesús te dice “tené paz yo estoy a tu lado”.
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