Jesús y su mirada

martes, 9 de mayo de 2017

Pedro y Jesús

 

09/05/2017 – En la Catequesis de hoy, el P. Alejandro Puiggari invitó a centrarnos en la mirada de Jesús.

Hay muchos textos en los que aparece la mirada de Jesús:

Jesús miró a Pedro cuando lavaba las redes y allí comenzó la historia de amor. Jesús miró a Leví mientras estaba en la mesa cobrando impuestos. Jesús miró a la multitud en el monte y su mirada de amor se convirtió en las palabras más hermosas del evangelio. Jesús miró la fe de los 4 amigos que llevaban a su amigo y por su fe curó al paralítico; Jesús miró al joven rico que se acercaba con ansias de seguirlo y lo amó profundamente, pero quizás la historia quedó inconclusa porque el joven tenía otros amores que le impedían ser totalmente suyo. Jesús miró a la viuda llorando por su hijo único y se conmovió y mostró que tenía poder sobre la muerte. Jesús miró a Zaqueo en el árbol y lo sorprendió invitándose a comer a su casa. Jesús miró la viuda poniendo su única moneda en el templo y nos enseñó que no es tanto la cantidad sino el amor en la ofrenda, Jesús miró a la muchedumbre y se compadeció porque “estaban como ovejas sin pastor”. Jesús miró al ciego que estaba en el borde del camino y nos enseñó a nunca ser sordos ante los hermanos que están al margen. Jesús vio la barca que se sacudía y miró a los discípulos trayendo clama. Jesús miró a Pedro cuando lo negó pero lo miró con amor porque no niega el perdón a nadie. Jesús miró a su madre desde la cruz y desde allí nos confió a su cuidado.

¡Cuántas miradas que hay en el evangelio! Que lindo leer el evangelio en clave de mirada, porque en las miradas se expresa el corazón, y Jesús mira amando. Jesús no mira la muchedumbre sino que como Buen Pastor conoce a cada oveja por su nombre. A cada uno nos regala una mirada particular, mirada que invita a cambiar de vida, mirada que transforma. Siempre detrás de la mirada de Jesús hay un desafío.  

Dejarnos mirar

Para ser verdaderamente cristianos necesitamos encontrarnos con su mirada. Regalate un espacio para dejarte mirar por el Señor. También hoy Jesús nos mira a nosotros con el mismo amor con el que miró a cada uno de sus doce discípulos. Nos invita a ser discípulos y misioneros, sabiendo que somos de barro. No hay encuentro verdadero sin el encuentro con su mirada. Sin la mirada de Jesús nuestro corazón será incapaz de la misericordia, y seremos como los doctores de la ley que ni entran ni dejan de entrar.

La mirada de Jesús está llena de ternura y de misericordia. Comprende las debilidades pero invita a superarlas. Como a Pedro, hoy Jesús nos mira y nos pregunta “¿me amas?. Podemos decirle hoy “Señor, tú lo sabes todo, conocés mis pecados y debilidades, pero mirándote quiero decirte, que vos lo sabés todo, que sabés que te quiero”. 

Jesús los mira y les pregunta “¿Qué quieren?”. En esta mañana nos lo vuelve a preguntar. “¿Qué querés, qué buscás?”. “Vengan y vean” contestaron los discípulos. El Señor hoy nos invita a ir y ver, a estar con Él, a descansar en su mirada. Y ellos no se quedaron estáticos sino que fueron a buscar a otros.

Para cada uno el Señor, tiene una mirada especial: para el enfermo, el cansado, para el que lo busco, para el triste, para el que quiere seguirlo, para el que está arrepentido, para el que tiene un interrogante, etc. etc.) y hoy Jesús nos mira y nos dice “vengan y vean”..”está conmigo”… “déjate mirar por mi mirada”… “descansá en mi” que te quiero hablar al corazón.

Padre Alejandro Puiggari