Jóvenes y ancianos: arriesgar y soñar juntos

jueves, 3 de junio de 2021
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03/06/2021 – En un nuevo programa de “Enseñanzas desde el Magisterio de la Iglesia” concluimos hoy el capítulo Sexto de la Exhortación Apostólica “Cristo Vive” del Papa Francisco dedicada a los jóvenes y a todo el pueblo de Dios.

En el punto 188 de este Documento, el Papa Francisco expresa:

La Palabra de Dios recomienda no perder el contacto con los ancianos, para poder recoger su experiencia: «Acude a la reunión de los ancianos, y si encuentras a un sabio júntate a él […]. Si ves a un hombre prudente, madruga para buscarlo, que tus pies desgasten el umbral de su puerta» (Si 6,34.36). En todo caso, los largos años que ellos vivieron y todo lo que han pasado en la vida, deben llevarnos a mirarlos con respeto: «Ponte de pie ante el hombre de canas» (Lv 19,32). Porque «la fuerza es el adorno de los jóvenes, las canas son el honor de los ancianos» (Pr 20,29)”.

Sobre este punto el padre Javier dijo que encontrar una referencia para el camino en estos tiempos, es muy sano porque esa persona lo vio, lo entendió, porque ya lo maduró: “Lo que nos ofrecen es el camino allanado que es visión compartida y sabiduría acumulada. Es horizonte que se nos abre cuando encontramos este tipo de contactos que nos ayudan a transitar tiempos difíciles”, añadió.

Siguiendo con la lectura, el punto 189 expresa:n“La Biblia nos pide: «Escucha a tu padre que te dio la vida, y no desprecies a tu madre cuando sea anciana» (Pr 23,22). El mandato de honrar al padre y a la madre «es el primer mandamiento que va acompañado de una promesa» (Ef 6,2; cf. Ex 20,12; Dt 5,16; Lv 19,3), y la promesa es: «serás feliz y se prolongará tu vida sobre la tierra» (Ef 6,3)”.

Al respecto, el padre Javier expresó que hay que aprovechar la buena experiencia y saberse parar frente a ella y con ella para transitar tiempos como los que estamos viviendo.

“Al mundo nunca le sirvió ni le servirá la ruptura entre generaciones. Son los cantos de sirena de un futuro sin raíces, sin arraigo. Es la mentira que te hace creer que sólo lo nuevo es bueno y bello. La existencia de las relaciones intergeneracionales implica que en las comunidades se posea una memoria colectiva, pues cada generación retoma las enseñanzas de sus antecesores, dejando así un legado a sus sucesores. Esto constituye marcos de referencia para cimentar sólidamente una sociedad nueva. Como dice el refrán: “Si el joven supiese y el viejo pudiese, no habría cosa que no se hiciese” (CV 191).

Sobre este apartado, nos dijo el padre Javier: “La intergeneracionalidad es clave en las culturas desarrolladas. En las culturales orientales, por ejemplo, las grandes empresas establecen un lugar superior dentro del edificio corporativo al consejo de los ancianos que han transitado por esa labor”.

Sueños y visiones

El punto 193 de la Exhortación Apostólica «Cristo Vive» expresa: “Los ancianos tienen sueños construidos con recuerdos, con imágenes de tantas cosas vividas, con la marca de la experiencia y de los años. Si los jóvenes se arraigan en esos sueños de los ancianos logran ver el futuro, pueden tener visiones que les abren el horizonte y les muestran nuevos caminos. Pero si los ancianos no sueñan, los jóvenes ya no pueden mirar claramente el horizonte”.

Al respecto, el padre Javier resaltó la importancia de dar vitalidad a esas nuevas generaciones que se animan a transitar por lo que ven de los sueños de los ancianos construcciones de mundos nuevos.

“El sueño primero, el sueño creador de nuestro Padre Dios, precede y acompaña la vida de todos sus hijos. Hacer memoria de esta bendición, que se extiende de generación en generación, es una herencia preciosa que hay que saber conservar viva para poder transmitirla también nosotros” (CV 194).

El padre Javier señaló que el sueño del que habla Dios, “es un sueño de ojos abiertos, es un sueño de expectativas, de tensión hacia lo que vendrá, también de gestación de lo que vendrá. Por eso, el Papa Francisco pone a Dios creador como el primer soñador”.

Finalmente, otro de los puntos sobre los que hemos reflexionado fue el 195 donde dice el Papa Francisco: “Por eso es bueno dejar que los ancianos hagan largas narraciones, que a veces parecen mitológicas, fantasiosas –son sueños de viejos–, pero muchas veces están llenas de rica experiencia, de símbolos elocuentes, de mensajes ocultos. Esas narraciones requieren tiempo, que nos dispongamos gratuitamente a escuchar y a interpretar con paciencia, porque no entran en un mensaje de las redes sociales. Tenemos que aceptar que toda la sabiduría que necesitamos para la vida no puede encerrarse en los límites que imponen los actuales recursos de comunicación”

Al respecto, el padre Javier señaló que “es bueno saber contar también con breves y buenas historias que atraen y que generan atención en quienes desean buscar en el mundo de los valores y de los relatos vida que tenemos para ofrecer desde estos lugares”.

Te invitamos a escuchar el programa completo en el audio al inicio de esta nota.