02/01/2023 – Junto al Padre Alejandro Puiggari compartimos la Catequesis, hoy desde el evangelio de Juan 1, 19-28.
Este es el testimonio que dio Juan, cuando los judíos enviaron sacerdotes y levitas desde Jerusalén, para preguntarle: «¿Quién eres tú?» El confesó y no lo ocultó, sino que dijo claramente: «Yo no soy el Mesías.» «¿Quién eres, entonces?», le preguntaron: «¿Eres Elías?» Juan dijo: «No.» «¿Eres el Profeta?» «Tampoco», respondió. Ellos insistieron: «¿Quién eres, para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado? ¿Qué dices de ti mismo?» Y él les dijo: «Yo soy una voz que grita en el desierto: Allanen el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías.» Algunos de los enviados eran fariseos, y volvieron a preguntarle: «¿Por qué bautizas, entonces, si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?» Juan respondió: «Yo bautizo con agua, pero en medio de ustedes hay alguien al que ustedes no conocen: Él viene después de mí, y yo no soy digno de desatar la correa de su sandalia.» Todo esto sucedió en Betania, al otro lado del Jordán, donde Juan bautizaba.
Juan 1, 19-28
Juan aparece como el personaje central del evangelio de hoy, él está predicando en Betania y el evangelista pone el acento en que Juan es el “testigo”, el precursor.
Los sacerdotes y levitas le hacen muchas preguntas y él siempre responde que no es él. ¿Sos el mesías? No. ¿Sos Elías? No. ¿Sos el gran profeta esperado? No.
Juan quiere dejar claro que no es la luz, sino que es testigo de la luz, y esto es importante porque nosotros también en nuestra vida nos podemos ‘desubicar’, entonces es bueno saber lo que no somos.
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