La Alegría

jueves, 22 de mayo de 2008
ORACION DE INVOCACION DEL ESPIRITU SANTO

 

Padre Eterno,  te pedimos en el nombre de Jesús que extiendas tus  manos,  nos  des  el

Espíritu Santo para convertir los corazones y liberar a tu pueblo por el poder del nombre

De Jesús.

Dios Padre, en tu santo nombre, nosotros te pedimos con la fe que no es posible que se realicen entre nosotros las maravillas de Pentecostés, te pedimos que sanes y salves los matrimonios, que las familias se reconcilien y vivan unidas por medio de tu amor, que nuestros corazones sean curados y desaparezca todo odio y resentimiento hacia los demás. Que los oprimidos alcancen la libertad tan preciada que vos Señor nos ofreces, que todos los corazones se conviertan a la palabra de Dios y que vos Señor mores en ellos con el don de tu Espíritu Santo.

Cúranos Señor Jesús

Libéranos Señor Jesús

Sálvanos Señor Jesús.

Danos la gracia y la alegría que nos falta, danos la paz en nuestros corazones y en nuestras vidas.

Libéranos de tantos ruidos, que no permite que te escuchemos e introducimos en el silencio de tu corazón amoroso.

Danos el amor, el perdón, tu misericordia.

Ayúdanos a frecuentar las Eucaristías y los sacramento con verdadero fervor.

Danos el don de orar,  para comunicarnos con vos todos los días y entonos los momentos de nuestras vidas, queremos entrar en la oración continua, que brota de lo profundo de los corazones y que es realizada por el mismo Espíritu Santo.

Señor Jesús, en tu santo nombre te pedimos que nos enseñes por medio de tu palabra contenida en la Biblia, que cuando leamos tu palabra nos llenemos de tu amor, tu luz, tu alimento, tu sabiduría, tu Espíritu Santo.

Señor Jesús también te pedimos que aumentes en nosotros la fe, la esperanza y la caridad. Aumenta la perseverancia y que seamos hombres y mujeres llenos de tu Espíritu Santo para que podamos ser canales e instrumentos de paz social, de dialogo, entendimiento, reconciliación, en nuestra patria la Argentina.

Amen.

Maria reina de la paz, ruega por nosotros y por el mundo entero.

Amen

 

La Alegría

 

El Espíritu Santo que permanece en nosotros, justamente porque permanece nos hace estar siempre alegres.

Cuando el Espíritu viene, trae consigo la alegría serena, que no es esa alegría aturdidora del mundo.

Él mismo es la alegría y al darse comunica esa alegría de su ser a quienes se abren a su venida y sus dones.

La alegría es el segundo fruto de la cosecha del Espíritu, como decía Pablo VI, una alegría serena, profunda, que no es un rictus exterior, es una paz profunda, reconciliación profunda consigo mismo, con Dios, con los demás, con la creación.

¿Cuanto tiempo hace desde que te reíste a gusto por última vez?

 

¿Cuándo fue tu última carcajada?

 

No se trata de una risa bullanguera, provocada, obligada por seguir la risotada del grupo, sino risa sincera espontánea, sana, agradecida que brota desde adentro, abre el rostro, sacude el cuerpo con un relámpago de bienestar que lleva a cada nervio, célula, la vibración desatada por el gozo de vivir.

 

¿Cuándo fue la última vez que te reíste, así a gusto?

 

Por eso lo que no tienen el Espíritu Santo siempre están hablando de aburrimiento, de tedio, de cansancio, con un rostro tenso, rígido, o risa forzada.

No es que haya que reír siempre, pero si hay que manifestar siempre el fruto del Espíritu, que es la alegría que se sigue del amor, la consecuencia del amor es la alegría, dice Santo Tomas de Aquino, el andar con cara larga no redunda en honra del Dios a quien deseamos servir y nos gloriamos en amar.

Decía uno: “ o cambias de cara o cambias de Guru.”

San Pablo va decir  “ no entristezcan al Espíritu Santo de Dios”, Efesios 4, 30

Y un celebre juez norteamericano, Oliver Wendel Olls,  pensó en su juventud seguir la carrera eclesiástica y dedicarse al ministerio pastoral, pero no lo hizo porque según él,

Los eclesiasticos que él conocía parecían por su apariencia y conducta ser empleados de la funeraria.

No nos vendría mal mirarnos al espejo de vez en cuando, sobre todo cuando nos quejamos de que pocos jóvenes siguen hoy el camino del ministerio eclesiásticos, de la vida sacerdotal o de la vida de especial consagración, los que tenemos pocos jóvenes en algunos lugares, habría que preguntarse eso los rostros que tenemos, en cualquier lugar. Parroquias, capillas, movimientos, hasta en la radio también. No es que se trate de forzar la sonrisa, de fingir la alegría, de maquillar el rostro como se hace con calculada programación en la industria moderna para vender y convencer, se les paga a hombres y mujeres para que sonría al cliente y le hagan creer con la estudiada técnica del rostro radiante, que el producto, el coche, el viaje, la casa, el programa de televisión, son lo que jamás ha existido, ni existirá, y nada mejor puede comprarse con dinero. Sonrisas de mercado, caretas de carnaval, rostros alquilados, para ganar clientes, entre tantas sonrisas fingidas no es extraño que perdamos el sentido de la alegría genuina, libre, espontánea. Hay que devolverle al mundo la capacidad de alegrarse por dentro y por fuera y esa es la labor del Espíritu en nuestras almas.

Cuando Israel vuelve del exilio, se edifica de nuevo el templo, se vuelve a proclamar la ley y establecer el reino y el pueblo se siente al principio abrumado por el peso de recuerdos, despedidas, tareas nuevas y peligros constantes; a tal punto de que sus lideres han de establecer normas concretas de conductas y sentimientos que ayuden al pueblo a rehacerse ante una nueva historia.

Y unas de las condiciones que ponen es señalar la alegría como elemento esencial de supervivencia.

La alegría del señor es nuestra fortaleza, dice el salmo.

Para que el pueblo viva, se una, trabaje y avance necesita la alegría de las personas y del grupo que exprese la fe y de voz a la esperanza.

Con tristeza no se hace historia, por eso en Argentina no estamos haciendo historia, porque estamos llenos de deseos de venganza, resentimientos, rencores, soberbia, orgullos, incomunicación, cerrazón

Nuestra historia en Cristo resuma alegría, basta verlo en San Lucas el evangelista del gozo redentor cuando habla de esas pinceladas del ángel a Zacarías, Isabel tu mujer dará un hijo a quien pondrás por nombre Juan, será para ti gozo y alegría y muchos se gozaran en su nacimiento.

 

Después el ángel Gabriel le dice a Maria, alégrate llena de gracia.

 

Y Maria ante Isabel, engrandece mi alma al Señor mi Espíritu se alegra en Dios mi salvador.

 

El ángel a los pastores les anuncio una gran alegría.

 

Los discípulos regresan alegres de su primera misión y al verlos Jesús se lleno de gozo en el Espíritu Santo.

 

El pueblo entero se alegraba con las maravillas que Jesús hacia.

 

Dios mismo se alegra y sus Ángeles.

Todo esto en San Lucas en el capitulo 1-2-10-13-15

 

Saqueo recibe a Jesús en su casa con alegría. Lucas 19

 

Y vuelven a Jersulasen con gran gozo después de la ascensión. Lucas 24

 

La alegría es el tono de la primera comunidad iglesia. Como lo es de todo cuerpo sano que crece y desarrolla con plenitud de vida.

 

Después del estallido de Pentecostés se forma la primera comunidad cristiana y dicen que acudían al templo, y abajo dice con alegría y sencillez de corazón. Hechos de los apósteles 1, 46

 

Cuando Felipe anuncia el evangelio en Samaria hubo una gran alegría en aquella ciudad

 

Cuando Bernabé llego a Antioquia delegado de Jerusalén para comprobar que también los griegos comenzaban a abrazar el evangelio lo vio y se alegro.

 

La alegría engendra alegría, tanto es la existencia en la alegría que Dios llega a castigar a su pueblo por no haber servido a Yahvé su Dios con alegría.

 

San Pablo repite en Filipenses 4, 4 “Estén siempre alegres en el Señor.”

 

Por eso esto es un don del Espíritu Santo, no es esfuerzo tuyo, no tenes que poner una música cuartetera, ni ponerlo a Tinelli cada noche. No. ….. No

 

Es un gozo que es fruto de la presencia del Espíritu Santo.

 

Por eso te pregunto

 

¿Cómo anda tu alegría?

 

Tu alegría en el servicio, en este tiempo de Pentecostés que estamos viviendo. En estas vísperas de la solemnimidad   de la fiesta de la Santísima Trinidad, Padre Hijo y Espíritu Santo.

Y que habitan Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo en vos y en mi desde el día del bautismo que han hecho de nosotros su casa, su morada.

Con respecto a la Santísima Trinidad es para contemplar: El Padre Dios, creador; el Hijo Jesús, Redentor; el Espíritu Santo, santificador. Cada uno con su misión, todos en esencia un mismo Dios, un mismo amor en tres personas, con tres funciones distintas, pero que son comunión y participación, que habitan en nosotros.

Es un misterio con mayúscula y subrayado para contemplar, orar, admirar, asombrarse, abrazar. 

 

 

 

Mateos 6, 25

¿Acaso no vale más la vida que el alimento y el cuerpo más que el vestido?

 

El sermón de la montaña que pronuncio Cristo, no solo ha sido leído y estimado por los cristianos, sino también por muchos maestros, personalidades, pertenecientes a tradiciones no cristianas, uno de los mas conocidos fue Gañid,   fuertemente fascinado por este sermón de la montaña hasta tal punto de tener en gran estima al cristianismo.

Por ejemplo, Gandhi escribió que el sermón de la montaña me fue directo al corazón.

Bienaventuranzas, Mateos 5

En este discurso, Cristo conmueve el centro de nuestro ser con palabras de una gran sencillez, y de fuerte penetración espiritual, psíquica, y diría que casi física, una de estas sentencias que bien podemos meditar en relación con la respiración.

 

 

Respirar la vida con el oxigeno del Espíritu Santo

 

Vamos a unir al Espíritu Santo con la respiración.

Atención a todos los que viven con angustia, con ansiedad, que respiran entre cortados, que no respiran bien, lo que están en depresión, los que viven con stress, con apuro.

 

¿Acaso no vale más la vida que el alimento y el cuerpo más que el vestido? Mateos 6, 25

 

Para un hebreo la vida esta unida indisolublemente a la respiración.

Vida, alma, cuerpo que respira forman para el ser humano de la Biblia una unidad casi indisoluble, de tal modo que una parte designa también a todo el ser vivo.

No es raro que en el lenguaje bíblico se pase fácilmente del concepto vida, al concepto cuerpo que respira o bien ser que respira o alma viviente.

Fíjense que curioso, porque cuando nosotros decimos Espíritu Santo en hebreo se dice Ruaag. En griego se dice Pneuma. En latín se dice Spiritus. En los tres casos hay una alusión a la respiración, a respirar, a la vida.

 

Cuando el rey Baltasar llama a Daniel para descifrar el misterioso significado de las tres palabras escritas sobre una mano en la pared de la sala del banquete, el joven profeta dirige valerosamente al rey estas palabras: Tu has alabados a los dioses y no has glorificado a Dios en cuya manos se encuentra tu respiración de vida y todos tus caminos. Daniel 5, 23

 

Entonces vida, respiración y caminos del humano van unidos aquí en una misma expresión.

En contraste con la inanimada materialidad de los ídolos, así Dios es el Dios de la vida, es la respiración de toda la creación.

Según los textos sagrados del antiguo Egipto, el viento del norte que daba la vida al calido valle del Nilo, surgía en la garganta del Dios Amón, es decir de su respiración.

Los salmos también hablan de modo semejante de la respiración vital de Dios sobre la creación.

 

Salmo 104, 27-30:

 

Todos esperan de ti, que les des el alimento en el tiempo oportuno, tu los provees, ellos los recogen, tus abres las manos se sacian de bienes, si escondes tu rostro desfallecen, si les quita la respiración mueren y vuelven a su polvo. Manda tu Espíritu, los creas y renuevas la faz de la tierra.

 

Es importante porque de este modo respirar se convierte en un símbolo de comunión, de unidad profunda con el Dios vivo, puesto que él es el Ruaag respiración divina que mantiene al ser humano con vida.

 

Dice Job 33, 4:

 

El Espíritu de Dios me ha creado y el soplo del omnipotente me da vida.

 

Conocer mas profundamente el misterio de la respiración humana, es acercarse al misterio del Dios que respira en la creación, siendo él que da a todos la vida y la respiración, en efecto en él vivimos, nos movemos y existimos.

 

Leemos en Hechos de los Apóstoles 17

 

Una de la manifestación más importante bíblica de vida es efectivamente el movimiento. Un movimiento que podemos sintetizar en el sutil ritmo de la respiración. Porque el verbo hebreo haya que significa vivir, esta asociado también a una contracción o una restricción muscular, mientas que mut significa morir, esta asociado a la idea de distensión.

Para respirar tenemos que contraer los músculos, y en el centro de la inspiración podemos comprender el misterio de la vida y su precioso valor.

 

¿Acaso no vale más la vida que el alimento y el cuerpo más que el vestido? Mateos 6, 25

 

En estas palabras de Cristo, hay algo que invita fuertemente a no quedarse en la superficie, a no teorizar, a comprender nuestra vida con nuestro propio cuerpo y nuestra propia respiración.

Respirar pura vida, ser conciente del centro de mi vida, sentir a pleno pulmón mi vida única.

¿No tiene esto un inmenso valor, no vale más que el alimento, que el vestido?

 

¿Con que la identificas vos a tu vida?

 

El profeta Ezequiel en su grandiosa visión de los esqueletos, que recuperan la vida gracias al viento del Espíritu. Ezequiel 37, 9 y siguientes. Nos introduce en el significado mas profundo de nuestra respiración en el Dios de la vida.

A diferencia del concepto griego, Bio que indica la vida en el tiempo, de allí viene Biología, estudio de la vida, el termino Zoe indica la vida divina, eterna, que nos trae el viento del Espíritu de Dios, Ruag Santa , entonces gracias a este viento espiritual los esqueletos, se levantan y se convierten en seres vivos.

Así también el hombre-mujer nuevos, regenerados por el Espíritu de Dios, tiene una vida nueva espiritual, no solo la vida material y biológica.

 

Es el Espíritu que da la vida, dice Cristo a los judíos, la carne no sirve de nada. (Jn 6,63)

 

También tiene este soplo de vida nueva el gesto de Cristo resucitado, cuando soplo sobre los Apósteles diciendo reciban el Espíritu Santo (Jn 20, 22).

Así entonces el discípulo de Cristo tiene una vida espiritual, porque tiene el Espíritu del Señor, alma del cuerpo místico de Cristo, respiración de sus miembros, así también la vida en el Espíritu, constitutiva de la personalidad cristiana, es camino hacia el Padre, por medio de Cristo Jesús en el viento de su soplo divino.

La vida espiritual no es solamente sentirse bien, armonizado, equilibrado, tener una mejor relación con los que me rodean, gustar de la música, leer la palabra de Dios, algún libro de espiritualidad, ir a un grupo.

La vida espiritual, es la capacidad del ser humano de abrirse al Espíritu Santo de Dios, a lo trascendente, a la acción del Espíritu Santo de Dios, por eso hablamos del hombre, varón o mujer, decimos que tiene cuerpo, alma y espíritu.

 

Con el cuerpo o sea la materia, uno comparte con la realidad creada, mi materia comparte con la planta, la flor, el árbol, porque es parte de esta materia.

 

El alma es lo que decían los griegos la “sige” el alma es lo que da forma, lo que anima, la palabra alma significa anima, es decir lo que anima, lo que da forma a mi materia, a lo que yo soy.

 

Pero el Espíritu, es la capacidad, la opción en libertad que yo tengo a abrirme a lo trascendente, a lo que trasciende, a lo que esta por encima de mi, a lo que me desborda, por los cuatro costados y esa es la capacidad del ser humano de abrirse a lo trascendente, al cielo, a la vida eterna, a la misma vida de Dios, que viene a vivir en mi.

Por eso decimos que el Espíritu Santo es lo más íntimo de Dios, en lo más íntimo de mí.

 

A veces confundimos lo que es parte del alma, de la sige, de eso que anima. Confundimos presencia espiritual con estados de ánimos que tienen que ver con la emotividad, emoción, afectividad, sensibilidad.

El ser humano es espiritual, no porque toque excelente el piano, le guste escribir poesía, pintar, dibujar, en este caso será un persona sensible, de mucha creatividad artística, pero para que una persona sea ESPIRITUAL debe estar abierto a la trascendencia, es decir dejarse fecundar por el Espíritu Santo de Dios, con sus talentos, dones, carismas, frutos.

Esto es importante, porque se confunde mucho esto y nos manejamos con criterios que siguen estando en la carne y en la sangre, puramente humanos, pero no criterios y aptitudes del Espíritu Santo en nosotros. Esto es fundamental.

¿Que es lo que nos mueve, la carne y la sangre, lo puramente humano, o nos mueve la presencia del Espíritu Santo en nosotros?

 

Es decir los criterios del Espíritu.

Por eso hay que estar siempre muy atento, porque hay una tendencia en todos a reducir la experiencia de la iglesia, eclesial, a una experiencia de tipo sociológica como si fuera una cooperadora, un club. Igual que reducir la Liturgia a un puro culto externo, de cumplimiento, cumplo y miento, reducir el apostolado a un puro activismo, reducir la oración a una especie de método, camino o relajación, de estar y sentirme bien, hay que tener mucho cuidado porque la iglesia sin el Espíritu Santo, se reduce a un organismo burocrático, pesado.

El evangelio sin el Espíritu Santo se reduce a ideología, a pura doctrina fría,

Diariamente tenemos que estar muy atentos a esto.

Así como la creación se reaviva, se llena de vida y de colores despampanantes, cuando Dios les envía su soplo, así también el ser humano cambia su vida y empieza a respirar una existencia nueva, mas llena, profunda y espiritual cuando Cristo Jesús y su Espíritu se aproximan.

 

Jesús deja delicadamente esta brisa en la vida de la mujer samaritana, después de haberla encontrado junto al pozo de Jacob; sucede lo mismo a Mateos, Saqueo, Natanahel, y a los primeros discípulos, una vez que han encontrado al Señor.

 

San Pablo, expresa claramente este milagro de vida nueva que la respiración de Cristo obra en el ser humano, cuando dice en Romanos 8, 2. La ley del Espíritu que da la vida en Cristo Jesús te ha liberado de la ley pecado y de la carne.

También él después de su conversión conoce la nueva respiración en Cristo y por eso exclama maravillo, San Pablo, No soy yo sino Cristo el que vive en mi. Galatas 2, 20.

Carta de San Pablo a los cristianos de Galaxia.

Esto es maravilloso,  por eso estamos en el tiempo del Espíritu Santo, de Pentecostés.

Me gustaría que medites y pienses en esto, porque vamos a hacer un ejercicio de respiración, para respirar la vida en esa presencia del Espíritu. Para orar con la palabra de Dios, delante del Santísimo, con la creación, en el parque, plaza, jardín, campo.

 

 

 

 

 

ORACION PARA RESPIRAR LA VIDA

 

Te invito, a mirar por la ventana, el jardín de tu casa, o la vereda con las plantas, o una plaza, en el campo, las montañas, cerca del mar, donde sea.

Te invito a pasear o sentarte, observando la manifestación  de la vida en la creación que respira en Dios.

Sí, Dios envía su soplo a la creación, y por eso la ves tan resplandeciente, observen cada hoja, que en estos tiempos se ponen de color ocre, rojizo, y las flores que se resisten al otoño, esos capullos cerrados en algunos árboles frutales, el césped verde, esta regalando su frescor, su ternura.

Es Dios que envía su soplo a la creación, y por eso la ves tan resplandeciente, vestida de luz, colores, energía y alegría, observa la respiración de Dios Padre creador a través de su Espíritu, en el centellado de las hojas de los árboles, movida suavemente por el viento, en el vuelo de los pájaros, en su canto, en el ir y venir rítmico de los insectos zumbadores.

 

No vale la vida, mas que el alimento y que el vestido.

 

Observa la vida y mientras lo haces, sentate con calma en un lugar tranquilo, después de haberte relajado, tomando conciencia de todo tu ser, tomando conciencia desde la punta de tu cabello, pasando por la frente, las mejillas, ojos, nariz, cuello, cervical, columna, el tronco, aparato digestivo, cintura, piernas,  brazos,  manos,  pies.

Tomar conciencia de que sos vos, original, único, irrepetible, que sos una criatura original de parte del Padre Dios, después de haberte relajado, que no haya tensiones, ni apuros, prisas psicológicas, ni de reloj, después de serenarte, armonizarte, de unificarte, de calmar tu ansiedad.

Abrí tu conciencia al fantástico don, regalo de vida que es tu respiración, el secreto de la vida de la creación,  vive también en vos, observarlo, durante algunos momentos deja las reflexiones, y preocupaciones, es mas si queres viví este momento en stereo, con dos canales, hay un canal centrado en tu respiración, en el su soplo a la creación, y por eso la ves tan resplandeciente Santo de Dios, en Dios Padre Creador, en Jesús.

En el otro canal, sigue pasando los ruidos de la calle, los gritos, distracciones, preocupaciones, déjalo pasar.

Vos estas acá, en este canal centrado en el Señor, en el Espíritu, en tu respiración, permanece solamente conciente de este regalo, de este don de tu vida, mientras observa tu respiración.

 

No vale la vida mas que el alimento y que el vestido

 

Mientras respiras concientemente, pronuncia la palabra vida, de este modo, así:

 

Cuando inspiras por la nariz, decís Viiiiiiiiiiii

 

Cuando expiras por la boca decís Daaaaaaa

 

Varias veces.

 

Tranquilo, sin apuro, incluso vas disminuyendo después de varias veces, el volumen interior de la palabra, hasta que ya no se escuche la palabra vida, sino que se convierta en pura conciencia de la respiración, don divino de la vida, regalo de Dios, uno con ella.

Nada más que respiración. Deja que tu respiración viva, se vuelva gradualmente mas libre, mas esencial, deja todo lo que no sea pura conciencia de la respiración al ritmo de la palabra vida, vida

Todo lo que entorpezca esta pura y silenciosa atención, no es esencial, aunque sea urgente, no esencial, no es importante, por lo tanto puede esperar, déjalo.

La preocupación por tu ego, tu yo, no es esencial.

El deseo de acomodarte mejor, las pequeñas o grandes ambiciones, que mueven el corazón, no son esenciales, déjalas, lo único que importa es tu respiración vida,

Permanece en ella en completo silencio mental, y simplemente seguí respirando y ya no se escucha la palabra vida, solamente percibí tu respiración, tu aliento vital, que va tomando todo tu ser, tu organismo, tu mente, tu corazón, cada órgano, cada célula, déjate empapar por el Espíritu Santo de Dios, déjate abrazar por el amor incondicional de Dios y quédate así, sin pensar nada, sin sentir nada, solamente abrazado a ese Espíritu, a esa presencia viva del amor de Dios que te esta amando, descansa en ese amor, déjate amar por él todo el tiempo que sea necesario, cuando te das cuenta que ya tenes que volver, que estas terminando la experiencia, vas saliendo lenta y gradualmente, abriendo los ojos, lentamente, tomando conciencia de lo que te rodea, de lo que esta cerca de tuyo, y entonces, salís.

El Señor va manejando los tiempos, y vos vas a dejar que la respiración, te transforme en vos cada día, en presencia del Espíritu Santo que te ama.

De Dios que respira en vos, de la creación toda, esta respirando en vos que sos señor, señora de la creación y de ese respirar, en ese inspirar y expirar, es el mismo amor incondicional y gratuito de Dios que estas recibiendo y estas dando.

Y eso así cada minuto, hora, día, todos los días, porque es Dios que esta en tu vida, que fecunda tu vida con la presencia de la Rua Santa del Espíritu Santo de Dios, como lo ha hecho en Maria, lo hace en vos, déjate amar por él y que a través del corazón Inmaculado de Maria los bendiga el buen Dios Todopoderoso, los sanes, salve y libere el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amen  

                                                                                  Francisco Rubén Bellante