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Entre Nosotros
La colaboración de los hijos en las tareas de la casa
lunes, 16 de julio de 2007
Hoy tenemos como invitada a la licenciada Andrea Saporitti, para tratar el tema de la colaboración de los chicos en las tareas de la casa.
Ma. Fernanda Maurutto: Hola Andrea, buen día, ¿cómo va todo?
Andrea Saporitti: Buen día, ¿cómo están?
MFM: Muy bien, gracias. Hoy queremos ver la colaboración de los chicos en casa, no estamos diciendo la ayuda o lo que tienen que hacer los chicos en casa, sino como generar que los niños se involucren en las tareas cotidianas.
AS: Exactamente, y creo que es un tema más importante de lo que a veces parece a simple vista, porque en realidad esto también tiene que ver con el trabajar en equipo, porque de alguna manera la familia es un trabajo en equipo.
Cuando hablamos de trabajo en equipo significa que de alguna manera, cada uno tiene diferentes funciones y roles a cumplir. Por lo tanto, cuando hablamos de colaborar en la casa es una función que tenemos los papás de enseñar a colaborar.
A veces, en realidad, nos pasamos quejando de que nadie colabora pero no enseñamos el proceso de la colaboración. Esto es lo que me parece muy importante, sobre todo porque en realidad, tenemos que tener en cuenta que como todo proceso lleva su tiempo y la colaboración, desde muy chiquitos, se aprende jugando.
Porque realmente a los chicos chiquitos les divierte jugar y colaborar en poner la mesa y así estamos enseñando a poner la mesa, guardar las cosas y muchas veces los papás nos olvidamos de enseñar ese proceso, pensamos que lo saben casi por obra y gracia divina.
A medida que van creciendo, así como en un primer momento puede parece un juego, hay un momento en el que no van a querer colaborar, esto es esperable, pero si tomamos conciencia de lo que significa el trabajo en equipo, en el cual todos nos podemos ayudar, de fondo estamos enseñando lo que realmente significa la solidaridad con el otro. Que a veces nos es más fácil hacerlo afuera que adentro.
Me parece que es muy importante aprender que todos estos procesos van de adentro hacia fuera.
MFM: Que bueno esto que decís, me gustaría remarcarlo porque generalmente los papás pretenden o desean que los chicos colaboren porque están cansados, porque hay que poner orden, pero no nos damos cuenta que en esa ayuda, en ese orden, en ese estar de acuerdo, estamos sembrando las bases del aprendizaje de valores esenciales para la vida en comunidad, es decir, fuera de casa, no solamente dentro de casa.
AS: Exactamente, en esto creo que la famosa frase de la Madre Teresa de Calcuta es muy clara: “La paz y la guerra comienzan en el hogar”.
Entonces, si realmente queremos paz, empecemos a mirar adentro, que es lo que está pasando y como podemos, de alguna manera, ayudarnos entre todos y colaborar entre todos. Podemos asignar tareas determinadas según edades, personalidades, gustos, y acá entra en juego también otro concepto importante que es la flexibilidad, la capacidad de ir cambiando de tareas.
Un ejemplo bien concreto, en una familia donde hay varios hijos, la mamá es la que cocina, eso no significa que a lo mejor, podemos ir enseñando a otros integrantes como se cocina y que un día sea otro el que prepare la comida. Con lo cual, de alguna manera, vamos pasando por diferentes actividades para conocer bien cada ámbito, y me parece que la colaboración es muy importante. Nos ayuda a saber lo que es un trabajo en equipo, a hacernos cargo de aquello que nos pidieron, por ejemplo hacer la cama, juntar la ropa, poner la mesa, apagar luces, cosas simples y básicas pero de alguna manera tienen que ver con el estar atento a lo que nos hace bien a todos y eso es muy importante.
Según las edades también pueden ir variando las actividades, esto de la colaboración tiene de fondo un montón de cosas que son muy importantes para poder tener en cuenta que a medida que los chicos van creciendo también, van a tener en cuenta lo que es la comunidad hacia fuera.
MFM: Me parece que tenemos que sacar un poquito la carga de esa obligación o sobre obligación que a veces ponemos sobre los chicos. Pienso en aquellas familias en donde se requiere la colaboración o la ayuda de los chicos para el cuidado de los más pequeños. Entonces se le mete esta carga a los chicos: “me tenés que ayudar con tu hermanito porque sos el más grande” y esta carga de responsabilidad por ser el más grande, por ser el varón, por ser la mujer, a veces va generando esta ofuscación en los chicos y van tomando como algo no muy grato el participar en las tareas de casa.
AS: Por eso, en realidad, el tema de fondo tiene que ver en como se presentan estas cosas, porque si la mamá o el papá está a cargo de la casa, tiene en claro cual es su lugar y va a pedir colaboración, no es que va a depositar en el otro una función que no le corresponda.
Ahí está la diferencia, esto me parece que es muy importante, porque si uno tiene muchos hijos es esperable pedir colaboración, ahora, pedir colaboración no significa delegar la función y la responsabilidad que a cada uno le corresponde según el lugar que ocupa en la familia.
Por eso, hablaba de la flexibilidad, a lo mejor hoy le pido al más grande y otro día le piso a otro que puede colaborar y hacerse cargo.
Pero además hay otro tema que está relacionado con lo que tiene que ver con cuidar las propias cosas, aquello que le es propio a cada uno y de esta manera, cuando uno aprende a valorar lo propio, también puede reconocer el valor del otro.
Me parece que este es un tema muy importante porque a veces se toma esto de la colaboración como una obligación, cuando ya viene impuesto como mandato, lo más probable es que esto genere rechazo y resistencia, en cambio, si el planteo es que esto es para todos, por ejemplo: a todos nos ayuda tener la casa más o menos ordenada, a todos nos gusta sentarnos y poder comer juntos a la mesa, me parece que este es el concepto de fondo que hay que tratar de rescatar.
MFM: Y de trabajar con los chicos.
Esto del valor del otro también, yo pienso, tanto en el adentro de la familia y como ir asentando las bases para que los chicos tengan afuera esta respuesta. Cuando uno valora al otro y puede descubrir que el otro necesita ayuda, está cansado, que yo puedo colaborar porque tengo la capacidad de hacerlo afuera, los chicos después, se vuelven generosos en ese sentido, son aquellos niños que siempre están dispuestos a colaborar en lo que sea, no solamente dentro de las aulas, sino también en las calles, si alguien se tropieza, si alguien necesita que se le levante algo. Uno sin querer, o queriendo verdaderamente, va generando esta capacidad en los chicos de estar atentos a las necesidades de los otros.
AS: Hace muchos años, no se si está de moda ahora, había un poster que decía “los niños aprende lo que viven” y creo que también hay que ponerlo desde lo positivo, si un niño aprende a ayudar, ayuda.
Pero también, hay que ayudarlo y por eso es importante enseñarles, porque muchas veces por el cansancio o porque la vida está en un acelere grande, damos por sentado que lso chicos saben cocinar, saben poner una mesa, saben guardar y la realidad es que lo saben en la medida de que alguien se los enseñe.
Esa es la función que tenemos que tener como mamás y como papás de poder enseñar ese proceso y eso, si uno lo empieza desde muy chiquito y se lo va enseñando jugando, después lo incorporan y queda tan internalizado que más allá de que tenga sus etapas y sus momentos y de que en la adolescencia va a venir un momento de desorden porque hay un desorden interno que se manifiesta externamente, igualmente, si esta semillita entró, va a dar sus frutos.
Por eso, muchas veces los papás no tenemos paciencia, queremos el resultado ahora y la realidad es que todo es un proceso que se va dando en el tiempo.
MFM: Paciencia, me parece que allí está la clave, mucha paciencia. Sobre todo en el desarrollo también de la autoridad como papás. La autoridad pasa por este lugar, no el poner reglas que deben cumplirse a rajatabla, sino el poder también negociar con los chicos y enseñarles desde el amor, los valores, aprender juntos. En definitiva es esto, el ir aprendiendo uno de otros como el poder ordenarnos en la familia para poder generar estos vínculos verdaderamente sanos y que se puedan disfrutar en casa.
AS: Seguro, por eso vuelvo a remarcar esto que decía la principio, en la medida en que el papá y la mamá o quien esté a cargo de la casa, tenga claro que ese es su lugar, entonces surge que el poder probar, el poder compartir, el poder ser flexibles, no significa que todos tenemos el mismo espacio sino que hay un a diferencia.
Me parece que esto permite que la colaboración surja más espontáneamente.
Obviamente nada de todo esto es mágico ni de un día para el otro, pero me parece que lo importante es no perder el objetivo último y entender eso que muchas veces se habla de la colaboración en la casa y de que los chicos ayuden y demás, es mucho más profundo de lo que parece a simple vista, que no es solamente decir: “vos te ocupas de eso, vos de lo otro, yo de tal cosa…” sino poder ir enseñando todo lo que eso significa.
MFM: A veces son los chicos los que demandan esta ayuda y somos los padres los que nos negamos: “papá ¿te puedo ayudar?….no, porque estoy apurado, vos no sabes hacerlo…” También hay que estar atentos a que los chicos tienen el deseo de aprender y colaborar.
AS: Y que de los errores se aprende. Eso es fundamentar, que uno se puede equivocar. Y justamente, a partir de las equivocaciones, es donde vamos a ir aprendiendo. Por eso, en esto, entra en juego el tema de que nunca tenemos tiempo para nada, y me parece que hay que recuperarlo en estas pequeñas cosas, simples pero que de alguna manera hacen que la vida en familia sea un poco más armónica y que de alguna manera esto, después, puede trascender las puertas de la casa.
Esto va trascendiendo, y quizá, logremos ir generando otros espacios y otros climas que hoy lamentablemente están cada vez más tensos, más violentos, más agresivos, porque me parece que hay que volver a las fuentes.
MFM: Así es. Andrea, agradecerte como siempre este espacio, por colaborar con nosotros y ayudarnos a mirar un poquito hacia adentro, hacia nuestras casas y como hacer para encontrarnos como familia.
AS: Muchas gracias a ustedes y hasta pronto.
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