11/06/2021 – El padre Osvaldo Leone contó que “La devoción a Nuestra Señora de la Consolata llega a Sampacho de la mano del padre Juanchi Cinotto, turinés, quien tenía el sueño de que Sampacho fuera una pequeña Turín”, indicó el sacerdote . En un nuevo ciclo del programa Madre del Pueblo, el padre Marcelo Amaya, desde Catamarca, compartió la historia de la Virgen de la Consolata, el rostro de San José en este su año y junto a Fray Pablo Reartes seguimos compartiendo el pensamiento del futuro beato contenido en el “Diario de Memorias y Recuerdos”.
En primer lugar, el padre Marcelo nos llevó a recorrer la historia de la devoción a la Virgen de la Consolata.
En torno a la historia de la Virgen, el padre Osvaldo Leone de Sampacho, párroco del Santuario Nuestra Señora de La Consolata, primer invitado al programa, contó que “En primer lugar, la historia de la Consolata, hace referencia a un verdadero milagro, donde la Virgen se le manifiesta a un ciego francés, Jean Ravais, con la misión de ir hacia Turín para encontrar la antigua imagen de María escondida entre las ruinas de una antigua capilla, y que como premio por su fe obtendría el don de la vista”.
“Entonces, este ciego emprende ese largo peregrinaje desde Francia atravesando los Alpes, y cuando llega a ese lugar, con la aprobación del obispo, comienzan las excavaciones, y ante la maravilla de todos volvió a la luz la antigua capilla que había construido el rey Arduino, y después el cuadro con la imagen milagrosa de la Virgen que no había sufrido deterioro ni se había estropeado”.
“Y como le fuera prometido el ciego obtuvo la visión, esto fue el 20 de junio del año 1104, seguidamente la iglesia fue restaurada, elevada luego al grado de basílica, y el cuadro de la Consolata entró a formar parte de la historia de un pueblo y la capilla se volvió un santuario”.
El padre Osvaldo, destacó que “La Consolata fue proclamada protectora de la capital piamontesa y es patrona de la arquidiócesis de Turín”.
Recordó también que “La devoción llega a Sampacho de la mano del sacerdote Juanchi Cinotto (Juan Mauricio Cinotto), turinés, que llega a la Argentina con una misión, y luego viene a Sampacho, donde él soñaba que Sampacho fuera una pequeña Turín”.
Y en torno a la figura de San José el padre Marcelo Amaya reflexionó en torno al mensaje del papa Francisco, en torno a San José Obrero.
Al respecto, citó parte del documento: < Un aspecto que caracteriza a san José y que se ha destacado desde la época de la primera Encíclica social, la Rerum novarum de León XIII, es su relación con el trabajo. San José era un carpintero que trabajaba honestamente para asegurar el sustento de su familia. De él, Jesús aprendió el valor, la dignidad y la alegría de lo que significa comer el pan que es fruto del propio trabajo.
En nuestra época actual, en la que el trabajo parece haber vuelto a representar una urgente cuestión social y el desempleo alcanza a veces niveles impresionantes, aún en aquellas naciones en las que durante décadas se ha experimentado un cierto bienestar, es necesario, con una conciencia renovada, comprender el significado del trabajo que da dignidad y del que nuestro santo es un patrono ejemplar >.
Y por último, recorrimos junto al padre Marcelo y a Fray Pablo Reartes el espacio dedicado a Fray Mamerto Esquiú.
Fray Pablo Reartes, sacerdote franciscano, compartió unas reflexiones sobre su ser misionero, pastor y periodista : “Fray Mamerto utilizó los medios de comunicación que tenía a su alcance, un diario, una hoja impresa, el púlpito, los sermones y así llegó a muchos fieles, pero tenía su opinión sobre el periodismo ”, compartió Fray Pablo.
“Sobre el periodismo, Fray Mamerto Esquiú decía: <El periodismo no sirve en América a la ciencia, no se ocupa de sus verdaderos intereses, no es otra cosa que la exacta expresión de nuestra vida que se puede formular así: absorción de todo hombre por una falsa política, la prensa es para el pueblo lo que su literatura, la expresión de su vida>“, contó Fray Pablo.
“Fray Mamerto Esquiú tuvo también su injerencia, en la iniciativa junto con otros ciudadanos de bien que aportaron el dinero para traer desde París, la primera imprenta a Catamarca, -esto lo relata el reconocido escritor Ramón Rosa Olmos, Orígenes de la imprenta en Catamarca, 1964”, compartió Fray Pablo Reartes, sacerdote franciscano, sobre el futuro beato argentino, Fray Mamerto Esquiú.
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