20/12/18.- Hoy, en el Evangelio, contemplamos la Anunciación del Ángel a María, quien en su mensaje trae el don de la alegría: “Alégrate”, porque se terminaron los motivos de llanto y de tristeza. Se inaugura un nuevo tiempo, es el anuncio del Ángel a nosotros , en el corazón de María.
Lc 1,26-38
«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo» (Lc 1, 28). Estas son las palabras —citadas por el evangelista Lucas— con las que el arcángel Gabriel se dirige a María. A primera vista el término Jaîre, «alégrate», parece un saludo normal, usual en el ámbito griego; pero esta palabra, si se lee sobre el trasfondo de la tradición bíblica, adquiere un significado profundo. Este mismo término está presente cuatro veces en la versión griega del Antiguo Testamento y siempre como anuncio de alegría por la venida del Mesías (cf. Sof 3, 14; Jl 2, 21; Zac 9, 9; Lam 4, 21).
El saludo del ángel a María es, por lo tanto, una invitación a la alegría, a una alegría profunda, que anuncia el final de la tristeza que existe en el mundo ante el límite de la vida, el sufrimiento, la muerte, la maldad, la oscuridad del mal que parece ofuscar la luz de la bondad divina. La presencia del cielo a través de la mirada de María. Es un saludo que marca el inicio del Evangelio, de la Buena Nueva.
Podcast: Reproducir en una nueva ventana | Descargar | Incrustar
Suscríbete: RSS