La Epifanía y los jóvenes

viernes, 20 de enero de 2012
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Y vieron la estrella y se llenaron de alegría, porque encontraron al niño para adorarlo…

 

Feliz Epifanía para todos, queridos amigos de Radio María, al comienzo de la Catequesis no hay mejor saludo en este día de los Reyes Magos , día de la Epifanía del Señor donde él se ha manifestado, no solo a su pueblo Israel, sino que abrió su corazón para todos los hombres. No hay mejor buena noticia ni mejor saludo y forma de comenzar el día que seguir a los Magos y el tener el corazón lleno de alegría que tuvieron ellos cuando siguieron la estrella hasta Belén. Ellos siendo fieles a la estrella que los guiaba pudieron llegar hasta donde estaba el hijo de Dios hecho hombre, y allí lo adoraron y la presentaron sus ofrendas. Hoy nosotros queremos tener esta actitud de ofrecerle al Señor el mejor don que tenemos, que es un corazón abierto para recibir su palabra que como el rocío que cae en la tierra y la hace fecunda, así también la palabra viva de dios caiga sobre nosotros y haga fecunda en obras toda nuestra vida.

 

Feliz Epifanía, en este tiempo de Navidad hay que crecer en la renovación del corazón, pediremos por la paz como lo venimos haciendo en la catequesis de todos los días.

Feliz Epifanía porque Dios se manifestó y se mostró desgarrando su corazón para derramar su amor a todos los hombres, transformando nuestro caminar de cada día.

Feliz Epifanía para vos que estás buscando una luz de esperanza en el camino de tu vida y estás necesitado de esperanza, la Epifanía te regala esa esperanza, Dios se ha hecho Dios con nosotros, y en Cristo se ha transformado en lugar de encuentro y en el dialogo compartamos el proyecto de vida que Dios tiene pensado para vos y que sin duda es la plenitud.

Feliz epifanía y comenzamos la catequesis de este día en el que vamos a culminar con el documento del Santo Padre Benedicto XVI para la Jornada Mundial de oración por la Paz, en este número que va a estar dirigido de manera especial a los jóvenes.

 

La consigna de este día es: Cuál es tu mensaje a los jóvenes, qué les dirías? El Papa dedica este último número a ellos, entonces hoy vamos a reflexionar sobre nuestro trabajo con los jóvenes. Todos queremos expresar nuestro deseo de que ellos tengan la fortaleza de construir la paz que tanto necesitamos.

 

Invocamos al Espíritu Santo pidiendo la fuerza y la luz en este día tan grandioso de la Epifanía de Jesús.

 

Abriendo tu corazón desde tu propia realidad hoy le decimos:

Aquí estamos en tu presencia santo Espíritu, Señor nuestro.

Míranos cautivos bajo el peso del pecado, pero reunido hoy en tu nombre, ven a nosotros, quédate con nosotros, entra en nuestros corazones, haznos ver lo que debemos hacer, muéstranos hacia donde debemos caminar, lleva a su plenitud lo que debemos realizar.

Tu solo sé nuestro inspirador, sólo tu el autor de nuestros juicios, Tú que con Dios el Padre y con su Hijo posees el nombre glorioso.

Que la ignorancia no nos lleve a actuar mal, que los privilegios no nos lleven a claudicar, que ningún regalo ni preferencia de personas nos deje corromper.

Únenos eficazmente a ti, por el único don de tu gracia para que seamos uno en ti y que en nada nos apartemos de la verdad, que reunidos en tu nombre, guiados por nuestro cariño hacia ti, nuestro juicio no se aparte del tuyo para que recibamos en el mundo futuro la recompensa a las acciones bien hechas por Cristo nuestro Señor. Amén

 

Saludamos a la Reina de la Paz, a ella que nos enseña…

 

Dios te salve María, llena eres de gracia el Señor es contigo, bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús . Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte, Amén

María, Reina de la Paz, ruega por nosotros, San José bendito, ruega por nosotros.

 

El Santo Padre cuando comienza este número 6 del mensaje para la Jornada Mundial de Oración por la paz, con el lema "Educar a los jovenes en la justicia y en la Paz" cita el salmo 121 y lo vamos a compartir como Palabra de Dios al comenzar la catequesis para que ilumine nuestro corazón.

 

Levanto mis ojos a las montañas: ¿de dónde me vendrá la ayuda?

La ayuda me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.

Él no dejará que resbale tu pie: ¡tu guardián no duerme!

No, no duerme ni dormita él guardián de Israel.

El Señor es tu guardián, es la sombra protectora a tu derecha: de día, no te dañará el sol, ni la luna de noche.

El Señor te protegerá de todo mal y cuidará tu vida.

Él te protegerá en la partida y el regreso, ahora y para siempre.

 

Palabra de Dios

 

El Papa en su mensaje va a ayudarnos a descubrir que este trabajo de educar para la paz no podemos emprenderlo si no es con la fuerza de la gracia y la ayuda de Dios. Una obra de tal magnitud es la educación para la paz, no es una obra solamente humana.

 

Esta semana hemos presentado la catequesis bajo este lema "Educar a los jóvenes en la justicia y en la paz" y el Papa comenzó con el salmo 130 que es donde el salmista dice que el hombre de fe aguarda al Señor mas que el centinela a la aurora y también se nos dijo que necesitamos ser educados para construir la Paz porque Dios siempre obra cosas nuevas en nosotros. El Papa dedicó todo un número a los responsables de la Educación y allí destacó el rol de la familia, el rol de las Instituciones dedicadas a la Educación, el rol de los responsables políticos, el rol del mundo de los medios, luego nos habló de manera magistral sobre el tema de educar en la verdad y en la libertad, y porque debemos educar en esos valores. También mencionó el modo de educar en la justicia y en la Paz y hoy tenemos el número 6 del mensaje en el que finaliza el mensaje y está dedicado a los jóvenes con este primer puntapié que es "levantar los ojos a Dios" y así nos dice el Santo Padre:

 

"Ante el difícil desafío que supone recorrer la vía de la justicia y de la paz, podemos sentirnos tentados de preguntarnos como el salmista: «Levanto mis ojos a los montes: ¿de dónde me vendrá el auxilio?» (Sal 121,1). Este es el Salmo que recién hemos recitado y proclamado.

 

Deseo decir con fuerza a todos, y particularmente a los jóvenes: «No son las ideologías las que salvan el mundo, sino sólo dirigir la mirada al Dios viviente, que es nuestro creador, el garante de nuestra libertad, el garante de lo que es realmente bueno y auténtico […], mirar a Dios, que es la medida de lo que es justo y, al mismo tiempo, es el amor eterno.

 

Y ¿qué puede salvarnos sino el amor?»[9]. El amor se complace en la verdad, es la fuerza que nos hace capaces de comprometernos con la verdad, la justicia, la paz, porque todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta (cf. 1 Co 13,1-13).

 

Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como una campana que resuena o un platillo que retiñe.

 

Aunque tuviera el don de la profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, aunque tuviera toda la fe, una fe capaz de trasladar montañas, si no tengo amor, no soy nada.

 

Aunque repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, no me sirve para nada.

El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tienen en cuenta el mal recibido, no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad.

 

El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

El amor no pasará jamás.

 

Cuando somos conscientes que un trabajo de este tipo necesita de la gracia de Dios, porque solos los hombres no podemos hacerlos, que hoy se nos proclame este evangelio del amor , con la buena noticias del amor. con esta propuesta de vida. Porque yo puedo tener muchos proyectos, muchas iniciativas, ser muy creativo pero si no tengo amor no me sirve de nada. Incluso puedo tener actos heroicos como dar todo a los pobres pero sino tengo amor no me sirve de nada.

El Amor es lo que sostiene nuestros ideales y nuestros proyectos, no nuestras ideologías, solo salva al mundo el Amor de Dios que nos ha mostrado su rostro concreto y se ha hecho lugar de encuentro para que nosotros podamos abrazar un proyecto de vida concreto que dé sentido a nuestra existencia y con el tengamos la fuerza para poder llevarlo adelante y poder vivirlo. Esta realidad del don del Amor tal como lo presenta San Pablo en esta carta a los corintios es un desafío de vida porque toda nuestra vida tiene que estar involucrada en este don precioso de dios que es el amor, porque Dios es amor y es amor eterno.

 

 

El Papa les dice a los jóvenes, en la última parte del documento:

 

Queridos jóvenes, vosotros sois un don precioso para la sociedad. No os dejéis vencer por el desánimo ante las dificultades y no os entreguéis a las falsas soluciones, que con frecuencia se presentan como el camino más fácil para superar los problemas. No tengáis miedo de comprometeros, de hacer frente al esfuerzo y al sacrificio, de elegir los caminos que requieren fidelidad y constancia, humildad y dedicación. Vivid con confianza vuestra juventud y esos profundos deseos de felicidad, verdad, belleza y amor verdadero que experimentáis. Vivid con intensidad esta etapa de vuestra vida tan rica y llena de entusiasmo.

 

Sed conscientes de que vosotros sois un ejemplo y estímulo para los adultos, y lo seréis cuanto más os esforcéis por superar las injusticias y la corrupción, cuanto más deseéis un futuro mejor y os comprometáis en construirlo. Sed conscientes de vuestras capacidades y nunca os encerréis en vosotros mismos, sino sabed trabajar por un futuro más luminoso para todos. Nunca estáis solos. La Iglesia confía en vosotros, os sigue, os anima y desea ofreceros lo que tiene de más valor: la posibilidad de levantar los ojos hacia Dios, de encontrar a Jesucristo, Aquel que es la justicia y la paz.

 

A todos vosotros, hombres y mujeres preocupados por la causa de la paz. La paz no es un bien ya logrado, sino una meta a la que todos debemos aspirar. Miremos con mayor esperanza al futuro, animémonos mutuamente en nuestro camino, trabajemos para dar a nuestro mundo un rostro más humano y fraterno y sintámonos unidos en la responsabilidad respecto a las jóvenes generaciones de hoy y del mañana, particularmente en educarlas a ser pacíficas y artífices de paz. Consciente de todo ello, os envío estas reflexiones y os dirijo un llamamiento: unamos nuestras fuerzas espirituales, morales y materiales para «educar a los jóvenes en la justicia y la paz».

 

Este es el final del documento y destacamos algunos puntos porque el mensaje nos catequiza cuando somos dóciles a lo que Dios también va obrando por la palabra del Papa y la palabra de la Iglesia. No son las ideologías las que salvan al mundo sino el dirigir nuestra mirada a Dios que es nuestro creador por ello no podemos dejarnos vencer por el desánimo y las dificultades. No podemos pretender falsas soluciones, de allí que levantar nuestra mirada hacia Dios nos permite no tener miedo al compromiso, al esfuerzo, es que el trabajo de la educación es un esfuerzo, el que opta por educar o dejarse educar se expone a un esfuerzo que tiene que realizar, porque la Educación es sacar de adentro las capacidades que cada persona tiene para poder explotarlas y poder cultivarlas en vías de una proyección de persona y de crecimiento.

Cuando hablamos de Educación hablamos de un proceso, no es algo que lo conseguimos hoy. Es un proyecto que uno no lo consigue de un día para el otro sino que lo conseguimos cuando lo vamos proponiendo con estas actitudes fieles, constantes, humildes y limitados pero con dedicación porque es allí donde se dan las condiciones necesarias para que el proyecto se vaya desarrollando en el hombre como un estilo de vida. Por eso el evangelio de Cristo no es una ideología, tampoco es una doctrina es una palabra viva porque es Cristo vivo que se nos presenta como modelo, solo alguien que trasmite dando su vida puede cautivar el corazón del hombre para dar sentido a todo lo que nos toca hacer.

 

El Papa Paulo VI decía, nos decía en el documento "Anunciar el Evangelio" hoy el mundo necesita de testigos mas que de maestros, porque el testigo enseña con su vida, y esta realidad tiene que iluminar la realidad del hombre, los criterios de vida, los modos de acción, los valores predominantes, los modelos de vida, porque recién así estamos educando.

 

Bajo este evangelio del amor de la Primera carta a los corintios, el Papa nos dice, no tengan miedo de comprometerse, de hacer frente al esfuerzo y al sacrificio, de elegir caminos que requieren fidelidad constante, humildad y dedicación, porque es allí donde se forja este estilo que Cristo nos ha traído. No es algo al margen del trabajo por la paz, por la verdad, por la justicia, es el mismo Cristo que se hace presente en estas actitudes porque nos ha dejado un modo concreto de actuar, una línea de pensamiento, él se transforma en modelo de nuestra vida porque él se entregó como Dios hecho hombre para que nosotros tuviéramos vida y vida en abundancia.

 

En el último párrafo nos dice el Papa, la paz no es un bien ya logrado, es una meta a la que todos debemos aspirar y esto también nos impone un desafío porque es un trabajo de todos los días, un desafío que nos debemos imponer cada día de nuestra vida. Miremos con mayor esperanza el futuro porque solo así podemos entender que el desánimo no es parte de la vida cristiana, no podemos desanimarnos en esto, si bien uno es consciente de que hay realidades que nos golpean y nos desaniman, situaciones que nos bajonean, sin embargo para el cristiano la actitud es tener una mirada de esperanza al futuro porque confiamos en Dios que es el que construye la historia.

 

 

Quiero compartir hoy con ustedes la palabra de los Obispos Latinoamericanos en el documento de Aparecida del número 442 en adelante, dedica todo este capítulo al tema de los jóvenes y adolescentes y allí también nos trazan un proyecto pastoral que puede ayudarnos en la tarea y en el desafío de todos los días. Esto es lo que dicen:

 

Merece especial atención la etapa de la adolescencia. Los adolescentes no son niños ni son jóvenes. Están en la edad de la búsqueda de su propia identidad, de independencia frente a sus padres, de descubrimiento del grupo. En esta edad, fácilmente pueden ser víctimas de falsos líderes constituyendo pandillas. Es necesario impulsar la pastoral de los adolescentes, con sus propias características, que garantice su perseverancia y el crecimiento en la fe. El adolescente busca una experiencia de amistad con Jesús.

 

Los jóvenes y adolescentes constituyen la gran mayoría de la población de América Latina y de El Caribe. Representan un enorme potencial para el presente y futuro de la Iglesia y de nuestros pueblos, como discípulos y misioneros del Señor Jesús. Los jóvenes son sensibles a descubrir su vocación a ser amigos y discípulos de Cristo. Están llamados a ser “centinelas del mañana”251, comprometiéndose en la renovación del mundo a la luz del Plan de Dios. No temen el sacrificio ni la entrega de la propia vida, pero sí una vida sin sentido. Por su generosidad, están llamados a servir a sus hermanos, especialmente a los más necesitados con todo su tiempo y vida. Tienen capacidad para oponerse a las falsas ilusiones de felicidad y a los paraísos engañosos de la droga, el placer, el alcohol y todas las formas de violencia. En su búsqueda del sentido de la vida, son capaces y sensibles para descubrir el llamado particular que el Señor Jesús les hace. Como discípulos misioneros, las nuevas generaciones están llamadas a transmitir a sus hermanos jóvenes sin distinción alguna, la corriente de vida que viene de Cristo, y a compartirla en comunidad construyendo la Iglesia y la sociedad.

 

Por otro lado, constatamos con preocupación que innumerables jóvenes de nuestro Continente atraviesan por situaciones que les afectan significativamente: las secuelas de la pobreza, que limitan el crecimiento armónico de sus vidas y generan exclusión; la socialización, cuya transmisión de valores ya no se produce primariamente en las instituciones tradicionales, sino en nuevos ambientes no exentos de una fuerte carga de alienación; su permeabilidad a las formas nuevas de expresiones culturales, producto de la globalización, lo cual afecta su propia identidad personal y social. Son presa fácil de las nuevas propuestas religiosas y pseudo religiosas. La crisis, por la que atraviesa la familia hoy en día, les produce profundas carencias afectivas y conflictos emocionales.

Están muy afectados por una educación de baja calidad, que los deja por debajo de los niveles necesarios de competitividad, sumado a los enfoques antropológicos reduccionistas, que limitan sus horizontes de vida y dificultan la toma de decisiones duraderas. Se ve ausencia de jóvenes en lo político debido a la desconfianza que generan las situaciones de corrupción, el desprestigio de los políticos y la búsqueda de intereses personales frente al bien común. Se constata con preocupación suicidios de jóvenes. Otros no tienen posibilidades de estudiar o trabajar, y muchos dejan sus países por no encontrar en ellos un futuro, dando así al fenómeno de la movilidad humana y la migración un rostro juvenil. Preocupa también el uso indiscriminado y abusivo que muchos jóvenes hacen de la comunicación virtual.

 

Ante estos desafíos y retos sugerimos algunas líneas de acción:

 

a) Renovar, en estrecha unión con la familia, de manera eficaz y realista, la opción preferencial por los jóvenes, en continuidad con las Conferencias Generales anteriores, dando nuevo impulso a la Pastoral de Juventud en las comunidades eclesiales (diócesis, parroquias, movimientos, etc.).

 

b) Alentar los Movimientos eclesiales, que tienen una pedagogía orientada a la evangelización de los jóvenes, e invitarlos a poner más generosamente al servicio de las Iglesias locales sus riquezas carismáticas, educativas y misioneras.

 

c) Proponer a los jóvenes el encuentro con Jesucristo vivo y su seguimiento en la Iglesia, a la luz del Plan de Dios, que les garantiza la realización plena de su dignidad de ser humano, les impulsa a formar su personalidad y les propone una opción vocacional específica: el sacerdocio, la vida consagrada o el matrimonio. Durante el proceso de acompañamiento vocacional se irá introduciendo gradualmente a los jóvenes en la oración personal y la lectio divina, la frecuencia de los sacramentos de la Eucaristía y la Reconciliación, la dirección espiritual y el apostolado.

 

d) Privilegiar en la Pastoral de Juventud procesos de educación y maduración en la fe, como respuesta de sentido y orientación de la vida, y garantía de compromiso misionero. De manera especial, se buscará implementar una catequesis atractiva para los jóvenes que los introduzca en el conocimiento del misterio de Cristo, y se buscará mostrarles la belleza de la Eucaristía dominical, que los lleve a descubrir en ella a Cristo vivo y el misterio fascinante de la Iglesia.

 

e) La Pastoral de Juventud ayudará a los jóvenes a formarse, de manera gradual, para la acción social y política y el cambio de estructuras, conforme a la Doctrina Social de la Iglesia, haciendo propia la opción preferencial y evangélica por los pobres y necesitados.

f) Urgir la capacitación de los jóvenes para que tengan oportunidades en el mundo del trabajo, y evitar que caigan en la droga y la violencia.

 

g) En las metodologías pastorales, procurar una mayor sintonía entre el mundo adulto y el mundo juvenil.

 

h) Asegurar la participación de jóvenes en peregrinaciones, en las Jornadas nacionales y mundiales de Juventud, con la debida preparación espiritual y misionera, y con la compañía de sus Pastores.

 

 

Con esta alegría de la Epifanía vamos a compartir los mensajes.

 

Quiero agradecer a todo el equipo y dejarles mi bendición, gracias por esta catequesis de hoy que ha sido una verdadera Epifanía en el amor a los jóvenes y de ellos para con nosotros.

Que la Santísima Virgen les conceda un día pleno de amor y de fe hasta que Dios lo quiera.