La familia del hijo pródigo: una familia en trabajo de duelo

miércoles, 10 de mayo de 2023
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08/05/23 Todos los lunes el Padre Mateo Bautista, sacerdote camilo, nos acompaña para dialogar sobre un personaje bíblico. En esta oportunidad dialogamos sobre el hijo menor, dentro de la parábola del Padre Misericordioso (Lc 15,11-32)

Familia en duelo

“Esta familia está en trabajo de duelo: se va un hijo, no se sabía nada de él. Esta familia refleja un conflicto de una familia disfuncional, (que se puede dar hoy) , entre un padre y un hijo, un padre y un hijo mayor y entre dos hermanos. Tanto el hijo menor, el hijo mayor como el padre; podemos ser cada uno de nosotros”, dijo el sacerdote.

¿Quién es ese hijo pródigo?

Características de su personalidad:

  • Un muchacho con ganas de vivir la vida, pero derrochándola, no entregándola.
  • Buscador de una alegría fuera de su familia, de su ambiente, de placer descontrolado.
  • No vive bajo el agradecimiento.
  • Abusivo y exigente.
  • Se degrada moralmente al máximo.
  • Vuelve por hambre, fracasado, queriendo ser un asalariado del padre.
  • Pero reacciona…

El hijo menor somos nosotros

¿Quién no ha sido alguna vez ese hijo pródigo tan narcisista, inmaduro, irresponsable, egoísta y sin corazón filial?

Nosotros mismos somos el hijo menor, cuando:

  • Vivimos en una cosmovisión infantilmente egocéntrica, superficial, hedonista, perdiendo la esencia del don de la vida que hemos recibido por pura gratuidad.
  • Nos descentramos, desorientamos y desubicamos, eligiendo derroteros que nos meten en callejones sin salida.
  • No encarnamos los valores esenciales de la dignidad humana y de respeto al otro.
  • Elegimos opciones individualistas y egoístas que terminan dañándonos y haciendo sufrir a otros.
  • Utilizamos a los que nos aman y abusamos de los que nos favorecen.
  • En nuestras miserias, no nos sentimos dignos de amarnos. No nos creemos destinatarios del amor y del perdón de los otros, porque tal vez desconfiamos de su capacidad de perdonar y de la nuestra: «No merezco ser llamado hijo tuyo».
  • No reconocemos, ni valoramos, ni agradecemos todo lo que recibimos por una benevolencia impagable.
  • Elegimos la pasividad y desistimos de todo esfuerzo y responsabilidad en favor del bien comunitario.
  • No cambiamos de actitudes y de comportamientos erróneos, hasta que nos vemos con la soga al cuello.

No te pierdas de escuchar la entrevista completa en la barra de audio debajo del título.