La fidelidad

miércoles, 13 de junio de 2012
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La fidelidad, esta capacidad espiritual, el poder o la virtud de dar cumplimiento a las promesas. El que es fiel cumple las promesas a pesar de los cambios en las ideas, en las convicciones, en los sentimientos, en todo lo que pueda llegarle a pasar en la vida que pudiera provocar el tiempo.

                El que promete se adelanta al tiempo de modo lúcido y libre. Y el que cumple fielmente lo prometido lo hace conciente y voluntariamente. ¿Qué es lo que mueve su voluntad a mantenerse fiel? La convicción o la decisión de crear su vida a cada instante conforme al proyecto establecido en el acto de una promesa.

                Particularmente en el contexto de la vida de pareja, la fidelidad es uno de los pilares del amor conyugal. Es una necesidad básica de la pareja. Y todo fundamento de la confianza depende de ella.

                Hoy vamos a hablar de la riqueza de la fidelidad

Entrevista con el padre Pablo José Fuentes, misionero oblato de María Inmaculada. Animador del proyecto Hogares Sanos y Apacibles

VLF: Jesús habla de fidelidad varias veces en la Biblia: por ejemplo “quien es fiel en lo poco es fiel en lo mucho”. Cómo concibe Jesús la fidelidad con uno mismo, con Dios y con los demás.

PF: La fidelidad con uno mismo comienza con que uno descubra y acepte su propia verdad. Y ¿cuál será nuestra primera verdad a la cual tengo que ser fiel? Es que antes aún que hubiera mundo, cada uno de nosotros en particular ya estaba en el pensamiento de Dios, ya Dios me amaba. Yo soy un proyecto eterno del amor de mi Padre Dios. A mi Dios siempre me quiso, por eso el primer fiel es Dios que desde siempre me quiso y me eligió para la vida. Entre millones de posibilidades reales, uno fue el espermatozoide que ‘ganó’, el que Dios tenía dispuesto para que fuera yo. Mis padres no lo eligieron. Dios lo eligió y lo implementó desde el día en que fui concebido. Tengo que valorar mi vida. Entonces, cuando uno se viene abajo en su autoestima, cuando uno vive enojado o está triste porque piensa que nadie lo quiere está en la mentira. Muchas veces vivimos auto engañados.

Por eso, en Dios tenemos que buscar el modelo de fidelidad, y en Jesús que fue fiel porque dijo “no vengo a hacer mi voluntad sino la voluntad del Padre.” El que vive en la voluntad de Dios es fiel. ¿Soy fiel, como instrumento, a lo que Dios quiere de mi? Muchas veces nos dejamos llevar por nuestras comodidades, o nuestras perezas. Entonces, no estoy siendo fiel a Dios. Aceptar que Dios es fiel conmigo será el motivo para que yo pueda ser fiel a todo lo que Dios me pida. En esto está la raíz de ser fiel con uno mismo.

San Pablo dice que “fuimos comprados por la sangre de Cristo”. En esa mentalidad que tenía San Pablo, estábamos como ‘esclavos’. Pero Jesús vino y pagó por nosotros al precio de su sangre nuestra libertad de hijos de Dios. Yo valgo la Sangre de Cristo. Es una verdad fundamental, grande, que llena nuestra vida. Además, si soy ‘hijo’ –dirá San pablo- soy también ‘heredero’ del cielo. No tengo que hacer nada para ganar el cielo. Me lo ganó Jesús. La herencia no se gana. La herencia me toca. Lo que tengo que hacer es no perderla: pueden desheredarme si me porto mal. Pero no tengo que hacer méritos para ganar el cielo. Los méritos los hizo Jesús. Además, por más méritos que haga, nunca voy a poder ‘ganar’ semejante cosa.

Entonces, ser fieles a nosotros mismos en ese panorama: Venimos de Dios y vamos a Dios. Nuestra vida es ‘un paréntesis entre dos eternidades’. Jesús nos tiene preparado un lugar, porque quiere que donde está El estemos también nosotros. ¡cómo no le voy a ser fiel en lo que me toque vivir en esta vida!

VLF: de la fidelidad con uno mismo podríamos pasar a la fidelidad matrimonial

PF: Yo siempre digo: el que esté libre de pecado que tire la primera piedra. Hay quienes se dan cuenta de que la fidelidad hay que alimentarla todos los días, y no solo temer a la infidelidad. A veces se llega a una infidelidad ya materializada en pensar en otra persona. Pero no somos lo suficientemente fieles si no alimentamos ese amor que es tan delicado, tan frágil como es el amor de pareja. Y ese amor se alimenta con las pequeñas cosas de todos los días. Lo fundamental es el diálogo de sentimientos, donde uno puede ser muy abierto con el otro y en la presencia de Dios: poniendo a Dios entre los dos. A veces hay quienes creen que teniendo mucha relación con Dios no se preocupan del cónyuge. Conocí a una persona muy ‘rezadora’. Me contaba que por las noches se sentaba en la cama a leer la Biblia porque ahí era el momento en que más se concentraba. Yo le pregunto: ‘y tu marido?’ Y me responde: ‘cuando mi marido se acerca le digo: ¡salí, que me desconcentrás!’ y yo le digo ¿no será que le estás poniendo los cuernos con Dios?.

                Si no tenemos esa relación de cercanía con la persona que Dios puso a nuestro lado, no sé si esa oración es la que Dios quiere.

                A veces también están los que le están siendo infiel a su pareja con los hijos. El que pone al hijo en primer lugar le está quitando el primer lugar al cónyuge. Otras personas le son infieles a su conyuge con el trabajo, con los deportes, con el hobby, con el televisor…

                Entonces, hay que ver que lo importante no es solo no caer en la infidelidad sino fomentar la fidelidad, fomentar la maravilla de tener conciencia de que ésta persona es la que Dios puso en mi vida para que con ella yo camine, crezca, sea dador de vida, contagie e irradie el amor a los demás, y también para que sane las heridas que se puedan ocasionar en este caminar.

VLF: Es de mucha riqueza la oración del consentimiento matrimonial, donde los esposos prometemos fidelidad tanto en la salud como en la enfermedad, en la prosperidad como en la adversidad. Y en el momento de la entrega de las alianzas repetimos “recibe este anillo en señal de mi amor y mi fidelidad”

PF: Es muy lindo además tener esa certeza de que alguien me quiere ser fiel para toda la vida.

VLF: la pregunta es ¿qué nos prometemos en definitiva? ¿cómo se define al amor fiel?.

PF: es poner siempre al otro en primer lugar. Ahora que hay muchas parejas nuevas, cada una tal vez con sus hijos, yo les digo: ‘¿sos capaz de poner a esa persona en primer lugar en tu vida?’ Y me responden ‘no, no, en primer lugar están mis hijos’. Entonces no va a haber pareja

VLF: ¿cómo ser fiel en la adversidad? Porque hay muchos que prefieren huir ante la primera piedra

PF: Ser fiel en la adversidad parte de reconocer que somos pecadores, que todos podemos necesitar de la otra persona en un momento difícil. Ahora es ella la que me necesita. A veces en la adversidad el amor crece mucho. Pero a veces pasa que si a uno la adversidad lo descontrola, debe ser por heridas que tiene sin sanar. Yo siempre digo que lo que no se arregla de la infancia con los padres después lo paga el cónyuge. En la adversidad muchas veces nos tocan heridas que están sin sanar. Y entonces no es que se acabó el amor. Yo digo que ‘el amor se enferma, se deteriora, pero no se acaba; porque el amor de una pareja lo pone Dios’. “Que el hombre no separe lo que Dios ha unido” . Por eso es tan importante el tiempo de noviazgo para discernir si esto que siento es o no de Dios. Por eso muchas veces falla la fidelidad porque no hay certeza de que Dios puso el amor en mi vida por esta persona, me regaló esta persona. Y la manera de amar a dios es amar a la persona que Dios puso para acompañarme, para crecer, para superar los momentos difíciles. Y cuando a veces tengo cosas que me descontrolan, tengo que buscar si mi infancia está sanada o todavía hay traumas que vienen sin sanar desde la infancia o incluso desde la vida intrauterina (miedos, angustias, soledades, que es lo que vivió nuestra mamá cuando estaba embarazada de nosotros) y después lo proyectamos en nuestra relación con los demás: el cura con la comunidad, el uno con el otro en la pareja.

VLF: ¿a qué situaciones debemos prestar atención para ‘no caer en la tentación’?

PF: A todas las situaciones. El tentador está siempre listo para tentarnos. Pero la tentación es como la vacuna. Muchas veces lo que el tentador primero quiere en esto es hacer pensar que no es tentación; que es solo algo que yo siento, algo que yo deseo, algo que viene solo de mí. El tentador tienta por donde sabe que estamos más débiles. Pero el tentador solo llega hasta donde Dios permite. El tentador está atento a derrumbarnos, y Dios lo permite porque sabe que, -como en la vacuna cuando nos inoculan el virus el organismo crea defensas-, reaccionar contra la tentación nos hace fortalecer esa parte de nosotros que tenemos más débil. Por eso, por ejemplo: si repetidas veces me viene la inclinación a ver cosas pornográficas, o el hacerme el simpático o la atrayente con otra persona, ¿no será que el Señor está queriendo fortalecer esa parte que tengo débil en mí, o que tengo sin sanar? A veces traemos deficiencias afectivas muy viejas. Hay quienes tienen una herencia de descontrol en la sexualidad, personas a las que les cuesta la fidelidad pero es algo que ya lo tenían su padre y su abuelo. Hay que buscar sanar todo eso para ser mas felices. ‘Jugar con fuego’ es muy atrayente. A Eva también le pareció muy atrayente la fruta aquella, pero después se dio cuenta que estaba desnuda, vacía, le dio vergüenza, se escondió… Pero saber primero entonces que no siempre es solo mío sino que detrás de eso hay un tentador que me está queriendo convencer que allí hay algo que me llena, que allí encuentro lo que nunca tuve… y entonces uno se vuelve negativo con todo lo positivo que ha vivido con su pareja y después de 30 años dice que ha encontrado lo que nunca tuvo.

Hoy, que hay un gran ataque a la familia, yo no me desanimo. Porque si Dios permite este ataque tan fuerte, tan frontal a la familia, es porque quiere que se fortalezca más, sobre valores más sólidos. Tal vez nuestra familia se desmorona justamente porque no estaba fundada sobre valores sólidos

VLF: si se ha caído en la infidelidad ¿cuál debería ser la respuesta cristiana al adulterio?

PF: En la infidelidad caemos muchas veces. Si nos referimos concretamente a infidelidad con otra persona, hay personas que no están físicamente con otra persona pero están con el cónyuge y en ese mismo momento están pensando en otro/a. A veces –como animador del proyecto “Hogares sanos y apacibles”, y dentro del ministerio de la escucha- me toca recibir esas confidencias. Yo creo que hay que analizar si hay un verdadero amor, y si es así, fortalecerlo (porque, como ya dije, el amor no se acaba, aunque se deteriore a causa de que nuestras debilidades y malos comportamientos aumenten). Entonces, buscar las causas de esa infidelidad y ayudarse el uno al otro a encontrar las causas. Ser bien sincero con uno mismo. En la infidelidad –yo digo- uno tiene el 50% de responsabilidad, pero el otro 50% está repartido entre los otros dos (no sé si justamente mitad de cada uno, pero algún porcentaje hay). Me decía cierta vez una viejita: ‘lo que pasa en los matrimonios es que la falla del hombre la ve todo el mundo, las fallas de la mujer solo las conoce el marido. Si en los primeros años de matrimonio hubo un amor verdadero, hay que buscar el capital que ha ido acumulando ese matrimonio y sacar de ahí la fuerza del amor para superar alguna situación en la cual alguna responsabilidad han de tener los dos.

Participan los oyentes

          Yo quiero dialogar con mi esposo y él no quiere saber nada de eso. Se encierra mucho en sí mismo. El me fue infiel, contrajo una enfermedad infecciosa, rompimos las relaciones pero él me hace culpable a mi y por eso nunca quiere dialogar. No sé cómo hacer para convivir con él.

PF: Hay que encontrar el idioma de amor de la otra persona. A veces decimos “yo amo a mi manera” y al otro no le llega. Entonces ¿cuál es la manera, el idioma que el otro maneja que yo le ame en su idioma? Esto supone un poco una muerte en uno: algo se muere, pero va a nacer el amor. El que siembra amor, cosecha amor. Para algunos ese idioma serán las palabras de autoafirmación (ejemplo: “qué bien que estuviste”, “me encanta lo que hiciste”) , para otros en cambio es estar al servicio (ejemplo: “dejame, yo te ayudo”) Para otros es que lo escuchen, le den tiempo; para otros que le hagan un regalito, para otros puede ser una caricia, y para otros es que respeten su intimidad. A veces a uno le pone tenso una caricia y prefiere que no haya manifestaciones a nivel de la piel mientras que a otro eso es lo que está esperando, a otro no le gusta recibir regalos porque no sabe cómo responder. Hay que saber cómo llegar. También le diría a esta oyente que vea en la historia de su esposo si no hay algo que tiene sin sanar porque le faltó recibir afecto en su propio hogar, y tendrá que perdonar esa situación primero, para luego poder amar más y mejor a su esposa. En ese caso el amor es ayudar a su esposo a sanar las heridas que ha tenido en su infancia.

TÚ HAS SIDO FIEL Jesús Adrián Romero

Me asombra tu amor y tu fidelidad, que a pesar a mi me puedas amar

siempre has sido fiel y a mi lado estás. tus ojos de amor ven mi caminar

Tal vez el sol mañana no aparezca, pero puedo confiar en que tu allí estarás

y en el firmamento se borren las estrellas. Pero a tu palabra fiel tu seguirás

Tu has sido fiel, Tu has sido fiel. Siempre has sido fiel

 

 

Entrevista a Eduardo Arnedo, psicoterapeuta, terapeuta de pareja y especialista en sexualidad.

VLF: La infidelidad, quizá de los hombres puntualmente, ha tenido explicaciones variadas a lo largo del tiempo, casi todas tratando de justificar por qué el hombre es el que llega a ser infiel en la mayoría de los casos. La más común es que quizá el hombre tiene más necesidad sexual que la mujer.

EA: desde el punto de vista genético, en nuestra evolución hemos atravesado por distintas etapas. Hace millones de años sucedía que había que aparearse con la mayor cantidad de hembras posibles para asegurar dejar descendencia. Obviamente, esto fue cambiando y en este momento es muy importante tener en cuenta el hecho de lo cultural, de lo que fue pasando incluso a la mujer. Sobre todo en la época victoriana había y se trazó muy fuerte (siglo XIX) una fuerte moral en relación a una doble moral muy marcada sobre el sexo de la mujer. Estaban las ‘buenas’ y ‘las otras’: las buenas para tener hijos, ser madres, ser protectoras del hogar en la casa; y ‘las otras? Que estaban fuera de la casa. Como el varón era el que trabajaba, era el que supuestamente ‘se merecía’ ese regocijo fuera de la casa. Con el tiempo esto también fue cambiando. De hecho, desde la adquisición de la anticoncepción, en la década del 50, las mujeres comenzaron a darse cuenta de que ellas también podían separar la cantidad de hijos que querían tener de la vertiente creativa de la sexualidad, aquella que tiene que ver con el placer, con la intimidad, con el afecto, con el amor. Y anteriormente también con la grandeza: me estoy refiriendo concretamente a la segunda guerra mundial, en que los hombres salieron al campo de batalla y muchas mujeres quedaron ocupando esos espacios sociales fuera de la casa. Luego de esto se da ya la concepción de la mujer que estudia, tiene proyectos, piensa en sí misma.

VLF: es decir entonces que esto de que el hombre tiene mayor necesidad sexual es un mito

EA: en este momento creo que hay mayor deseo sexual básicamente empujado por cuestiones culturales. E hecho, la mayor parte de la publicidad está dedicada al erotismo masculino, no al femenino. Las mujeres es como que en este aspecto las mujeres están subestimadas, y no es que ellas no tengan erotismo. Y cuando hablo de erotismo no hablo de algo que esté fuera de lugar. Estoy hablando de “eros”, el dios del amor, hijo de Afrodita. Por eso es que yo separo el amor erotizado, que es el que se tiene con una pareja, del amor fraterno, que es que se tiene con un papá, una mamá, un hijo. Es muy importante que la elección de la pareja se realice a través de este mapa erótico-sexual que se construye en la infancia y se pone de manifiesto después de la pubertad.

VLF: ¿qué sería el ‘mapa erótico-sexual’?

EA: se construye aproximadamente entre los 5 y los 10 años. Y no es que las mujeres y varones se van a erotizar con cualquier varón o cualquier mujer. El mapa erótico-sexual es bastante más estrecho de lo que se cree. Son esas personas que se nos acercan y por ahí sentimos un atractivo, esas sensaciones viscerales, hay como una cuestión de inquietud de querer conocer más a esa persona, y de querer ir creciendo en una relación afectiva.

VLF: ¿tiene que haber una educación para el amor sexual humano?

EA: sí. De hecho, el ser humano nace sexo-eróticamente inacabado, incompleto, y necesita de la educación sexual para completar desarrollos adecuadamente. Hace cerca de 4 años que está la ley de educación sexual, y todavía no se ha formado a docentes en el campo de la educación sexual y muchos opinan desde la filosofía personal que tienen de lo sexual, y trabajan desde allí y no de la sexología como ciencia. Entonces, lamentablemente, muchas veces incurren en errores transmitiendo mensajes inadecuados, equivocados, que muchas veces tienen que ver con las dificultades que tienen ellos mismos. En este momento, yo estoy trabajando en hospitales y es frecuente atender a niñas de hasta 9 años embarazadas. Es como que se ha adelantado la estimulación social de lo que tiene que ver con la sexualidad, pero no se acompañó esto con una adecuada preparación de los adolescentes. Esa preparación se debería dar desde la familia y desde la infancia, les guste o no a laos padres, lo sepan o no, lo reconozcan o no, son los primeros educadores en sexualidad.

PARA VIVIR UN GRAN AMOR Cacho Castaña
Para vivir...Hay que tener un gran amor, para vivir...
Para vivir...Se necesita un mundo nuevo descubrir...
Para vivir... por el camino de la vida hay que seguir,
con la esperanza de llegar a ser feliz,
aunque dejemos otro amor en el pasado...
Para vivir...hay tantas cosas que se deben compartir,
tantos momentos que se pueden convivir,
con la tibieza de tu amor entre las manos...
Para vivir...Yo necesito de tu amor, para vivir...
Para vivir...Yo necesito tu calor cerca de mí...
para vivir hasta morir... Enamorado...
 
Entrevista al Dr. Juan Carlos Palmero, abogado, ex Secretario de Culto de la Nación, Presidente de la Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba.

VLF: ¿Es posible que esta nueva reforma del Código Civil admita a la infidelidad como causal de divorcio?

JCP: Estamos frente a un ‘anteproyecto’ al cual todavía no se ha transformado en ‘proyecto’ del poder Ejecutivo. Lo que nosotros tenemos en conocimiento está en permanente modificación. El anteproyecto propone un cambio sustancial de la organización del régimen matrimonial en este sentido. El Código Civil actual, dentro de los derechos y deberes de los cónyuges coloca en el Art 198 que ‘los esposos se deben mutuamente fidelidad, asistencia y alimentos’. El proyecto modifica sustancialmente esto, suprime lo que se llaman ‘las causales subjetivas de divorcio’ que son justamente infidelidad, cohabitación, injurias, etc., y deja exclusivamente en el Art 431 que ‘los cónyuges se deben asistencia recíproca’. Es decir, desaparece como causal de divorcio tanto las causales subjetivas antes mencionadas. El divorcio pasa a ser una decisión unilateral o acordada de cualquiera de los cónyuges. Basta que la voluntad de uno de ellos decida concluir el matrimonio para que el matrimonio cese inmediatamente con la interposición de la demanda a la cual debe acompañar una especie de proyecto de división de los bienes en común, el régimen de los hijos, etc. Las ‘causales subjetivas’, lo que han sido la construcción del matrimonio monogámico desde la sanción del Código civil hasta la fecha, cambia sustancialmente, desaparece, y queda una causal objetiva en manos de la decisión de cada uno de los cónyuges, porque se entiende que lo otro es algo que está en el ámbito de la vida privada de las personas y por tanto no alcanzan a transformarse en un deber jurídico.

VLF: Hoy, antes de la reforma del Código Civil, la infidelidad, ¿ está entre uno los motivos principales por los cuales una pareja se divorcia?

JCP: No sé exactamente las estadísticas. Yo diría que la causal más frecuente es la injuria: malos tratos, incompatibilidades, este tipo de situaciones que se producen cuando se rompe la armonía familiar. Obviamente que también están el adulterio y la infidelidad. Algunos distinguen la infidelidad para la formación de una pareja estable a la par de la legal y otras en formas accidentales las colocan dentro de la injuria.

Entrevista de Florencia Barzola a Virginia Gawel, licenciada en psicología, especialista en terapia transpersonal.

FB: ¿qué consecuencias trae la infidelidad para la pareja?

VG: graves e importantes sobre todo cuando no hay sinceridad. La infidelidad que se ha consumado y que se trae como un problema de pareja, se puede resolver, es un trabajo de dos. Pero las consecuencias que uno observa cuando trabaja en forma individual sobre todo, es que el que ha sido traicionado tiene secuelas muy serias si eso no fue reparado. Todo terapeuta ha trabajado con alguien que está siendo infiel a una persona y que tiene un montón de auto-engaños que el terapeuta necesita ayudar a desglosar. Hay quienes tienen el autoengaño de que si tienen sexo con otra persona pero no están enamorados no es infidelidad porque eso le va a dar mejor estado emocional para poder estar con su pareja porque tengo un escape con otra persona. En principio, yo reemplazo el término ‘fidelidad’ por ‘lealtad’. Ser leal a un amigo y no fallarle nunca parece algo muy natural. Para comprenderlo más fácil, en términos de dinero: tienen dinero en común. ¿le sacarías a tu amigo su dinero aunque él no se de cuenta o aunque después se lo vayas a devolver? (Eso sería más reparable que la infidelidad) ¡No, jamás! ¡eso no se hace a un amigo! Se supone que en una pareja son ‘más que amigos’. Entonces, en términos de lealtad, la infidelidad no es aceptable para construir una pareja que valga la pena. Y no estoy hablando de moral sino de salud psíquica. Cuando hablamos de salud psíquica, la moral –no impuesta por una religión ni por la ley, ni por los padres- estoy hablando del espíritu. Nosotros sabemos dentro nuestro cuándo nos estamos dividiendo para mentir. Mentir –que es parte de la infidelidad- significa que no voy a ser íntegra (de una sola pieza). Uno quiere hacer ver que las cosas son de una manera y arma un montón de artilugios para defender que en verdad es de otra manera. De esta manera, frente a esa persona a la que le estamos mintiendo, uno es ‘dos’. Establecer una pareja, aunque no haya un contrato firmado, hay un com-promiso: las dos personas se prometen estar juntos. allí hay un trato de lo que para mí es tan importante: la palabra; Y eso implica que si el otro tiene interés por un tercero, o sea que cuando uno de algún modo da la palabra para la lealtad, compromete a que hay variables en el tiempo que no sabemos cuáles van a aparecer, y dentro de eso puede suceder que uno se enamore de otra persona porque uno es humano. Lo que en ese caso es necesario es que la palabra sea cumplida y uno pueda comunicarle al otro lo que le está pasando. Porque dentro de la lealtad le estoy dando un derecho inalienable que es el derecho del otro a saber la verdad. Si el otro sabe la verdad, sabe cómo moverse. Y dentro de ese saber cómo moverse puede suceder que lo va a acompañar en su confusión o en su nueva elección.

                Detrás de cada mentira hay temor. Por eso es tan importante la valentía de plantear la verdad. En una pareja que se ha establecido en base a las reglas del espíritu, puede suceder que decidan no estar más juntos para clarificar lo que cada uno quiere en el caso de que uno de los dos encuentre otra pareja. Así, se sufre, sí, pero bajo las reglas de saber qué está pasando. Y entonces si hasta los hijos saben toda esa historia, se pueden sentir honrados que sus papás hayan resuelto la situación de esa manera, donde hasta pueden seguir siendo amigos. Porque han tenido en el momento la lealtad de decirse la verdad.

FB: y en el caso de que el que se fue decida volver ¿cómo se recomienza? ¿cómo se salva ese matrimonio?

VG: en mi experiencia, trabajando con parejas y con individuos que refieren sus situaciones de pareja, siempre es mucho más fácil remontar una situación en que se planteó con claridad lo que pasaba. Y cuando quien está enamorado de otra persona se da cuenta de que no es así y decide volver, eso va a acarrear enojos porque el otro ha sido lastimado. Sin embargo, la herida de haber desertado temporariamente del vínculo bajo la verdad –desertar en tanto que ‘no puedo seguir cumpliendo mi palabra’- y volver; si la persona que ha quedado fuera del vinculo acepta volver, siempre va a ser más sencillo que remontar la mentira. El acto valiente de compartir lo que a uno le sucedió y pedir perdón, o sea, reparar juntos eso que pasó como pareja, es posible.: la pareja (salir, estar juntos, tener sexo) puede tener distintos niveles de conciencia. Puede tener un nivel muy chato, formal, desde las necesidades sociales o sexuales. O puede ser un contrato del espíritu. Y aquí yo me permito incorporar un concepto que me parece importante: la palabra alianza. Alianza significa que la parte del todo que encarna el otro y la parte del todo que me encarna a mi, se van a aliar para que en este mundo se viva un aprendizaje de dos.

                Fidelidad viene de ‘fidelitat’ que era una diosa del panteón romano que representaba la comunión con el dios que había en el otro. Servir a un dios significa: tengo fe en el dios que hay en vos, y le voy a ser leal a ese dios para que se desarrolle. Y el trato que tenemos es que vos me vas a ayudar para que la porción de dios que hay en mí se desarrolle, se despliegue en esta vida. ‘Traicionar’ significa etimológicamente ‘traer al otro al bando enemigo (sería dejarlo solo en las filas de lo que no queremos, de lo que no hemos elegido para nosotros). La palabra ‘engaño’ significa etimológicamente ‘burlarme del otro’. Lo que tenemos que remontar en terapia cuando alguien ha recibido una mentira, es sentirse burlado, sentirse estúpido, aunque no haya sido eso sino que haya sido confiado. Sentirse burlado es muy doloroso. La confianza burlada es muy dolorosa y eso necesita repararse en el proceso.

FB: ¿cómo retomamos la confianza, cómo perdonamos? Porque a veces decimos que perdonamos, pero queda la desconfianza. Siempre hay un reproche de lo que el infiel hizo.

VG: el perdón tenemos que saber que es un proceso. Sí partimos de la decisión de querer perdonar, pero luego el proceso se va a desarrollar a lo largo del tiempo con tropiezos, dolores, errores, enojos. Y hay que fabricar un recipiente para ese proceso sabiendo las partes que ese proceso va a implicar tiempo y dolor, y reencuentros y desconfianzas, y la persona que es desconfiada porque falló en su palabra, va a tener que bancarse eso. Va a tener que saber que el otro no va a poder confiar porque decidió hoy confiar. Porque adentro hay una herida. Entonces, la confianza va a tener que ganarla. Porque por anticipado se le dio crédito. Lo perdió. Ahora va a tener que ganarlo. ¿se puede? Sí, pero es un proceso penoso, difícil. Y que el amor lo es. ¿Puede la pareja quedar más fortalecida? Sí. Con procesos de perdón se fortalece. Nunca se va a fortalecer con infidelidad, por mas que al que la esté viviendo le traiga más hormonas, que no se engañe. Para el proceso del perdón a veces hace falta la ayuda de un tercero, un terapeuta que ayude a sostener esto corrosivo que está en el recipiente y que se va a tener que transformar en algo alcalino. Después de un proceso de perdón, la pareja queda en un nivel de conciencia distinto del que tenía, y donde sí se puede hacer al cabo de mucho tiempo ‘borrón y cuenta nueva’. Pero siempre trabajo. No silencio.

Verónica La Forgia: para cerrar este programa, escuchamos mensajes de los oyentes y volvemos a invitar al Padre Pablo Fuentes para que nos ayude a responder a sus inquietudes.

          Yo he traicionado, burlado, causado daño. Asocio la palabra ‘infidelidad’ con ‘infierno’. Ser infiel es mantenerse en el infierno. Uno no dimensiona el daño que hace. Dios, en su infinita misericordia, me ha perdonado. Y mi esposa está tratando de perdonarme también

          Tengo a mi exesposo con quien quisiera seguir en amistad por ser el padre de mis hijos. Cuando le quiero hablar él siempre está agrediendo, tratando mal. Pero a la vez me hace ver que él está solo, que sufre, y que él a mi me ve bien. Yo sé que estoy bien porque estoy con Jesús y María pero sufro porque no estoy con él. ¿cómo actuar ante la agresividad del cónyuge?

PF: Creo que hay que corregir la base de la agresividad. Tal vez con la agresividad no se pueda con- vivir, pero sí descubrir si hay o no un amor verdadero. Para mi esto es clave. En muchos casos, el amor verdadero nunca existió, aunque haya hijos. Pero si existió, no se acaba. El amor lo pone Dios, y “que el hombre no separe lo que Dios ha unido”. Si lo pone Dios, no lo pone por 3 o por 15 años. Lo pone para siempre. La infidelidad trae: enfermedades en lo físico, tensiones en lo psíquico, y mentiras en lo espiritual. Eso está indicando que no es un camino de liberación sino todo lo contrario:  dolor. Como ‘estar en el infierno’. Y es importante la sanación de las heridas que uno traiga, y de las que traiga generacionalmente. Hay que pedir a Dios que sane. Es cierto que el perdón hay que tomar la decisión de perdonar, pero después hay que pedirle a Dios que me ayude, porque no solo es el tiempo y la contención. Es la oración. Es Dios quien me va a dar la gracia de perdonar. Con las fuerzas humanas no llegamos a un perdón suficientemente profundo. Y también es bueno que las personas a las que perdonamos reconozcan la parte de error que hayan tenido para que también pueden pedir perdón, y no solo recibir el perdón y guardarlo con una memoria de elefante, que pasan los años y todavía no terminan de dar el perdón. Si me piden perdón tengo que darlo, y dar el perdón es también una decisión. Tengo que darlo, y cuando me vengan ‘coletazos’, la tentación de volver sobre lo mismo, decir ‘yo ya perdoné’. Porque entonces pasa a ser una tentación. Una tentación que el Señor permite para que fortalezca mi decisión. Sin Dios es sumamente difícil (yo diría que es casi imposible). Entonces. Hay sanación, pero es importante buscar la sanación personal, que cada uno sane sus heridas porque entonces nos vamos a encontrar mas pacíficos

Esta oyente dice “sufro porque no estoy con él”. A veces hay un amor, pero la persona está muy herida, entonces uno experimenta el amor más claramente que el otro. Aunque lo pone Dios, de acuerdo a las heridas que uno tenga, uno experimenta el amor mas claramente que el otro porque estas heridas le están doliendo Pero si uno experimenta el amor con total claridad, es que lo puso Dios. Dios no pone el amor en uno y en el otro no. Es solo que en uno ‘no circula bien’ la corriente afectiva.

Para cerrar: Todos PODEMOS CRECER EN FIDELIDAD. No solo señalar al otro sino también reconocer lo que hay en cada uno de nosotros de infidelidad, y cómo podemos estimularnos a ser fieles. LO QUE MAS ESTIMULA PARA VIVIR EN FIDELIDAD, ES SABER QUE DIOS ES FIEl. Y también, estimulémonos unos a otros con nuestra fidelidad mas que con nuestros reproches a la falta de fidelidad.

 

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