Foto: Sebastián Bertucelli, gestor de políticas sociales
01/04/2020 – Desde que se declaró la pandemia del COVID – 19, se confirmó el contagio de casi novecientas mil personas en todo el mundo, un número de fallecidos cercano a los 42 mil, y una crisis social, económica y sanitaria que llevó al actual secretario general de las Naciones Unidas, el portugués Antonio Guterrez, a decir que estamos ante la crisis global más grave desde la Segunda Guerra mundial.
Guterrez, que es un hombre de fe y que tiene gran afinidad con el Papa Francisco, dijo esta mañana que estamos corriendo el riesgo de una explosión de la enfermedad con consecuencias trágicas y millones de muertes, en particular en el continente africano, si no hay estrategias más eficaces y coordinadas para combatir la pandemia”.
No hacemos referencia a estas apreciaciones para causar pánico o alarma, sino para que entendamos bien dos cosas: la gravedad de la situación y la necesidad de que tengamos estrategias inteligentes para luchar contra esta pandemia; estrategias personales, en la familia, en el barrio, en la ciudad, en cada país y en el mundo.
Para hablar de estas estrategias en sus distintos niveles, dialogamos con Sebastián Bertucelli, gestor de políticas sociales, consultor de la Organización Panamericana de la Salud y asesor de gobiernos en trabajo en red.
Al respecto, Bertucelli subrayó: “La conciencia que hoy tenemos es la que viene por la tradición médica (…) y después, todas las terminologías usadas desde el miedo: “peligro”, “miedo”, la palabra “cuidad” que es una palabra hermosa pero la han puesto en el contexto del miedo pero significa otra cosa. Debemos tomar todo lo que sabe la tradición médica, valorarla, aprovecharla pero, valorarla desde el punto de vista comunitario”.
El especialista también destacó que “tenemos que abordar el problema que tenemos que es real pero no amplificarlo ni minimizarlo. Hay que separar lo médico de lo social (…) esto no es una guerra, como se plantea, no es ponernos a la defensiva, como se plantea. Acá está puesto, arriba de la mesa, a prueba, nuestra confianza con los ojos bien abiertos pero debemos poder confiar en el vecino, en nuestro prójimo y poder ayudarnos entre todos”.