La Hipocresía

jueves, 19 de julio de 2007
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Hipocresía existe en todas las personas piadosas religiosas, la razón el motivo es sencillo, donde mas fuerte es la estima de los valores del espíritu de la piedad y de la virtud ahí también  es mas fuerte la tentación de ostentarlos para no parecer falto de ellos; es una línea  muy fina, muy delgada cuando uno a veces exagera y termina siendo hipócrita aunque esté mostrando lo mejor.
A veces es la propia  función que nos toca llevar a cabo, la que nos empuja a serlo, para ser, para parecer para generar una imagen de autoridad para poner orden, esto mucho ocurre en nuestras comunidades cristianas, pastores, guías catequistas, incluso entre los mismos integrantes, todos estamos en la cuerda floja. Ciertos compromisos de hacernos amar y temer por los hombres, por lo tanto el  adversario de nuestra felicidad persigue y disemina por todas partes los lazos del Bravo, Bravo, para prendernos a nuestras espaladas, mientras lo recogemos con avidez para separar nuestra alegría de nuestra verdad y unirla a la mentira de los hombres para hacernos gustar el amor y el temor no tenidos  en tu nombre sino en tu lugar.
La hipocresía mas perniciosa es esconder  la propia hipocresía, en ningún esquema de examen de conciencia nos hemos hecho quizás esta pregunta:
¿ Me he preocupado por la mirada de los hombres sobre mí mas que la de Dios?
¿ Me importa mas lo que piensan los hombres de mí  mas de lo que piensa Dios?
¿ Me importa parecer bueno ante los otros y no buscar la bondad de mi corazón?
¿ Me importa parecer comprensivo y no serlo  en realidad?
¿ me importa parecer que acepto y enojarme con lo qué me están diciendo?
En ciertos momentos de la vida hay que introducir estas preguntas al examen de conciencia y seguramente vamos a pasar como culpables-.
Descubramos esto:
En algún momento, en nuestra  búsqueda interior y en esta conversión permanente que tenemos que hacer y que nos planteamos lo doloroso, que es descubrirnos hipócritas sobre todo cuando uno hila finito, pero si uno dice: soy bueno, ayudo, hago tal apostolado, tengo una comunidad en al que oramos, soy misionero, a todo eso que vivo desde mi ser cristiano con que intención lo hago?
¿Cuál ES LA INTENCIÓN MAS OCULTA DE MI CORAZON?
¿Qué es lo que busca mi corazón  cuando se instala en determinadas circunstancias ó vive de determinada manera?
Cuenta en su reflexión el Padre Raniero Cantalamesa quien hace una reflexión bellísima sobre el tema que hoy tratamos:
  Un día tocaba como Lectura del Evangelio en la Misa la  parábola de los talentos, escuchándolo entendí de golpe algo:
 “ENTRE HACER RENDIR LOS TALENTOS O NO existe una tercera posibilidad la de PONERLOS A RENDIR POR SÍ MISMOS NO POR EL DUEÑO”, por la propia gloria o por el propio provecho y esto es un pecado tal vez mas grave que sepultarlos. En la Celebración dice el Padre en el momento de la comunión tuve que hacer como ciertos ladrones atrapados en delitos in flagrantes que llenos de vergüenza vacían los bolsillos a los pies del propietario lo que le han quitado.
Respecto a poner a rendir por sí mismos los talentos, yo reconozco en mí determinadas actitudes, valores, habilidades, ó sentimientos y los pongo a andar y a rodar por sí mismos porque son buenos en sí mismos y el Señor los puso en mí para ser multiplicados pero no para vanagloriarme, para mostrar una imagen o utilizarlos como un medio en sí para ser aceptados.
Jesús nos deja un medio sencillo e insuperable para rectificar nuestras intenciones varias veces al día.
Las primeras peticiones del Padrenuestro:
“Santificado sea tu Nombre, Venga a nosotros tu Reino, y  Hágase tu voluntad”, se pueden recitar como oración pero también con declaraciones. Para que venga tu Reino y se haga tu voluntad, en estas tres oraciones dentro del Padre Nuestro, está la clave para acabar con la Hipocresía de nuestra vida, para limpiar nuestro corazón, para blanquearlo que nuestras intenciones estén teñidas con esto “Señor que sea Santificado en mis acciones tu nombre,  pensemos si pedimos esto y cuando hacemos algo y lo hacemos mal, santifico el nombre de Dios?
En lo que hacemos y cómo lo hacemos, estamos santificándolo? Santificado que sea tu nombre en mis acciones que venga a nosotros tu Reino por mis acciones que DESASTRE!!!, si por mis acciones,  tiene que venir el Reino de Dios no nos salvamos, sino nos comprometemos a limpiar nuestro corazón y cumplir con esto no vendrá nunca el Reino de Dios.
Hágase tu voluntad: no lo que yo quiero y deseo sino también lo que Dios desea para mí y para todos  en nuestro corazón. Sería una contribución preciosa  para la sociedad y Comunidad Cristiana. Si la Bienaventuranza de los puros de corazón nos ayudaran a mantener, despierta EN NOSOTROS LA NOSTALGIA DE UN MUNDO LIMPIO, VERDADERO, SINCERO SIN HIPOCRESÍA NI RELIGIOSA NI LAICA un mundo en el que las acciones se correspondan con las palabras, las palabras a los pensamientos y los pensamientos de los hombres a los de Dios.

Cuenta una escritora una fábula donde una joven termina por magia en un país de cristal con casas de cristal pájaros de cristal personal que se mueven como graciosas estatuillas de cristal.
Con todo, nada nunca se hizo añicos por que todos se movían con delicadeza para no hacerse daño. Las personas responden a las preguntas, antes que se les formulen por que hasta los pensamientos se han hecho abiertos y transparente, nadie busca ya mentir sabiendo que ya se puede leer lo que se tiene en la cabeza y se piensa 

Da escalofríos solo pensar que pasaría si esto ocurriera ya entre nosotros, por eso no al menos tender a tal ideal, es el camino que lleva a la Bienaventuranza que comentábamos de los puros de corazón por que verán a Dios en el Hermano o quien intente hacer ver al hermano que descubra a Dios que esta en su corazón, es quien caminando en la búsqueda de la limpieza de su corazón y quizás viva en este país de cristal. Lo importante de esta Fábula dice la escritora “Aprendieron a moverse con delicadeza hará no hacerse daño”.
La delicadeza es el arma que debemos tener cerca para acabar con la Hipocresía, la delicadeza que nos lleva a actuar con Caridad de pensar que cada movimiento mío que cada acción que cada intención con la cual me muevo, me puede dañar pero mas aun puede dañar al otro.
La delicadeza parte de un corazón que verdaderamente se ama y se ama porque ha descubierto a Dios en ese amor y se ha reconocido a sí mismo, como esta creación única y hecha a imagen y semejanza de Dios, entonces surge hacia fuera lo que realmente es.
Aprendamos a movernos dentro de nuestras comunidades, nuestras familias, con esta delicadeza de quien ama realmente para no hacernos daño y así poder cumplir con esto que en el Sermón de la montaña se nos invita a conquistar:
La pureza del corazón para alcanzar la verdadera Felicidad.

Lecturas para reflexionar aportados por un oyente.
(hebreos 4 15-16)
(Jn 5 –24-27) al final.