La historia detrás del nombre de Carlos de Dios Murias – Fray Martín Bitzer

martes, 2 de octubre de 2018
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02/10/2018 – “Su nombre es un anticipo de lo que iba a ser su vida”, reflexionó en torno a la vida de Fray Carlos de Dios Murias, Fray Martín Bitzer, de la Orden de los Frailes Menores Conventuales y Vicepostulador de la causa de beatificación de Monseñor Enrique Angelelli, los sacerdotes, Carlos de Dios Murias, Gabriel Longueville y el laico Wenceslao Pedernera.

Relató que “Los padres de Carlos habían tenido tres hijas y el papá quería un hijo varón, entonces se lo pidió a Dios, y Dios se lo concedió, por eso cuando llegó el momento del bautismo, le puso Carlos de Dios”.

Su vida

“Carlos nació el 10 de octubre de 1945, en la ciudad de Córdoba. Los nombres de sus padres son Carlos María Murias y Ebe Ángela Grosso. Fue bautizado al mes siguiente de su nacimiento e hizo la primera comunión en el Convento de Santo Domingo de la ciudad de Córdoba. En 1958 inició los estudios secundarios en el Liceo Militar ‘General Paz’ de Córdoba, los que completó en diciembre de 1962, obteniendo los títulos de bachiller y de subteniente de reserva”, indicó.

Por otra parte, “En 1964 en la Mariápolis organizada por el movimiento de los focolares en Río Tercero, también en la provincia de Córdoba, se produjo el primer contacto de Carlos con los frailes franciscanos”, señaló el Vicepostulador.

En este contexto, Fray Martín recordó que “Su familia no se opuso a su decisión de ser sacerdote pero tampoco lo apoyó. Pero como era un hombre muy decidido, sólo les informó cuando ya había tomado la decisión de ingresar en la Orden franciscana”.

“No era un hombre pusilánime -resaltó Fray Martín- y los testimonios coinciden en que era muy generoso y decidido“.

¿Qué piensa la familia sobre su pronta beatificación?

Fray Martín describió que “Cada uno de los familiares de los mártires de La Rioja, vive esta situación de un modo distinto. Pero coinciden en que la Iglesia los reconozca como mártires, y que esto es un medio para encontrar consuelo”. “En la entrega a los pequeños, Fray Carlos de Dios Murias, encontró su motivo para vivir”, concluyó.