07/04/2022 – Esta semana en “Enseñanzas desde el Magisterio de la Iglesia”, comenzamos a desandar la Constitución Pastoral “Gaudium et spes” sobre la Iglesia en el mundo actual. En la elaboración y aprobación de la Constitución se siguió un proceso largo en el tiempo e intenso en las discusiones.
Junto al padre Javier Soteras, Director de Radio María, comenzamos a adentrarnos en este texto que, en cierta forma plantea: “¿Quién es la Iglesia para el mundo?”.
El padre Javier dijo que este documento es un “diálogo de la Iglesia en el mundo, es un reajuste del modo de estar en el mundo por parte de la Iglesia en un contexto muy diverso, en el cual le costó mucho (y le sigue costando) en algunos ámbitos ubicarse en el lugar y rol que le corresponde respecto a la sociedad”.
Asimismo explicó que este documento está dirigido a toda la humanidad: “Desde este lugar de servicio de la Iglesia como un lugar reflexivo, no con la intención de poner doctrina sino como un reflexionar juntos al mundo y, por eso, abierto a la intervención de peritos y especialistas no eclesiales que hicieron su aporte en este documento”, dijo.
El documento también se expresa sobre “el tema de la finalidad de la humanidad, es lo que está en juego: hacia dónde va el mundo y qué misión tiene el hombre en el contexto del universo, cuál es el sentido del esfuerzo tanto individual como colectivo”, mencionó el padre Javier.
Además, la Iglesia, pensando en el hombre y en su vocación, quiere acompañarlo en la mejor configuración de sí:
“Hay una segunda parte en “Gaudium et spes” que sería este hombre que la Iglesia entiende y está llamado a una determinada vocación e identidad, como este hombre tiene algunos problemas que resolver para que esa configuración de plenitud humana alcance su término ¿quién da esa configuración auténtica?. El Espíritu Santo que nos guía en su dinámica”, explicó.
Avanzando en los puntos del Concilio, el texto se dedica a pensar la dignidad humana y dice que esa dignidad surge de un acto creador.”
Pero esta imagen de Dios está dañada o herida por alguien que no se puede considerar en la revelación: se llama pecado. Es la negación de Dios”.
El padre Javier Soteras nos acompaña cada semana en este espacio
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