05/04/2022 – En “Pensar la fe en el cambio de época”, el padre Gerardo Ramos, de los Padres del Sagrado Corazón de Jesús de Betharram, habló de la inculturación en diferentes contextos con un recorrido por distintas experiencias, en distintos países y continentes, con pinceladas socioculturales y pastorales. “Inculturación es un término que significa armonizar la misión y la evangelización con las culturas de los pueblos. El papado de Juan Pablo II trabajó mucho esto, sobre todo en el documento “Redemptoris missio”, donde afirmaba que la inculturación es un camino lento que acompaña toda la vida misionera y requiere la aportación de los diversos colaboradores de la misión de gentes, la de las comunidades cristianas a medida que se desarrollan, la de los pastores que tienen la responsabilidad de discernir y fomentar su actuación. El padre Pedro Arrupe fue uno de los grandes impulsores en la Iglesia de la inculturación desde la visión jesuita. Hay que descentrar a la iglesia, que no sea solo eurocéntrica, para que sea multicultural y policéntrica”, mencionó el teólogo bonaerense.
“La endoculturación es la inculturación en el propio país y esto lo he podido hacer también. Ocurrió cuando viví 6 años en Santiago del Estero, donde me encontré con una cultura norteña. Allí hay un gran sentido del encuentro, algo muy latinoamericano. Esto me abrió a un peregrinación misionera que hicimos con otros dos sacerdotes en Perú y Ecuador, aquí la cultura se muestra muy acogedora”, dijo Ramos.
“Luego tuve una experiencia en Montevideo, la capital de Uruguay. Este país está muy marcado el laicismo desde inicios del siglo 20. Si bien el uruguayo es muy amigable pero no tiene tanto la simbología religiosa cristiana como lo tenemos nosotros en Argentina. Allí las comunidades cristianos son muy pequeñas a raíz de este laicismo. En Brasil hice una experiencia misionera de gran aprendizaje, con compañeros religiosos que habían acompañado pastoralmente lugares increíbles. Este vecino país tiene una gran capacidad para integrar lo diferente, con una mirada muy positiva en general. En Paraguay encontré mucha devocionalidad, con una presencia mariana muy activa. El paraguayo está muy presente en Argentina, en el Litoral o en el Gran Buenos Aires. La recorrida de estos países de Sudamérica siguió por otras naciones de Europa, Asia y África”, recalcó el padre Gerardo.
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