16/06/2025 – ¿Qué pensar de los titulares sobre que la Inteligencia Artificial (IA) es una burbuja a punto de explotar o que es «puro humo»? O por el contrario, ¿te parece que es la única salvación y que ya casi es una nueva deidad? En el ciclo «Un mundo artificial, ¿una sociedad más humana?», Ezequiel Romano , especialista en tecnología y divulgador de IA, nos invita a hacer un ejercicio de discernimiento crucial: ¿es la IA una fantasía o una realidad que ya transformó nuestro mundo? Preparate para cuestionar lo que escuchás y desarrollar un juicio crítico sobre la IA.
Ezequiel nos introduce en la conversación señalando cómo, en el último año, la IA ha sido presentada como una revolución omnipresente, el presente y el futuro, algo que transformará todo e incluso algunos ya la ven como una nueva deidad. Sin embargo, en los últimos meses, surgió una contranarrativa: ¿y si todo esto es «humo», una gran burbuja a punto de explotar, como las «punto com» del 2000 o las burbujas inmobiliarias? Ezequiel nos propone analizar dos argumentos que alimentan esta idea de que la IA es una gran estafa.
El primer argumento es el de la «gran estafa», que sostiene que la IA es una «economía de fantasía» donde se invierte muchísimo dinero en startups sin modelos de negocio viables, con ingresos ficticios y costos impagables. El caso más resonante es el de Builder.ai , una empresa que prometía crear aplicaciones con IA en minutos, levantó millones de dólares (incluyendo inversiones de Microsoft y fondos de Qatar), y luego se declaró en quiebra. La sorpresa: detrás de esa supuesta IA, había 700 ingenieros humanos mal pagados que hacían el trabajo manualmente, vendiendo un «humo» tecnológico que no existía. Esto, nos recuerda Ezequiel, es similar a lo que ocurrió con el metaverso , otra «revolución» tecnológica que, por el momento, no ha explotado como se esperaba.
El segundo argumento proviene de un documento de Apple, titulado «La ilusión del pensamiento», que plantea que los modelos actuales de IA no razonan ni piensan. Apple, una empresa gigante en el ámbito tecnológico, utilizó el juego de la Torre de Hanói para «probar» los modelos de IA de la competencia (como ChatGPT y Gemini), demostrando que no podía resolver problemas complejos con muchos pasos. Esto generó un gran impacto, llevando a muchos a concluir que la IA no es tan inteligente como se dice.
Sin embargo, Ezequiel nos invita a un discernimiento más profundo. Si bien las argumentaciones son «100% válidas», el análisis de Apple es incompleto. La IA, lejos de ser «tonta» o «boba», en el caso de la Torre de Hanói, es «vaga»: reconoce que el problema es muy largo para resolverlo de la manera pedida y propone hacerlo de otra manera. Es más, si se le pide a la IA que cree un simulador para resolver el juego, ¡lo hace perfectamente! Esto demuestra que la IA tiene la capacidad de razonar, pero elige la forma más eficiente de hacerlo, un matiz que el documento de Apple «se quedó corto» en mencionar, quizás con el objetivo de desacreditar a la competencia.
La respuesta de Ezequiel a la pregunta «¿Es la IA una burbuja a punto de explotar?» es un rotundo «No» . La IA no es una burbuja, sino una realidad concreta e inevitable que ya cambió la matriz económica y se integra en nuestra vida cotidiana. No se trata de cuestionar permanentemente si razona mucho o poco, sino de ser curiosos, investigar, desarrollar el juicio crítico y, sobre todo, preguntarnos: ¿para qué nos sirve en nuestras vidas? La «ola de la IA ya llegó a la costa», y la clave es cómo nos preparamos para surfearla, sin caer en los extremos del «roboteísmo» (creer que lo hace todo) o de la negación absoluta. La invitación es a encontrar un punto de equilibrio, a discernir qué es lo humano que nos ayuda a desarrollar nuestras potencialidades, a ser más creativos ya liberarnos para cuestiones más humanas, sin delegar nuestras responsabilidades.