La invitacion a crecer en la Fe

viernes, 15 de julio de 2011
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                                          La invitación a crecer en la fe

 

“No acumulen tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre los consumen, y los ladrones perforan las paredes y los roban. Acumulen, en cambio tesoros en el cielo, donde no hay polilla, ni herrumbre que los consuma, ni ladrones que perforen y roben. Allí donde esté tu tesoro, estará también tu corazón”.

 

 

                                                                                    Mateo 6,19-21

 

La pobreza en la perspectiva de Teresa de Jesús

 

Estoy tranquila cuando menos tengo y siento pena cuando sobra mucho, decía Teresa.

El Señor me ha dado a entender las ventajas que hay en la pobreza y también se dará cuenta de esto quien la experimente, decía Teresa, la pobreza es magnífica y posee en sí misma todos los valores. El pobre decía teresa de Jesús, se convierte en señor de todas las cosas que no dependen de ella, en cambio el rico es esclavo de todas las riquezas y bienes de la tierra. El pobre no se afana por tener riqueza, ni tampoco se desvive por agradar a quien tiene fortuna pues no pretende sus bienes, ni tampoco busca su estima y respeto. Sería verdaderamente pobre quien anduviera tras la aprobación, respeto y aplauso de gente acaudalada, decía Teresa de Jesús.

 En esa misma línea, se ubica la perspectiva de sentimiento y espiritualidad profunda en la pobreza de su compañero de camino en la reforma del Carmelo, Juan de la Cruz, cuando en aquellos tiempos de la vida de estos dos grandes pilares de la vida carmelitana y de espiritualidad cristiana en su conjunto, se valoraba demasiado en exceso, diría yo, la honra. Justamente ellos van por este otro camino que no es la honra del mundo, sino la gloria de Dios, porque acercan a un tiempo particularmente de valor de honra en España, esto de la deshonra por Cristo, es decir, van por camino totalmente diversos, a lo que se da en el espíritu del mundo, porque considera Teresa de Jesús, que honra, fama, dinero van casi siempre juntos. No es que haya que buscar la deshonra, ni es que haya que habilitarse a ser mal tratado por los demás, sino que no hay que desearla ni buscarla, no hay que aspirar a ella. Quien aspira a ella busca como vanagloriarse a sí mismo, autodeterminarse y no permite que Dios sea verdadero gestor de la propia realidad. En esto consiste tener el tesoro en el cielo, desde la pobreza, la entrega y la ofrenda de sí mismo en todo, permitirle a Dios obrar con poder en nuestra propia vida.

 

La oración y la oración por el mundo

 

En este mundo, decía Teresa, son muchos los que abiertamente pretenden destruir toda idea de religión y se burlan de quienes pretenden seguir a Jesús.

Nuestras oraciones y súplicas día a día, tienen que orientarse a la salvación del mundo. Pedirlo para quienes no la tienen, salud para los enfermos, que Dios no permita que se dañen a sí mismo por ir caminando a ciegas. 

Me gustaría plantear la consigna para la catequesis de hoy desde este lugar, donde la realidad nos invita a orar, abriendo nuestro horizonte a una perspectiva de mundo que clama por oración a quienes lo miramos con dolor y lo contemplamos con esperanza al mismo tiempo.

Sería bueno armar un mapa hermoso, bello de realidades dolorosas pero llenas de esperanza que hablan de un mundo nuevo por el que hay que clamar, orar y acompañar en este parto de dar a luz, como decía ayer la palabra de Dios en Romanos, la creación entera está espectando este ver manifestada a los hijos de Dios en el corazón mismo de su dolor parturiento.

 

Entonces la consigna es, ¿Qué realidades del mundo hoy nos invitan a orar? Lo que puedas describir, lo que puedas decir, anotarlo y referenciarlo en tu corazón, por lo que además te comprometes a orar. Hay realidades de un mundo microcósmico que nos rodea y que forma parte de tu historia de todos los días, cuando te mueves entre el trabajo, la familia, la comunidad, la sociedad a la que perteneces, el barrio, el compromiso que has asumido en el ámbito de la ciudadanía en cambiar las realidades de algún gesto solidario.

 Hay realidades que no están en tu micro mundo pero que son del mundo de más allá de tus horizontes y que te invitan porque te preocupan a orar y a comprometerte desde ese ligar con él y tal vez porque no mañana, ver que tu oración te conduce a también, además de ponerle el corazón a esa realidad, a poner la mano también para cambiar lo que haya que cambiar. En este sentido Teresa es una mujer de oración y de acción, y muestra que el camino que lleva a la verdadera acción es de una oración sostenida, donde no todos, como decía Teresita de Jesús, en esto que formamos parte de un cuerpo tenemos el mismo lugar. A vos tal vez te toque desde tu enfermedad, desde tu soledad, desde tus posibilidades en la que hoy tienes demasiado compromiso solo, orar por aquella realidad. Orar por el mundo, tener conciencia de que el mundo de hoy necesita de esta alma que ha perdido la vida del Espíritu que nos llega por el camino de oración.

 

Decía Teresa de Jesús con todas nuestras oraciones tenemos que hacer realidad que el mundo pueda ser distinto, también con nuestras oraciones tenemos que ayudar a aquellos que se esfuerzan por difundir el evangelio, con la palabra o con escritos. Pero como vamos a rezar por gente que es mejor que nosotros se preguntaba, cada uno cumple con su papel en la iglesia, algunos en puestos muy altos y delicados, otros en sitios más bajos y resguardados. La tranquilidad de los puestos bajos no es motivo para descansar, sino por el contrario, pasamos inadvertidos por la vida para poder ayudar mas intensamente con nuestra oración a los que tienen que aguantar el embate de los tiempos, la lucha es muy grande y nadie está exento de caer, decía Teresa. Quizás no tenemos más santos porque no pedimos bastante a Dios para que envíe lumbreras a su Iglesia y cuanto bien y provecho irradia una persona que es santa, no es inútil esta perenne oración por todo el mundo, no hay mejor oración que la súplica en favor de los demás.

 

No desaprovechemos, decía Teresa de Jesús, el tiempo que tenemos pidiendo por nuestros pequeños dolores o enfermedades, que importa dejar de lado nuestras comodidades personales si con nuestras insistentes oraciones podemos ayudar al ver bien de los otros. Si Cristo en la cruz no rogó por si mismo, como vamos a pedir nosotros que cure nuestras enfermedades corporales, Padre no me escuches si por error te pidiera dinero o fama ni nada que tenga que saber, ni tenga sabor a lo humano y a lo mundano. Pero si escúchame cuando te ruego por la salvación del mundo y el florecer de la Iglesia. No porque yo merezca ser atendida, decía Teresa, sino por la vida y la pasión de tu hijo. Padre no olvides los azotes, injurias, tormentos que padeció tu hijo Jesús, cómo soportas que después de lo que padeció se lo desconozca en tantas naciones como ocurre hoy. Padre, disculpa mi atrevimiento de pedir en nombre de todos siendo yo tan ruin, pero siendo tú Dios de misericordia, te suplico mires mis deseos y no mis obras, no permitas Señor más daños en la Iglesia, ilumínanos, sácanos de estas tinieblas.

 

                 

                                                                                        Padre Javier Soteras