La mano de Dios en todo

jueves, 11 de agosto de 2016
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11/08/2016 – “Yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo”.

Mt 28,18-20

 

“En julio de 1947, Madre Teresa regresó a la comunidad de Entally, en Calcuta. Este cambio fue motivado por la intervención de su superiora general que creía que ´la Madre Provincial` estaba equivocada en su parecer de M. Teresa`. Por su parte Madre Teresa simplemente obedeció, confiando que a través de todos estos acontecimientos Dios estaba realizando Su plan”. Aquí se aprecia el grado de alta conciencia que tenía nuestra amiga acerca de que Dios obraba; ella sabía que la mano de Dios estaba actuando y eso la llevaba a obedecer. Es decir, Dios nunca nos suelta de la manos. Es así que  aun cuando las circunstancias no son las mejores, el Señor Sostien“Tras su regreso a St. Mary, aunque ya no como directora de la escuela, volvió a asumir la mayoría de las actividades anteriores; comenzó a enseñar y a encargarse en parte de las internas. Quienes las rodeaban, seguían admirando en ella su generosidad y su influencia sobre las niñas, y no tenían ni idea de su nueva llamada. Que la ponía en otro escenario. Poco después de su regreso, Madre Teresa se encontró con su director espiritual. No se le ocurrió que la orden que éste le había dado en junio de ´desechar como tentaciones todos los pensamientos vinculados a la obra` era simplemente una prueba más de la autenticidad de su llamada”.

El director espiritual de Teresa, el padre Van Exem, consideraba que si la inspiración era real, Dios iba a obrar por caminos distintos a la locución interior. ¿Qué hizo Teresa? Como siempre, obedeció. Daba así una prueba más de la supremacía de la voluntad de Dios en su vida. “´Usted me dijo que no pensara en la obra. Cada vez que los pensamientos ardían con el deseo de ofrecerlo todo, para ser literalmente Su víctima, usaba la violencia contra mí misma, y Le rogaba que no dejara que vinieran esos pensamientos porque yo quería obedecer, y como un corderito, Él también me obedecía. Muy a menudo, Él se quejaba de las demoras porque cada vez que Él pide algo, decía, la gente se hace extremadamente cuidadosa, pero si es el mundo el que pide algo, las cosas se hacen rápidamente`. Conociendo sus heroicos esfuerzos, el padre Van Exem reconocía al arzobispo: ´Ahora sé que ella intentaba obedecer y obedeció`. Por eso decidió cambiar sus indicaciones pidiéndole que ´siguiera rechazando todos los pensamientos de la obra pero admitiendo todo lo que le uniera más a nuestro Señor Jesús`. No solo el director Espiritual de Madre Teresa le pidió estricta obediencia a ella o de su parte, sino que también lo hizo la ´Voz`, que le habló poco después de su regreso de Asansol. Ella le reveló al padre Van Exem las palabras de Jesús. ´La gente cree que fuiste enviada aquí para enseñar, y lo haces bien y trabajas con todo tu corazón, pero éste no era el objetivo de Mi Corazón, te traje aquí para que estuvieras bajo el inmediato cuidado de tu Padre espiritual que te educará en los caminos de Mi amor y así te preparará para hacer Mi voluntad. Confía en él completamente y sin ningún miedo. Obedécele en cada detalle, no te engañarás si le obedeces porque él Me pertenece completamente. Te haré conocer Mi voluntad a través de él`”.

Estos caminos por los que Dios la conduce tienen un solo objetivo, modelar su corazón.

Dios escribe derecho en renglones torcidos

 

El Señor, con su paso por el corazón de Teresa, ha encendido un fuego inmenso que quema toda su vida por la cual quiere Dios constituirla en luz en aquellos agujeros oscuros de Calcuta. Sin embargo, para que todo aquel fuego encuentre un cauce hacía falta ese instrumento, el de su director espiritual, quien, con sabiduría, la fue guiando y encausando. Es por ello que, su biógrafo, el padre Brian Kolodiejchuk afirma que es muy probable que la Madre Teresa de Calcuta haya experimentado el estado místico del éxtasis: “Es altamente probable que así fuera. Durante aquellos meses Madre Teresa gozó de un intenso grado de unión con Nuestro Señor, incluyendo visiones imaginativas, cuya grandiosidad según Santa Teresa de Jesús, ´casi siempre lleva al éxtasis`. El padre Van Exem seguía impresionado delicada vez mayor fervor y deseo de unión más cercana con Dios de Madre Teresa. Tan apasionado era su amor por Él que ella seguía buscando modos de expresarlo. Fue nuevamente a Monseñor Périer a quien su director espiritual reveló sus secretas aspiraciones: ´Ella me hizo varias peticiones, una era hacer más penitencia (ella lo desea ardientemente); otra vincularse mediante un voto de obediencia hacia mí, y la última, orar por la noche. Ella escribió: La atracción por el Santísimo Sacramento era a veces tan grande que anhelaba la Santa Comunión. Noche tras noche el sueño desaparecía y sola pasaba aquellas horas anhelando Su llegada. Esto comenzó en Asansol en febrero y ahora cada noche durante uno o dos horas, me he dado cuenta que desde las 11 a la 1, el mismo deseo interrumpe mi sueño `. El Padre Van Exem no permitiría sus ´extravagantes` peticiones. Mientras luchaba para refrenar su fervor, ella tenía que seguir las prácticas habituales de su vida conventual y encontrar otros caminos para expresar su ardiente amor”. ¿Por qué hace esto su director espiritual? Porque está esperando que se consolide en el alma de Teresa la presencia de Dios, que la llevará al fondo de la opción que el Señor quiere que haga. Pero por sobre todas las cosas, Dios está llevando a su hija espiritual a que sea Él quien actúe en ella, más que ella responda fervorosamente a las iniciativas de su Señor.

Teresa por un momento determinado le pide a su director espiritual que le muestre un escrito al obispo, Monseñor Périer. Entre otras cosas dice ese escrito: “En todas mis oraciones y Santas Comuniones, Él pregunta continuamente: ´¿Te negarás? Cuando se trataba de tu alma no pensé en Mi mismo sino que me di por ti libremente en la Cruz, ¿y ahora, tú? ¿Te negarás? Quiero religiosas indias víctimas de Mi amor, quienes serían María y Marta, quienes estarían tan unidas a Mí, quienes irradiarían Mi amor en las almas. Quiero religiosas libres revestidas con Mi pobreza de la Cruz. Quiero religiosas obedientes revestidas con mi obediencia en la Cruz. Quiero religiosas llenas de amor revestidas con Mi caridad de la Cruz. ¿Te negarás a hacer esto por Mi?` Jesús mio, lo que tú me pides me supera, a duras penas puedo entender la mitad de las cosas que quieres, soy indigna, soy pecadora, soy débil. Ve Jesús y busca un alma más digna, una más generosa. ´Te has hecho Mi esposa por amor a mí, has venido a la India por Mí. La sed que tenías de almas te trajo hasta aquí tan lejos. ¿Tienes ahora miedo a dar un nuevo paso por tu esposo, por Mí, por las almas? ¿Se ha enfriado tu generosidad? ¿Soy secundario para ti? Tú no moriste por las almas, por eso no te importa lo que les suceda. Tu corazón nunca ha estado ahogado en el dolor como estuvo el de Mi Madre. Ambos nos dimos totalmente por las almas. ¿Y tú? Tienes miedo, de perder tu vocación, de convertirte en seglar, de faltar a la perseverancia. No, tu vocación es amar y sufrir y salvar almas y dando pasos cumplirás el deseo de Mi corazón para ti. Vestirás con sencillas ropas indias o más bien como vistió mi Madre, sencilla y pobre. Tu hábito actual es santo porque es Mi símbolo. Tu Sarí llegará a ser santo porque será Mi símbolo`”. Las palabras de Jesús a la Madre Teresa de Jesús en sus alocuciones interiores.