La mercantilización de la Salud

lunes, 15 de diciembre de 2014

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21/11/2014- En nuestro país y a nivel mundial, la medicina es un negocio que preocupa. ¿A qué nos referimos?: ¿A lo médicos? ¿A los políticos? ¿A la industria farmacéutica? ¿A las empresas que diseñan, fabrican y comercializan nuevos materiales de un solo uso, prótesis y dispositivos implantables? ¿A las aseguradoras privadas? ¿A los centros de salud y a los hospitales?

Estos actores son los responsables de una actividad que, con frecuencia, en aras de beneficios más egoístas, se olvida de su razón de ser: paliar el impacto de la enfermedad en la calidad de vida y la longevidad de los ciudadanos. Desgraciadamente, el volumen actual de este negocio es tan grande que para crecer y mantenerse es capaz de corromper las actuaciones y opiniones de los encargados de gastar y de asignar los recursos: profesionales y políticos respectivamente.

En Argentina y fuera de las fronteras de nuestro país esta es una realidad que se palpa en  los sistemas de salud del mismo. Carlos Pressman, es médico especializado en Gerontología, escritor y docente en el Hospital Nacional de Clínicas de la Universidad Nacional de Córdoba, sus libros son utilizados como texto de consulta en universidades nacionales y del exterior.

Para Presman, “la salud no es un derecho sino un objeto de lucro. Nadie quiere hacer clínica médica, ya que se debe estudiar mucho y se gana poca plata. Todos son oftalmólogos, cirujanos plásticos o cardiovasculares. Pero no hay gente en la prevención.”

“Cuando hay problemas clínicos no sabemos a quien acudir, no hay médicos clínicos,  no hay médicos que pueda ver a los pacientes en los  domicilios, y este es un problema. Estamos viendo cómo hacer para volver a enamorar a los jóvenes para que hagan clínica médica. Los médicos clínicos son una especie en extinción, no hay médicos que vean a sus pacientes y le dediquen tiempo, que los abracen. Hay una deshumanización de la medicina” decía el Doctor Presman en dialogo con Radio Maria.

Y para concluir, el doctor Presman invitó a reflexionar en torno al uso del tiempo que hacemos en el siglo XXI en donde los médicos reciben a muchos pacientes en poco tiempo, pero a la vez nos tomamos poco tiempo para disfrutar de las pequeñas cosas.  “Hay que aprender a darle tiempo a las cosas que son valiosas” terminó diciendo el profesional.