La mesa compartida

lunes, 28 de junio de 2010
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La mesa compartida es un rito que está comenzando a perderse desde que entró la tecnología al hogar-. En ese sentido, es bueno que seamos concientes de qué es lo que implica este rito, qué aporta este rito para la salud de las personas, para su bienestar físico, psicológico y espiritual, antes que nos dejemos invadir por otras cosas y que se nos vaya robando este tiempo compartido.

En invierno tenemos mas ocasiones de compartir la mesa, habitualmente estamos en casa mas temprano, no dan muchas ganas de salir. Se habla mucho de la comida casera, de la mesa familiar. Comparando con otros países, La Argentina es un país que aún disfruta mucho de la mesa, que nos reúne, nos contiene cuando compartimos desayunos, almuerzos, meriendas, cenas. Nos da identidad, sentido de pertenencia, proyección de futuro. Los argentinos somos “domingos compartiendo: mate, facturas, picada, empanadas,  asado. Y muchas cosas las resolvemos organizando una comida, o el menú de un cumpleaños, o una fiesta o un asado con la familia o con amigos.

                Ahora, si bien apostamos todavía a la familia y a los amigos, a compartir mesas, hay un estilo de vida que está atentando contra esto. Por ejemplo: volvemos a casa a la noche con el deseo de recuperar a tu familia y encontramos a la esposa en el teléfono, un hijo con los jueguitos, otro con el celular, otro en la comp., en el baño también hay parlantes. La casa está llena de artefactos electrónicos y todo el mundo está adentro, pero se está comunicando con el afuera. En realidad, no hay nadie con quien estar.    

LA FAMILIA Ignacio Copani


Los Domingos en familia una caja de sorpresas , el humor sobre la mesa pasta casera y tv
los Domingos en familia , mimos chistes y emociones, como postres discusiones, chimentos,  truco y café

la familia es un típico pan: comparten la risa la bronca y el pan
la familia es la copia mas fiel. Parece la tuya la mía y la de él
la familia un pequeño país: si esta bien unida puede ser feliz
la familia te invita a pasar en las buenas y en las malas siempre va hacerte un lugar

Los domingos en familia con hermanos padre y suegra, con alguna oveja negra no podrá faltar
los domingos en familia para quitarte las penas, con aroma a cosa buena de las manos de mamá

la familia es un típico pan, comparten la risa la bronca y el pan
la familia es la copia mas fiel parece la tuya la mía y la de el
la familia un pequeño país si esta bien unida pude ser feliz
la familia te invita a pasar : en las buenas y en las malas siempre va hacerte un lugar

Entrevista a la Dra. Graciela Moreschi, Médica Psiquiatra. Masters en Programación Neurolinguística. Realizó estudios de postgrado en Terapia Cognitiva Conductual. Realizó post grado en trastornos de Ansiedad. También es autora de varios libros. A nivel mediático asesoró a numerosos programas de televisión.

 

GL: Me gustaría nos comentaras un poquito cómo estás viendo vos este espacio familiar, este espacio vincular –porque no tiene por qué siempre ser familia: pueden ser amigos reunidos-, que es la mesa compartida

GM: Para mi es fundamental el tema de la mesa compartida, y creo que a veces está entrando en crisis (no con los amigos, porque nosotros tenemos una tradición de amistad, y el encuentro generalmente se hace con los amigos a partir de la mesa, de las comidas). Lo que creo que está en crisis es en lo diario la mesa familiar, en que por cuestiones de tiempo, de diferencias horarias entre los integrantes de la familia, porque hay pasión por el trabajo, por los amigos, por los intereses personales, hace que cada vez la gente se recluya, lo haga más rápido, o alguno se aisle, o alguien no participe, o sea un pretexto mientras están invadidos por teléfonos celulares, televisión, computadores. Creo que todos esos son distractores que atentan contra esa rutina cotidiana que debe existir como encuentro familiar, y porque es el momento en que uno transmite las ideas, conoce lo que le pasa al otro, da pautas –los padres a los hijos-, además de conocer las opiniones de ellos. Ese espacio es fundamental

 

GL: ¿está probado de alguna manera que un hijo o un chico que no tenga mesa familiar compartida cotidianamente, tenga alguna carencia respecto de  otro que sí tenga mesa compartida?

 

GM;: Sí. Los chicos chicos que tienen mesa familiar (a veces una de las dos comidas principales porque las dos no se puede por el ritmo de vida de la familia), tienen mayor contención, poseen un vocabulario mucho más rico, un lenguaje más desarrollado, sienten mayores estímulos porque en una mesa se habla de todo, entonces escuchan otros temas, están más conectados con la realidad general y no la realidad parcial de su edad –porque si no, los únicos ‘otros’ terminan siendo los pares, que a veces dan informaciones erradas o a veces no acordes a la edad-. En la mesa con los papás intercambian opiniones, aprenden a escuchar a otros, viendo la interrelación de los padres entre sí, aprendiendo normas que son de educación y urbanidad: en qué conversaciones puede participar y en cuales no debe participar, qué es lo íntimo: los límites entre lo familiar y lo de afuera. Todo eso es fundamental, y se aprende en la mesa familiar.

 

GL: Daría la impresión de que hay una porción grande de adultos –sobre todo adultos jóvenes- que no saben mucho de pautas, no les gusta poner pautas ni límites, y muchas veces la mesa familiar no es un ámbito donde se hace educación. Noto muchos papás ‘relajados’ en torno a la educación de cómo se come, cómo sentarse en la mesa, qué se hace con la comida y qué no se hace, cuáles son los temas propicios para conversar en familia, la diferencia entre lo familiar y lo público, en definitiva: un aletargamiento en lo que es educación en cuanto transmisión de normas, de pautas. ¡ves lo mismo? ¿cómo repercute esto en la familia? ¿cómo cena una familia donde no hay normas, no hay pautas, no hay educación, porque no hay adultos que las pongan? Por ejemplo chicos que se sientan con las manos sin lavar, o que picotean, se levantan y se van, o que son muy sucios o desordenados para comer: tiran comida al piso, vuelcan, manchan, etc

 

GM: Yo diría que hay adultos que más que ‘relajados’ son ‘cómodos’, o carentes ellos mismos de normas. Creo que hay una gran falencia o una gran confusión en la puesta de límites y en el poner al chico como ‘rey’ porque se supone que es más adelantado de lo que es realmente, que puede incorporar naturalmente las pautas cuando sea grande. Esto es un error muy común. Las pautas se enseñan de chico, y de chico se incorporan. Esto resulta cómodo al adulto en el sentido de no ponerse en su lugar como autoridad y ejercer esa diferencia que hay, porque la relación padres-hijos no es una relación simétrica, de pares. A los padres les cuesta poner esa a-simetría en juego ¿por qué? Porque tienen miedo de no ser queridos, de ser reprochados, de la bronca de los chicos. Y creo que ese es el principal error. Hay que poner pautas sin que esto signifique ‘represión’. Hoy tenemos problemas psicológicos muchísimo mas graves justamente por esta falta de límites.

                Decir límite es decir cuidado. Cuando los papás ponen reglas, están cuidando al hijo. Y en el caso que haya más de uno, no solo cuidan al hijo al cual tal vez reprendieron, sino a los demás. Es lo mismo que un árbitro en una cancha: cuando saca ‘tarjeta amarilla’ para el que cometió infracción, de esa forma está cuidando a los demás jugadores.

                Por eso creo importante comenzar a cambiar eso. En esas mesas familiares desbordadas, probablemente aparezcan conflictos, griterío, gente que se levanta y se va. Y no por eso vamos a eliminar la mesa. Pero sí vamos a ver que esa mesa es expresión de todo lo que está pasando en la familia, es un recorte puntual de ese momento: si no se puede comer tranquilo habrá que replantearse qué está pasando con la autoridad, con las relaciones entre los miembros de la familia, porque después esto se va a extender también al resto de los ámbitos.

                Caos es desorden, desgobierno. Es lo contrario a la armonía. Es una vivencia muy fuerte, vertiginosa, y a veces produce mucho terror

 

GL: ¿qué relación hay entre los trastornos alimentarios y la mesa?

 

GM: uno asocia trastornos de alimentación con anorexia y bulimia, y hay muchísimos que son más frecuentes, por ejemplo, gente que sin llegar a ser un anoréxico está todo el tiempo limitándose, no queriendo comer, se levantan de la mesa para no tentarse, evitan determinadas comidas, centran todo el tiempo la atención en la comida y no en la interrelación. Esto favorece el ‘engorde’. Es notable que una persona que no se sienta a la mesa para no tentarse, que se aisla, después pica por ejemplo. O un joven que no va a la mesa porque se queda chateando, mientras chatea come automáticamente y ni sabe qué y cuánto ingiere. Entonces la mesa familiar favorece que estos desórdenes no se produzcan. La gente cuando es conciente que está comiendo, cuando no se atiborra de alimentos, cuando los menús son diferentes, cuando hay la posibilidad de comer pausadamente y con conciencia, se alimenta mejor y engorda menos.

 

GL: Hay adolescentes que a veces no quieren compartir la mesa. Aducen no tener ganas de comer y en realidad están entusiasmados con lo que están haciendo, ya sea escuchando música, tirado en su cama, hablando por teléfono, etc. Para los adultos estar ‘arriando’ a los adolescentes para que vayan a la mesa, da la impresión de que no tiene mucho sentido que compartan una mesa tan a desgano.

 

GM: creo que esto de estar ‘tironeando, arriando’, uno lo hace cuando hay opción para esto. Si no hay lugar a elección, si la norma es ‘sentarse a la mesa, coma o no coma’ : se pide que estén todos juntos para compartir en familia 40 minutos de las 24 horas del día, si no hay opción, sería menos dificultoso. Muchas veces los padres no se dan cuenta que una vez que ponen la norma, es mucho más fácil tanto para el chico como para el adulto. Los adultos creen muchas veces que no tienen por qué poner normas,  y quieren buscar una justificación .

 

GL: ¿y por qué tanta dificultad para poner normas básicas? Es básico que un niño necesita ser formado, y para ser formado necesita un espacio y un tiempo, y si encima el tiempo se lo roba el Chat, la televisión, el deporte…si no hay ningún espacio, no hay por dónde formar una mente

 

GM: a los papás esto muchas veces esto les resulta abstracto, y rompen las normas porque vinieron de toda la vida. En países como Italia, por ejemplo, a nadie se le ocurre poner en tela de juicio normas que vinieron de toda la vida, las normas familiares. Aquí pareciera que eso que fue de toda la vida como la norma familiar, está descalificado, parece que tuviera que ser innovado. Se cree muchas veces que uno puede transmitir al chico determinadas pautas en momentos de juego que tiene con él, pero que son esporádicos. Y el tener un espacio ya establecido, la rutina, ata tanto al chico como al adulto, y el adulto no quiere ser atado. No es cómodo. Pero no puede ser reemplazado por la situación individual.

                Las rutinas son importantes para los chicos. Cuanto más y mejor sea la rutina de horarios de levantarse, comer, dormir, el chico va a funcionar mejor. Lo rutinario no es malo. Para poder romper creativamente, espontáneamente, primero tiene que existir la norma. Si no hay norma, hay caos. En un río, las orillas, las márgenes son los que lo constituyen en río. Si no hubiera márgenes sería un charco.

 

GL: ¿hasta qué edad te parece que hay que exigir estas normas dentro de una casa?

 

GM: Creo que hasta terminada la adolescencia. Ya sé que hay adolescentes eternos, pero mientras los hijos no sean independientes, mientras vivan en la casa de los padres, por ejemplo, durante la escolaridad primaria y secundaria es más fácil organizar la mesa porque los horarios también son más fijos. Incluso los domingos: si se acostó a las 9 de la mañana, que se despierte a la hora del almuerzo y después duerma siesta. Si no, la casa es un hotel o una pensión y eso no es bueno.

                Pero lo fundamental es que los padres estén convencidos de la necesidad de normas. Y las normas son convenciones que uno establece , pero que no tienen un por qué. ¿Y por qué a las 9 y no a las 8? ¿Y por qué no se puede cruzar un semáforo en rojo? Porque la convención fue esa. No hay que explicar las normas todo el tiempo. ¿Por qué? Es una explicación general, no de cada norma: porque educan, forman, porque son –en el caso de la mesa- oportunidades para estar con el otro, para intercambiar…

Abre la puerta y entra a mi hogar amigo mío,  que hay un lugar; deja un momento de caminar

Siéntate un rato a descansar, toma mi vino y come mi pan; tenemos tiempo de conversar

Si hay alegría en mi corazón, con tu presencia me traes el sol

manos sencillas manos de amor tienden la mesa y le dan  calor

el pan caliente sobre el mantel un vino bueno y un gusto a miel

habrá mi casa mientras tu estés

Que felicidad amigo mío tenerte conmigo y recordar

hasta que florezca pecho adentro ardientes capullos de amistad

toma mi guitarra y dulcemente cántame con ella una canción

que quiero guardar en mi memoria el grato recuerdo de tu voz.

Entrevistamos al doctor Alberto Cormillot, médico, educador para la salud, escritor, conferencista y comunicador social. Cuenta con más de 40 años de trabajo en la asistencia de obesos y sus familiares y en capacitación para profesionales en dicha especialidad. Creó y dirige instituciones como Clínica de Nutrición y Salud, Dieta Club y Fundación ALCO. Fue diputado nacional, ministro de Acción Social en la provincia de Buenos Aires y secretario de Calidad de Vida de la Ciudad de Buenos Aires. Escribió más de 40 libros, y dirige la revista Vivir Mejor.

GL: ¿Hay una relación entre los trastornos alimentarios? Para ud. ¿qué tiene de positivo y de saludable la mesa compartida?

AC: Hay que ver también no solo el comer acompañado, sino cual es el clima de la mesa de la mesa: hay que generar un clima de afecto, de respeto, de confianza para que en cada mesa se combinen afecto y disciplina. El comer acompañado tiene mucha influencia en el aprendizaje en los niños mas pequeños en varios aspectos: desde el vocabulario,  pasando por los modales, y por el tipo de comida: los chicos que comen acompañados comen mas verduras, menos comida chatarra, es menor la predisposición a los trastornos de alimentación y al consumo de alcohol. Se trata de evitar tocar temas de conversación que irriten. Todo lo que tenga que ver con el clima de la mesa familiar ayuda a prevenir trastornos de alimentación, pero en cuando a trastornos como anorexia, bulimia, la mesa no es un tema causal.

GL: Daría la impresión de que si uno está charlando, a gusto, come más ¿cómo es el tema de la obesidad?

AC: Eso tiene que ver con el ejemplo de los padres. Los padres transmiten lo que hacen, no lo que dicen. Si la única verdura que conoce el padre es la papa frita, el chico va a comer eso.

GL: ¿hay una forma diferente de digerir los alimentos según se esté solo o bien acompañado?

AC: el tema de la digestión tiene que ver más bien con que uno esté tranquilo, o de paso, o nervioso, y no con que esté solo o acompañado

GL: Resumiendo, ALGUNOS CONSEJITOS PRÁCTICOS EN TORNO AL TEMA DE LA MESA COMPARTIDA

 

       Determinar un horario para reunirse a comer, al menos una vez al día. Es bueno que todos sepamos a qué hora va a estar la comida. Es importante que haya un ‘momento de reunión’, un momento para nutrirse, no solo el cuerpo sino también la mente y el alma

       La rutina medianamente sana es importante: el organismo lo va a agradecer

       Tomar conciencia de que nos estamos nutriendo y agradecer los alimentos. La vida nos está dando la posibilidad de alimentarnos y de comer. Y esa posibilidad no todos la tienen.

       Agradecer a quienes prepararon la comida también es un gesto que jerarquiza la mesa. Saborear un plato.

       Tratar de mantener diálogo. Conversar sobre los temas salientes (cómo le fue a uno, como le fue al otro, , comentar alguna noticia) evitando cuestiones que puedan resultar conflictivas o inapropiadas para el contexto. Para esas cosas es bueno reservar otros espacios, si no, nos puede quedar asociada la comida a algún tema que puede ser angustiante. Se escucha, se habla, pero se trata de evitar ‘cuestionar’ otros puntos de vista. Evitar temas que generen ‘pasiones encontradas’ (suele suceder con política y fútbol) . Hay temas que le interesan a algunos y dejan relegados a otros, sobre todo cuando en la familia hay chicos con mucha diferencia de edad. Suele suceder que los papás se enganchan con los mayores, los chiquitos se aburren soberanamente y al rato se quieren ir a mirar tele. Lo que hay que tratar de hacer es que cada uno tenga su espacio para conversar sobre sus intereses. Si hay niños en la mesa, que un adulto regule los tiempos de manera que ninguno quede monopolizando la conversación. También tratar de evitar que el ‘discurso’ sea tan largo que sea un suplicio esperar que termine para que la mesa se levante. ES IMPORTANTE ESCUCHAR A LOS CHICOS. Tratar de no comenzar a elevar el tono de voz con el ánimo de hacerse escuchar, porque terminan todos hablando a los gritos. No criticar: no es espacio para criticar ni la forma de expresión del otro, y la espontaneidad tiene que estar dentro de los límites del respeto y de la consideración.

       Si hay silencio, habrá que preguntarse por qué. En cada circunstancia, habrá silencio por causas distintas. Pero de todas maneras es preferible compartir en silencio a no compartir.

       Los adultos son los responsables de que la reunión en torno a la mesa sea un lugar interesante para todos. Se debe formar el hábito de levantarse de la mesa cuando todos nos levantamos. A veces es difícil competir con los estímulos muy fuertes que se nos ofrecen en la televisión o en todo tipo de comunicaciones tecnológicas

 

       Incorporar normas cuando ya los hijos son grandes, es una demora por la cual a veces se pagan altos costos, porque la confianza en que “a la larga la vida va a enseñar” rige para todas las pautas. Mientras tanto, nosotros no tenemos que menoscabar nuestra energía, porque la vida está depositando en los adultos – en general padres- que hagan de ‘tutores’: ese palo que se pone al lado de una planta para que crezca derecha mientras el tallo es tierno. Si la planta crece torcida, cuando el tallo se hace leñoso y lo queremos enderezar, se quiebra. Esto, trasladado al plano de lo humano, ocurre muy frecuentemente. Querer enderezar a un adulto que ha desarrollado una personalidad sin límites, sin pautas, sin normas, es muy difícil. El alma humana tiene una enorme cantidad de oportunidades, pero no siempre puede aprovecharlas. Hay una relación de asimetría que no está siendo muy clara entre adultos y niños o adolescentes: somos hermanos en la especie humana, pero no somos pares. Hay una diferencia: hay quienes tienen como rol educar, y quienes tienen que saber que tienen que ser educados. El límite es cuidado. Eso no implica ser autoritarios ni invasivos de estar todo el tiempo poniendo límites.

       Comer frente a la computadora, comer con el celular encendido, comer y levantarse, comer mirando televisión es no tener en cuenta que la mesa compartida tiene que tener cierta jerarquía, y por tanto también hay que tener actitudes que jerarquicen esa mesa . Si no jerarquizamos la mesa compartida, estamos diciendo que los vínculos son el último orejón del tarro. Y la psiquis, y la mente de un ser humano se estructuran básicamente con esos vínculos. Hay que mantener con mucha firmeza ese espacio: “corta el hilo del teléfono y deja fuera el mundo…”

       Son importantes también el modo en que nos sentamos, los lugares que ocupamos en la mesa, el respeto que se le debe a la mesa

       Las normas no se discuten. Las mamás tenemos mucha tendencia a dar explicaciones de la norma, como si tuviéramos que pedir permiso para ponerlas. Son cosas muy básicas de la estructura humana, y por tanto no exigen tanta explicación. Si no hay norma, hay caos, y mientras los hijos no sean autónomos, mientras vivan en la casa, tienen que avenirse a las normas de esa casa. Cuando esas normas ‘les queden chicas’ va a llegar el momento de ‘volar y crear su propio nido con sus propias normas’. Si estas han sido bien puestas en su momento, probablemente volverán a ellas. Probablemente redescubrirán en carne propia el valor que estas normas han tenido.

 

                Es muy recurrente la queja por parte de las mamás “no logro que mi marido deje de traer a la mesa al ‘invitado especial’: la tele”. Las mamás, las esposas, toman conciencia de la importancia de apagar el televisor para desarrollar otro modo de relacionarnos, otro modo para desarrollar el diálogo, y se encuentran con esta obstinada resistencia por parte del esposo. Se que a veces es difícil para los varones hacer frente a esta demanda, porque tienen la cabeza llena de preocupaciones, de muchas horas de trabajo después de las cuales, mas que ganas de escuchar a los chicos tengan ganas de entretenerse, de ‘desenchufarse’. Este es un grave problema del sistema: están o los que no tienen trabajo o los que trabajan 15 horas diarias. Pero mientras esto no se resuelva, no abandonemos a nuestros niños, que necesitan de esta mesa compartida. Apagar el televisor es una muy buena forma, salvo que sea algún programa muy formativo y que genere tal vez un hermoso comentario. Pero creo que en la mayoría de los casos el tema de la tele tiene que ver más con esto de ‘desenchufarse’.

                Las dos personas que invitamos hoy para conversar, hicieron hincapié en lo mismo: hay muchos estudios que certifican que de 2000 palabras que existen en el vocabulario de chicos en edad preescolar, 1500 provienen del aprendizaje hecho en la mesa familiar. ¡qué importante que aprenda buenas palabras! (no solo en contraposición a palabrotas, sino en cuanto a que sean con sentido constructivo para la vida).

 

                Hemos tenido décadas en que los psicólogos ponían mucho énfasis en las ganas, los deseos, en la coherencia ligada a los sentires y los sentimientos. Está bien: nos aprovechó mucho y hemos aprendido muchas cosas. Hoy, esos mismos profesionales están haciendo una curva, volviendo casi ya como un clamor a pedir a los adultos que tomen su lugar en la puesta de límites, en las normativas, en las pautas. Porque lo que encontramos hoy son trastornos psicológicos mucho más serios que los que ocasionaba la ‘represión’ de las ganas o la ‘tiranía’ de las ganas. Cuando las ‘ganas’ se transforman en una tiranía, paradójicamente termina poniéndose una lápida sobre las ganas, porque en ese territorio de libertad permanente y constante, los chicos se pierden: pierden el sentido, pierden el foco, y pierden las ganas, justamente porque lo pueden todo sin límite alguno. En un terreno de anarquía, de libertad sin responsabilidades, en un terreno de puros derechos, en un terreno donde no hay jerarquías, donde no hay distancia entre adultos y adolescentes que tienen todos los derechos y ningún deber, es justamente donde vuelve a germinar la semilla de la tiranía como un clamor o un reclamo de que alguien ponga un poco de orden en un caos que se nos va de las manos.

 

Participan los oyentes:

– Por solicitud de mi señora, al momento de casarnos (capaz por eso lo acepté) me pidió que nos educáramos nosotros y educáramos a los hijos sin televisión. Ha sido una experiencia maravillosa. Tenemos 4 hijos. Y gracias a eso hubo una cantidad de horas que pudimos conversar, además de las sobremesas jugando a las cartas. El televisor lamentablemente se va metiendo  Hay cantidad de gente detrás de eso, organizando distracciones sin que nadie descubra el daño que de a poquito va haciendo.  Es muy difícil combatir eso, es todo un desafío para la familia. Nosotros decimos, dentro del ambiente en que nos movemos, que se animen a esa experiencia. Es difícil porque primero se siente como una ‘abstinencia’. Uno apaga el televisor y lo primero que hace es discutir, pelear, porque ‘se encuentran’ y surgen ‘desencuentros’. Pero pasado el primer tiempo –días- uno comienza a darse cuenta de las cosas lindas que había sobre la mesa y se nos había escapado.

 

GL: Casi heroico lo de ustedes en estos tiempos: haber sabido ser ‘contraculturales’ para defender la familia. Es un gesto que merece la admiración y el reconocimiento de todos los que te estamos escuchando. Parece sencillo pero es difícil, justamente porque lo que tiene que ver con lo cotidiano, esos heroísmos que se tienen que sostener todos los días, son los más difíciles de lograr

– cuando se saca el televisor, hay que ocupar el espacio con tiempos nuestros

 

AÑOS Pablo Milanés
El tiempo pasa, nos vamos poniendo viejos. El amor (dolor) no lo reflejo como ayer.
Y en cada conversación, cada beso, cada abrazo, se impone siempre un pedazo de razón (temor).

Pasan los años y como cambia lo que siento, lo que ayer era amor, se está volviendo otro sentimiento.
Porque años atrás, tomar tu mano, robarte un beso sin forzar un momento, formaron parte de una verdad.

Vamos viviendo, viendo horas que van muriendo, las viejas discusiones se van perdiendo entre las razones.
A todo dices que sí, a nada digo que no, para poder construir la terrible armonía que pone viejos y viejos los corazones.

 

Antes nos decían: ‘si les ponés límites los frustrás’, ahora nos dicen ‘si no les ponés límites los abandonás’, ‘si loconsuelo cuando llora, lo malcrío’, si lo dejo llorar, lo abandono’ ¡para dónde disparamos?

GL: Creo que es real que los padres vivimos una suerte de desorientación. La psicología como ciencia es muy nueva, no obstante creo que hace aportes importantes. En la actualidad, lo que están viendo es que hay niños a los que hay que armarles el aparato psíquico completo. Antes había que liberarlos de represiones, ahora hay que estructurarlos porque se han acostumbrado a esta tierra sin límites, sin fronteras, y como un río sin cauces, se desborda para todos lados, y esto es más grave  que lo que ocurría antes. Quiera Dios iluminarnos para encontrar la armonía y la integración de todo. Ni demasiados límites, ni ninguno, ni quedarse sentados esperando que ellos mismos creen sus propios límites, porque de la nada, no los van a crear

 

¿Cómo solucionan el problema las personas que trabajan en los comercios, en los col.center, los guardias de seguridad, que tienen que trabajar tantas horas?

GL: Este es el problema de este sistema neo capitalista. El capitalismo salvaje pone por encima de todo la productividad y el consumo. Y así estamos. La tele forma parte de ese circuito, porque es ahí donde mas se vende. [antes de irnos a comprar a un negocio, ya hemos comprado en la tele o en la comp. Con el alma. Entonces, mientras nos estamos ‘nutriendo’ en familia, seguimos ‘comprando’ en la tele porque ellos siguen ‘vendiendo’, y no paramos nunca.

 

       Los guardias de seguridad tienen dos o tres teléfonos celulares que les dan las empresas por si necesitan localizarlos y no los pueden apagar

GL: El ‘no los pueden’, creo que habría que comenzar a negociar. No conformarnos con la primera intentona de esclavizarnos. Son muchas las cosas que se juegan acá

 

       ¿Qué pasa con los chicos que comen en comedores comunitarios o en la escuela? ¿qué consecuencias les puede traer?

GL: Hace mal. La comida institucionalizada no hace bien. Hay que tratar de evitarlo. En los chicos con doble escolaridad no se puede evitar la reunión en el almuerzo, pero entonces salvemos la cena o el desayuno

 

       Mi hija de 4 años dejó de comer bien cuando nació su hermanita. La bebé tiene ya 9 meses y ella solo acepta golosina, flanes, etc ¿cómo se la puede estimular para que vuelva a comer bien

GL: se me ocurre que primero hay que hacer una consulta al pediatra para ver si realmente está mal alimentada. Después ver también quién provee golosinas. Hay alguien que está estimulando el hábito de la sustitución: no hay mejor forma de abrir el apetito que no dejar que los chicos picoteen. También es importante ‘recrear la mesa’, comer en un lugar diferente de la casa por ejemplo, o poner (me acuerdo cuando yo era chica mamá hacía esto: ponía debajo del plato un papelito con un postre sorpresa. El que terminaba de comer –esto corroboraba que el plato estaba vacío- podía dar vuelta el plato  para ver cuál era ese postre. Esto puede ser una forma , si es que hay celos, de demostrarle que hay una dedicación personal hacia ella.

 

Para cerrar el tema quería decirles que enriquece espiritualmente saber que somos administradores de un tiempo y de bienes, en este caso el alimento. Enriquece espiritualmente recordarle al alma que debe alegrarse de poder comer. Enriquece espiritualmente cortar el mundo con todas sus dictaduras, con todos sus afanes, con todas sus preocupaciones, con todas sus corridas, y dar gracias a Dios por la vida, por la salud, por la mesa, por la comida, por los que están. A los que viven solos, los invita a que también lo hagan de modo tal que puedan realmente saborear, disfrutar, agradecer, vibrar con cada maravilla que un alimento supone en sus platos.

QUE DIOS NOS VUELVA A LO ESENCIAL, QUE PONGA EN NOSOTROS UN CORAZÓN AGRADECIDO Y LLENO DE ASOMBRO

POR EL MILAGRO COTIDIANO DE LA VIDA. QUE DIOS BENDIGA LAS MANOS DE LOS QUE EN ESTE MOMENTO ESTÁN COCINANDO. QUE LE HAGA PERCIBIR LA TRASCENDENCIA DE ESA PEQUEÑA OBRA DE AMOR DE TODOS LOS DÍAS.

 

 

 “DE LA MESA Y EL VINO”

“No puedes vivir solo del aroma de la tierra, y ser nutrido solo por la luz. Y puesto que debes matar para alimentarte y robar al cachorro la leche de su madre, haz de cada uno de esos actos un acto de sincera devoción. Haz de tu mesa un altar en el que lo limpio y lo inocente, el mar y el campo, sean sacrificados a lo que todavía es limpio e inocente en el hombre. Cuando sacrifiques un animal dile: ‘el mismo poder que hoy te sacrifica, me ha de sacrificar también a mi, y la ley que hoy te pone en mis manos, me ha de poner aún en Manos más poderosas. Pues tu sangre y mi sangre, son la savia del árbol existencial. Y cuando muerdas una manzana dile: tu pulpa vivirá de hoy en mi y las semillas de tu porvenir florecerán en mi alma, y tu perfume permanecerá en mi aliento, y juntos estaremos gozando de las estaciones de la eternidad. Y cuando recojas las uvas para llevarlas al lagar diles: también yo soy una parra, y mi fruto también será pisado en el lagar y transformado en vino, que se conservará en vasijas imperecederas. Y cuando bebas ese vino, canta dentro de ti al alzar la copa. Y mientras cantas, siente a tu alma vibrar con el recuerdo de la parra y el lagar” Kalil Gibran

 

BRINDIS DE INVIERNO

Colocar en una ollita un litro de vino tinto, 2 ramas de canela, una naranja en rodajas, cáscara de limón, un puñado de anis estrellado,  uno o dos clavo de olor, una taza de azúcar, un trozo de jengibre rallado. Se pone a calentar para que el alcohol se evapore.

 

VINO GRIEGO José velez

ERA YA TARDE EN LA FRIA NOCHE DE LA GRAN CIUDAD.

 VOLVIA A CASA CUANDO DE PRONTO VI LUZ EN UN BAR.

NO LO DUDÉ HACÍA FRIO EN EL TRÉN.
ME PARECIÓ COMO SI DE REPENTE FUERA OTRO PAÍS.

AQUELLA GENTE AQUELLA MÚSICA NUEVA PARA MI.

UN HOMBRE VIEJO SE ME ACERCÓ Y ASÍ ME HABLO.

VEN A BRINDAR CON VINO GRIEGO DE MI TIERRA NATAL,

EL VINO ROJO QUE ME HARA RECORDAR UN PUEBLO BLANCO QUE DEJE DETRAS DEL MAR.
VEN A BRINDAR CON VINO GRIEGO Y TE VOY A CANTAR.

VIEJAS CANCIONES QUE NOS HACEN SOÑAR. CON EL MOMENTO DE VOLVER AL HOGAR.

ELLOS ME HABLARON DEL DÍA QUE TUVIERON QUE PARTIR.

DE COMO PADRES HERMANOS Y NOVIAS QUEDARON ALLÍ.

Y ALLÍ QUEDÓ DE TODOS ELLOS EL CORAZÓN.
QUIZÁS UN DÍA LES LLEGUE LA FORTUNA A SONREIR.

MUY PRONTO NADIE RECORDARÁ QUE ESTUVO AQUÍ.

Y VOLVERÁ AL PUEBLO BLANCO AL HOGAR.

 

LA FAMILIA Pimpinella

Ella: Hoy estamos festejando. Entra ya no tengas miedo,

No te asustes que no muerden. Somos pocos pero buenos.

El: Pasa y tomate una copa, que hay lugar para otra silla,

déjame que te presente a mi gente , mi familia.

Los dos: Ya lo ves, Hablan todos a la ves, y después se pelean por un mes,

pero cuando las cosas van mal, a tu lado siempre están.

 

QUIERO BRINDAR POR MI GENTE SENCILLA, POR EL AMOR BRINDO POR LA FAMILIA

 

Ella: Si te tiran con un corcho , o al pasar te pisa un niño,

en el fondo están solos una muestra de cariño.

El: Te estas acostumbrando, solo es gente extrovertida,

cuando griten no te asustes es que viene la comida

Los dos: Ya lo ves, comen todo y después, a sufrir por la gente otra vez

pero nunca te dicen que no si les vuelves a ofrecer.

 

Ella: Ya va a comenzar el baile, quiten todo y a la pista,

que otra vez dirá la tía, que la nena es una artista.

El: Ves que yo te lo decía, al final se puso bueno,

como dice el abuelo, en el fondo nos queremos.

Los dos: Ya lo ves esto sigue y son las tres,

y mañana a comer lo que quede otra vez,

para todos con el corazón yo les canto esta canción.

 

LA CASA DE MI MADRE Rally Barrionuevo

La casa de mi madre huele a brisas de geranios

Paseándose en el patio, a hurtadillas van los años

Y una canción le habita los silencios

La casa de mi madre guarda espacios de nostalgia

Jugando en sus rincones se ha quedado nuestra infancia

Y esa ilusión le habita los silencios

Y hoy vuelvo a buscarme en la senda del viejo baldío

Me ha devuelto a mi madre el camino

Y a sus manos de luna y membrillo

Y hoy vuelvo a buscarme en el cielo, la noche y el río

Me ha devuelto a mi patio el camino y a su aroma de suncho y de grillo

La casa de mi madre son los días deshojados

Mateando en los inviernos en la sombra del naranjo

Y ese color le habita los silencios

Mi madre es una lluvia regadora de febrero

Curando mis heridas con tesitos de poleo

Y ese sabor me habita los silencios