La misión como acción de toda la Iglesia

sábado, 21 de enero de 2012
La misión como acción de toda la Iglesia.

 

La misión no es una obra personal o particular del misionero, sino de toda la Iglesia; la misión es obra de todos.

La Iglesia es ante todo un misterio de comunión destinado a la misión.

Hay que partir siempre del hecho de que la Iglesia es por su misma naturaleza misionera, y esto por los siguientes motivos:

1)      La Iglesia hace presente hoy a Cristo y continúa su misión. La Iglesia ha sido enviada por Cristo, y a su vez solo ella es la que puede enviar.

2)      Porque el Espíritu Santo mueve a la Iglesia y la hace el instrumento de la salvación actual.,

3)      Por la apostolicidad de la Iglesia, que tiene un carácter hacia el pasado (fundada sobre los Apóstoles mantiene su credo y su misterio), y un carácter hacia delante, universal (continuar la misión de los apóstoles).

4)       Por la catolicidad. Concepto profundo y misterioso destinado a todos y abierto a todos.

5)      Porque en la misión se trata de formar una Iglesia. La misión presupone una Iglesia, proviene de la Iglesia y forma una nueva Iglesia.

 

Por último, es útil recordar que en la Iglesia no solo los obispos, presbíteros y diáconos son misioneros, sino también los laicos tienen el mismo deber y derecho. En la misión no existe la ley de suplencia (que los laicos suplan cuando faltan los sacerdotes), sino la ley de complementarse. Nadie se puede encontrar fuera de esta perspectiva misionera.