La New Age: Cómo influyen los pensamientos en nuestra vida

domingo, 26 de junio de 2011
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            Habíamos comentado la semana pasada respecto del libro “El secreto”, que no solo se queda ya en el libro sino que se han generado grupos también que intentan vivir y mantener su fe en los pensamientos y en la repercusión que estos buenos pensamientos tienen en el universo con la creencia de que el universo va a materializar todo aquello que se piense o desee. A partir de estas creencias se está configurando una divinidad: el universo, que tiene su lógica y su inteligencia, que premia al que piensa bien y de alguna manera castiga al que piensa o siente mal (es decir, da ‘mas de lo mismo’).

            A raíz de algunos pensamientos de los oyentes volcados a través de los mensajes, vuelvo sobre dos de ellos:

         Reconozco que lo que decís es así, pero me produce mucha pena, mucha tristeza escucharte

GL: Me apena cuando nuestros encantamientos mágicos, nos llenan de ilusiones acerca de la posibilidad de obtener la concreción de nuestros deseos de una manera rápida, mágica, sin esfuerzo, sin trabajo (la ‘ley del abracadabra’ en oposición a la ‘ley de la cosecha’, que supone proceso, camino). Nuestra cultura no está teniendo los recursos necesarios para preparar mentes que supongan proceso, camino, disciplina, paciencia, tiempo, esperanza, trabajo. Y todas estas cosas cuando vuelven a nosotros nos deprimen. Creo que nos deprimen cuando comprobamos que las cosas mágicas no resultan tales, pero también porque hubo muchas generaciones en las que la cuestión del sacrificio y del esfuerzo, de la voluntad, ese estilo de vida tan árido y también por qué no tan materialista enfermó nuestras almas. Y es lógico que de alguna manera imaginemos que la vida puede ser algo más ‘que un simple plato de comida’, que la supervivencia.

Entonces, entre este pensamiento mágico que promete todo si pensamos positivamente, que no tiene límites en darnos lo que deseamos en dinero, salud, afecto o lo que fuera, y este otro pensamiento tan medido, tan avaro del esfuerzo, el sacrificio permanente, el voluntarismo, para ‘arañar’ la supervivencia, yo creo que se instala el Reino de los cielos como una propuesta verdaderamente maravillosa (y no mágica), porque es liberadora.

El Reino de los cielos trae por un lado la necesidad de ‘poner la mano en el arado’ y ponerse a trabajar, trae el profundo realismo del Evangelio que nos dice “el que quiera seguirme que cargue con su cruz”, que trae el realismo de que al mismo Jesús que trae el Reino lo crucifican, lo persiguen, lo torturan, lo castigan. El dice a sus discípulos “los envío como corderos en medio de lobos. En el mundo tendrán que sufrir, pero ¡ánimo! Yo he vencido al mundo”. Y por otro lado, este Jesús que se libera de ataduras y que es capaz de recoger espigas o curar en sábado pese a que la Ley diga lo contrario, del cual decían era borracho y comilón. A El también le debe haber gustado disfrutar de la vida, puesto que cuando llega el momento de su muerte les dice en la Cena “¡cuánto he deseado comer esta Pascua con ustedes!, ¡cuánto voy a extrañar el fruto de la vid!”. Este Jesús camina por este territorio de liberación por un lado y realismo por otro, y sortea todas las propuestas mágicas que tenía la gente cuando pensaba que ya venía El a instalar el reino definitivo del pueblo judío políticamente y económicamente hablando.

Tomando un segundo mensaje de la semana pasada donde me decían

         abrite a considerar lo positivo de estas nuevas propuestas” digo: nunca estuve cerrada, pero sí considero que El Secreto como también otras propuestas de la New Age y de algunos libros de auto ayuda, toman algunas cosas valiosas del pensamiento humano -no es que las provoquen o que las creen o las inventen: las toman, porque ya están-. Pero también Jesús, en su propio evangelio, piensa y quiere que nuestra mente piense positivamente, que los cambios comiencen en nuestra propia forma de representarnos la realidad, también quiere que tengamos fe, también quiere que abramos las ventanas y soñemos con un futuro mejor.

 

Nuestros pensamientos tienen en nuestra vida una fuerza operativa. Hay un relato que suele adornar este tipo de reflexiones. Es el siguiente: en los circos, crían animales desde pequeños para domesticarlos y entrenarlos en las distintas piruetas que tienen que hacer estos animales. Tal es el caso de un elefantito que fue comprado por un circo cuando era muy pequeño, y permanecía atado a una soga que estaba atada a una estaca en la tierra de manera que el elefantito no se escapara cada vez que con su impulso de cachorro quisiera correr o irse a otro lado. La soga y la estaca lo contenían. Largo tiempo así, el elefantito había resignado la actitud de zafar de esa correa y se acostumbró que mientras él estaba atado debía permanecer quieto en su lugar. Así fue creciendo hasta convertirse en el gigantesco animal cuya fuerza todos conocemos. Ese mismo animal sigue atado por la misma cuerda que con tan solo el mínimo tirón podría arrancar ahora. Pero una actitud mental de resignación, una representación de la realidad en este caso instintiva, ha quedado grabada en la memoria instintiva del elefante diciéndole de alguna manera ‘no se puede zafar de esta cuerda’, y permanece domesticadamente dócil a esta cuerda.

Esta es la función que cumple el imaginario social y el imaginario personal que tenemos acerca de la realidad, la representación que tenemos de la realidad. Por ejemplo: hoy existe una representación generalizada de que nosotros somos individuos aislados que estamos en medio de una jungla en la cual todos tratamos de sacar ventaja: ‘sálvese quien pueda’ es la representación que en el fondo tenemos a veces. He visto últimamente decir que por cada persona violenta hay tantos otros miles de personas pacíficas, que por cada persona que roba hay otros tantos miles que no lo hacen… Esto me parece bueno porque empieza a romper esos patrones que tenemos de que somos malos, egoístas, individualistas, de que todo tiene sentido solo en la medida en que me de alguna ganancia o en que me permita comprar o vender algo. Y este imaginario social, esta representación que tenemos, este miedo que tenemos al otro –miedo o competencia o rivalidad- viene como anillo al dedo al proyecto de convertir toda la vida de la comunidad humana en un solo gran mercado global. Es decir: nos estamos acostumbrando que detrás de cualquier valor siempre hay algún buen negocio o alguien que gana, o alguien que está haciendo ‘un curro’. Estamos acostumbrados a leer sistemáticamente, porque creemos que eso es lo que hay. Y si hay individuos que piensan otra cosa, o son ingenuos o mienten. Entonces hay que acomodarse lo mejor posible a esta realidad. ¿y cómo se acomoda uno? Siendo vivo, apurándose a ganar primero el lugar, porque no hay lugar para todos, y el mundo es una competencia feroz. Entonces cada uno toma los recaudos que considere necesarios y con ellos la profecía se auto-cumple y se convierte efectivamente la sociedad en un mercado global donde todo es transacción comercial: si te doy esto, me das algo a cambio, si te di, me debes. Y frente a cada propuesta, o cada proyecto, o cada sueño, lo primero que se pregunta cada uno es ‘¿qué gano con eso?’ ¿acaso voy a ganar algo con ser más justo?

Este imaginario, que abarca más de lo que creemos y que hace que cada uno mire con esa mirada ya naturalizada, lógica, cotidiana, se convierte en una experiencia comunitaria. Y no alcanza con hacer grandes declamaciones de principios, de valores abstractos, impracticables. Hay que hacer vida una nueva representación de la realidad.

En este sentido, claro está, los pensamientos se convierten en profecías auto-cumplidas, no por una ley de atracción, no por el universo me vaya a devolver materializado aquello que pienso, sino porque nos estamos permanentemente convenciendo los unos a los otros de que esa es la realidad.

En el Evangelio se narran episodios en los que distintos personajes se acercan a Jesús para liberarse de un mal, o que no tienen qué comer, o que luchan por sobrevivir en medio de una tempestad, y cada vez que Jesús es invocado, responde resolviendo puntualmente ese problema con la participación de quienes lo involucran, y siempre les dice a quienes ha involucrado “tu fe te ha salvado”. Jesús quiere que una persona quiera caminar sobre sus propias piernas, que pueda escuchar y entender, que pueda hablar y decir por sí mismo. Jesús quiere el cambio, pero quiere también hacer posible los cambios. Jesús habla metafóricamente cuando dice “si tuvieran fe del tamaño de un granito de mostaza, le dirían a esa montaña ‘cambiate de lugar’ y la montaña les obedecería”, y no está pronunciando un pensamiento mágico. Está queriendo decir la importancia de que haya una conexión entre nuestro deseo y nuestra fe. Pero también entre nuestra fe y nuestras obras.

El cambio es posible sobre todo cuando es representado como un desafío compartido. Fijémonos el entrecruzamiento del pensamiento de Jesús de que el cambio es posible y toda la descripción que hace del Reino de los cielos, con le necesidad insoslayable de ser comunidad. Con esto quiero decir que los cambios no son posible mediante proclamaciones o discursos o señalamientos intelectuales, sino que se hace urgente y necesario que antes, nos reunamos, nos interroguemos acerca de los cambios necesarios, de cuál es el modo que estamos teniendo de representar nuestra realidad, evaluemos críticamente las posibilidades de construir un paradigma diferente, un estilo diferente, una representación de la realidad diferente, y a partir de ahí comenzar juntos a intentar vivirlo, y entonces así nos hacemos anuncio para el mundo, un anuncio que –como podría decir Jesús- las personas digan:  ‘miren cómo se aman’, es decir, una respuesta vital, no intelectual. Este es el deseo de Jesús y también es el camino. El cambio es posible, sobre todo cuando es representado como un desafío compartido, como un deseo de muchos, como un proyecto comunitario de construcción de un nuevo orden, de construcción de una nueva representación de la realidad, de construcción de salvación. Hay muchos ejemplos a lo largo de la historia de cómo esto ha sido posible. Pero para que ese proceso de transformación se haga posible, primero hay que llamarnos a la des-construcción de lo que nos parece obvio. Si hoy nos parece obvio que el hombre esté al servicio de la economía, hay que des-construir esa obviedad. Si hoy nos parece obvio que toda la gente es interesada, egoísta y competitiva hay que des- construir esa realidad, es decir. Hay que liberar al individuo, al sujeto, de esa atadura que va a permitir que obviamente, las cosas salgan mal porque son profecías auto-cumplidas. Hay que construir un nuevo imaginario, hay que ser co-autores. Es una labor casi poética de nuestro destino, y desnaturalizar lo que nos parece obvio. Todo esto se llama ‘pensamiento crítico’, y de aquí en más, cuando hablemos de tratamiento crítico, se trata justamente de interrogarse. Esas cosas que generalmente son tan negativas, que sacan lo peor de nosotros cuando miramos el mundo, esa mirada negativa, pesimista, oscura, competitiva, interesada, egoísta ¿es realmente así? ¿en qué nos fundamentamos para creerlo? A veces encuentro en la calle gente que es una ‘máquina de criticar’. Me doy cuenta de que logro eludirlo de un ámbito de queja y se mete en otro, y todo es corrupción, y todo es maldad, y todo es avivadas, y todos son vagos… y evidentemente que una persona así va a atraer lo peor, va a construir lo peor. Realmente ¿no hay otra opción?¿en qué me fundamento para creer así, tan negativamente?¿siempre fue así? ¿desde cuándo es así? ¿Quiénes fomentaron que esto sea así? Y sobre todo, lo que es mas importante de un pensamiento crítico ¿a quienes les conviene que la realidad sea así y a quiénes perjudica que la realidad sea así, como decimos que es? Preguntas claves para desarrollar un pensamiento crítico que nos permita una elucidación, es decir, un poder introducir luz en la oscuridad de las representaciones muy negativas que tenemos de la realidad. Uno ¿es realmente así? Y si por cada corrupto hay cien mil honestos? ¿en qué me fundamento para creer que sea así? Realmente ¿no hay otra opción?

 

QUIEN QUIERA OIR, QUE OIGA Juan Carlos Baglietto (Argentina)
Cuando no recordamos lo que nos pasa, nos puede suceder la misma cosa.
Son esas mismas cosas que nos marginan, nos matan la memoria, nos queman las ideas,
nos quitan las palabras... oh...
Si la historia la escriben los que ganan, eso quiere decir que hay otra historia:
la verdadera historia, quien quiera oir que oiga.
Nos queman las palabras, nos silencian, y la voz de la gente se oirá siempre.
Inútil es matar, la muerte prueba que la vida existe...
Hay muchas formas de ganar un combate histórico. No siempre es un combate militar. La historia hegemónica, u oficial a veces se dice, la historia ‘dominante’ está escrita por alguien. Y esa historia va haciendo de nosotros una representación de la realidad, la imagen de que eso es así y que no hay otra cosa. Y cuando una comunidad, un pueblo o una persona –porque hay historias escritas con carácter social, y hay historias individuales: si a un chico le viven diciendo que es torpe, ese discurso dominante de los educadores se inscribe con criterio de realidad en ese niño, y por tanto, como un acto reflejo, igual que el elefantito, va a generar una conducta habitual de que es torpe, y va a ser torpe no porque esencialmente lo sea sino porque ha construido su identidad en base a ese discurso y en base a ese mensaje. En fundamental a nivel social y a nivel personal desarrollar un pensamiento crítico, porque si no, pasa lo que dice la canción: “si la historia la escriben los que ganan, eso quiere decir que hay otra historia”, y si no, como también dice la canción, “se repiten las cosas”: ese mecanismo automático de repetición. Es muy interesante como describe cuando uno queda atrapado, sujetado en esas historias habituales y repetitivas: “se nos quitan las palabras, se nos queman las ideas, quedamos marginados”. Esas cosas nos matan la vida, y sobre todo, nos silencian. Y escuchamos entonces ‘¡qué se le va a hacer…es lo que hay…’

Estas creencias influyen no porque un universo cósmico ni una divinidad caprichosa materialice nuestros pensamientos por ley de atracción sino por profecías que se auto cumplen, que se tornan hábito, conducta, modalidad, mirada, pensamiento, palabra, y se refuerzan muchas veces desde lo que todos creemos que es. Hay una realidad externa –así lo creemos nosotros-, pensamos que eso no va a cambiar porque entre todos compartimos una creencia es algo exterior, ajeno a nuestras decisiones, ajeno a las decisiones de las personas, y creemos que la realidad no depende de las decisiones políticas, de los emprendimientos comunitarios, no depende de mis decisiones, no depende de mis sueños, de mi esfuerzo, de mi trabajo… nada de lo que podamos hacer las personas crea realidad, sino que ‘es lo que nos toca’.

A veces recibo mensajes de oyentes que describen situaciones tan trágicas en su vida que yo no puedo menos que pensar ‘¡¿que trasfondo mental hay detrás!?’ ¡Cómo construimos desgracia desde una posición de víctimas permanente! Si yo realmente me siento una víctima continua de la realidad ¿qué creación voy a hacer? ¿qué palabras voy a pronunciar? ¿qué ideas nuevas voy a tener? ¿Qué voz voy a erigir por encima del silencio que me han impuesto?

Estas creencias constituyen un imaginario social y personal que no estimula a las personas ni a ponerse de pie, ni a creer que el cambio es posible, ni a organizarse para mejorar, porque una voz adentro nos dice ‘es inútil’. Y estos cambios en los que la comunidad a veces no cree, son los que viene a anunciar Jesús. Si a mi me dicen ‘no podrás zafar de tu lazo’ voy a resignar –como lo hace el elefantito- el cambio. Ni siquiera voy a intentarlo. ¿y si lo intentásemos? ¿si creyésemos que fuera posible conquistar determinados derechos a ser felices? ¡eso es exactamente lo que Jesús quería decir a sus contemporáneos: “ánimo, no tengan miedo: el Padre de ustedes ha querido darles el Reino

LA BELLEZA Luis Eduardo Aute

Enemigo de la guerra y su reverso, la medalla, no propuse otra batalla que librar al corazón
de ponerse cuerpo a tierra bajo el peso de una historia que iba a alzar hasta la gloria el poder de la razón…
Y ahora que ya no hay trincheras, el combate es la escalera y el que trepe a lo más alto
pondrá a salvo su cabeza aunque se hunda en el asfalto la belleza…

Míralos como reptiles, al acecho de su presa, negociando en cada mesa maquillajes de ocasión;
siguen todos los railes, que conducen a la cumbre locos porque no se deslumbre su parásita ambición…
Antes iban de profetas ahora el éxito

es su meta; mercaderes, traficantes, más que náusea dan tristeza,
no rozaron ni un instante la belleza…

Y me hablaron de futuros fraternales, solidarios, donde todo lo falsario acabaría en el pilón;
y ahora que se cae el muro ya no somos tan iguales: tanto tienes, tanto vales, viva la revolución…
Reivindico el espejismo de intentar ser uno mismo, ese viaje hacia la nada que consiste en la certeza
de encontrar en tu mirada la belleza…

 

 

Como hablábamos la semana pasada, lo que la New Age propone es esta representación de la divinidad aunque no se le llame ‘dios’ que tiene determinadas características. Una de tantas, además de ser bastante arbitraria, es que es ‘impersonal’. Yo he leído oraciones al universo, oraciones al cosmos. Una cosa es imaginarse al universo como una creación, y otra muy distinta es imaginarlo como una divinidad. Una cosa es mirar el universo y quedar extasiado ante su belleza, su caos y su orden (la ciencia ha avanzado y están cambiando muchos paradigmas y muchos criterios. Es fascinante el momento histórico que nos toca vivir. Entre tantas caídas –no solo la caída del muro de Berlín- está cayendo todo un paradigma científico, y cualquier cristiano debe darle la bienvenida a todas estas sorprendentes revoluciones epistemológicas, intelectuales que están aconteciendo. No sabemos muy bien hacia donde vamos ni que es lo que nos van a traer todos estos cambios, pero de todas maneras tienen un aire de novedad y de creación verdaderamente hermoso. Pero una cosa es ver todo el universo con todo su caos y su desorden y su orden como un cuadro y quedar extasiado, y uno sabe que hay un Pintor de ese cuadro, un Creador. Y otra cosa es creer que ‘el cuadro es el autor’. Son cosas distintas. Y sobre todo, y en orden a esto de “El secreto” y la ley de atracción, a mi me gustaría acá hacer una distinción que creo puede ser muy útil para la vida de la fe de los que así lo necesiten.

              Los textos clásicos sobre la gracia distinguen dos dimensiones fundamentales de la gracia: gracia in-creada, y gracia creada. Cuando hablamos de la primera, nos referimos a Dios mismo. Es la misma vida de la Trinidad la que se comunica. Acá a veces he solido interpretar a través de los mensajes como ‘a ver cuál es el Dios más poderoso’ ¡Exactamente lo que les pasaba a los judíos cuando entraban en contacto con civilizaciones que ellos llamaban paganas, y veían el despliegue económico, cultural, político impresionante. Imaginemos lo que debe haber sido ese pueblito de pastores nómades…es cierto: estaban en Jerusalén, habían construido un reino, un templo, pero en comparación por ejemplo con lo que era Babilonia, esas construcciones faraónicas…lo de ellos era nada. Y entonces comenzaban a comparar ¿quién es Dios? ¿Yahvé o el dios de los babilónicos?

 Y algo por el estilo, parece que hay una especie de frustración de la fe en Dios, y hay que buscar una especie de dios intermedio, y el universo y el cosmos viene a funcionar así como una especie de demiurgo, como un ‘gerente general de las divinidades del cielo’ que está más directamente vinculado con nosotros, y por lo tanto nos puede alcanzar las gracias. Y entonces empezamos a medir a Dios desde esas gracias creadas: es decir, las cosas de Dios: la salud, la fortuna, el amor…que el trámite me salga bien… Esto son gracias creadas. Y cuando hablamos de las gracias creadas, nos referimos a los efectos de la vida trinitaria en nosotros: liberación, purificación, transformación, regeneración… pero es un aspecto secundario. Inseparable de la vida de Dios: correcto. Dios sanó, liberó, transformó en la persona de Jesús, pero no lo hizo con todos. Sanó un ciego ¿cuántos millones quedaron sin curar? ¿es esto lo que vino a traer Jesús: gracias creadas, deseos conseguidos, efectos? No son las cosas de Dios, sino el Dios de las cosas. “Eres precioso a mis ojos, eres estimado, y yo te amoIs 43,4. “Los montes se correrán y las colinas se moverán, pero mi amor no se apartará de tu lado. Mi alianza de paz no vacilará” Is 54 “Yo te amé con un amor eterno, por eso he guardado gracia para ti” Jer 31 “Tu Dios está en medio de ti. Soy un poderoso Salvador” “Grita de alegría por ti, El renueva con su amor tu vida y baila por ti con gritos de alegría” Sof 3 “Con cuerdas humanas los atraía, con lazos de amor, y era para ellos como los que alzan a un niño contra su mejilla” Os 11.

 Es el Dios mismo el que se comunica con la gracia. No son las cosas de Dios. Lo que hay que buscar es Dios ante todo, comunicación de una fuerza sobrenatural, comunicación de amor. La auto-comunicación de Dios al hombre. No los efectos secundarios de esa liberación. Es ante todo a Dios mismo al que hay que adorar, y no a sus ayuditas. Para llegar al cielo lo necesitamos antes mas que para auto-realizarnos en la vida.

 

Participan los oyentes

         Tengo dos hijos adolescentes de 15 y 16 años a los que siempre los charlamos acerca de que las cosas no son mágicas, de que todo cuesta esfuerzo, pero ellos piensan que todo viene del Espíritu Santo. Nos cuesta hacerles entender

GL: Si ellos se han parado en el territorio de lo fácil, de lo mágico, no te pares vos en el territorio del esfuerzo y el sacrificio porque van a chocar permanentemente. Mas vale trata de tomar un poquito de distancia y explicales que la vida es don y tarea. Para un aplauso hacen falta dos manos. Es cierto que todo viene del Espíritu Santo: el sol que nos alumbra, el aire que respiramos, la inteligencia que poseemos, la piel que acariciamos, solo que con mediaciones. A Dios le encantan los procesos, y le encanta ver como las cosas evolucionan y se transforman muy lentamente.

                 

El Secreto es el típico ejemplo de mentir con la verdad. Cuando caemos en ello, somos pasto de las fieras

GL: este oyente le responde a quienes dicen ‘no hablen tanto del tema’. En algunas personas es inocuo, para otros trae riesgos. Hay quienes se pierden en esta maraña de la Nueva Era, y tardan en volvre (cuando vuelven). No todo es tan ingenuo

 Dijimos en algún momento “pruébenlo todo, quédense con lo bueno”. Ahora bien: pruébenlo todo, pero con pensamiento crítico.

      Para alguien que tiene una autoestima muy baja o una representación de la realidad muy negativa y de pronto lee El Secreto y comienza a indagar sus pensamientos, de pronto puede venirle bien.

 

         Cuando describimos y opinamos hay que tratar de ser objetivo, pero no neutral. Celebro que Gabriela haya sido así. Yo estudié en la universidad algo de la física cuántica y les puedo asegurar de que ninguno de los actuales mentores de la New Age ha asistido jamás a un breve curso introductorio de la física cuántica, para la cual hacen falta varios años de estudios superiores de matemática y física. Están tomando algunos postulados científicos que les resultan convenientes, los sacan del contexto científico donde deberían permanecer y los usan en provecho propio ganando mucho dinero con espejitos de colores. Como ateo, soy un gran defensor de la seriedad y un serio opositor de los ‘engaña pichanga’. Por eso escucho desde hace tres años vuestra radio: ustedes son serios y con eso me alcanza. Aunque no comparto vuestras inspiraciones, se que compartimos nuestras preocupaciones y muchas veces proponemos las mismas soluciones en lo social, que es lo común en todos nosotros. Esa mención a sentir como propio el dolor ajeno, ese llamado a ser solidario con nuestros hermanos, ese posicionarse del lado de las víctimas del sistema, todo eso lo tengo en común: en común unión con ustedes. Baruc de Espinosa en el S.XVII definió la multitud como fundante de lo político integrada por individuos concientes en lo común, no como ‘igual pensantes uniformados’. Seguramente no me creerán si les mando bendiciones, por eso les mando un gran abrazo. PD: excelente el programa sobre los ateos. Mi solidaridad por Gabriela por su mamá. Ella sabe que un ateo no tiene consuelo

GL: Te agradezco mucho que nos hayas escrito, nos resulta significativo que nos escuches y me uno a este desconsuelo que tiene los ateos. Y me parece una propuesta y una promesa el cómo los hombres pueden unirse en torno a valores, en torno a creencias que construyen humanidad, fraternidad, que construyen universos mejores. Y también me resultó significativo esto que decís sobre que con tu experiencia en el ámbito de la ciencia, el hecho de que la New Age está tomando postulados de la ciencia y los está llevando a otro universo. Los saca de un ámbito desde no deben salir por lo menos por ahora. También es cierto, y por eso no quise hablar de la física cuántica, porque para hablar de eso hace falta muchos conocimientos que no tengo, y no se pueden estar haciendo transposiciones riesgosas, atrevidas en el sentido intelectual, sacando conclusiones en otras dimensiones y en otros niveles.

Florencia Barzola: lo dijo el mismo físico que habló la semana pasada en nuestro programa, Roberto Singler, que es una persona que ha estudiado: no se pueden traspolar la ley de atracción de ninguna manera. A mi resultó significativo esto que dijo el oyente que acabamos de escuchar en esto de que ‘hay que ser objetivo pero no neutral. Cuando estudiamos periodismo se nos enseña a ser objetivos, a describir las cosas tal cual son, pero no nos enseñaron a que tenemos que ser ‘no neutrales’, que tenemos que tomar ciertas posiciones: no podemos ser neutrales ante el hambre, ante el engaño

GL: Es cierto: en las universidades no nos enseñan a tomar posición, pero en el Evangelio sí se nos enseña. El fundador de ‘El Arca’, Jean María Banier, un movimiento cristiano internacional, dice que ‘una comunidad donde no hay discapacitados es una comunidad incompleta’

Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, vida,
porque nunca me diste ni esperanza fallida,
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;

porque veo al final de mi rudo camino
que yo fui el arquitecto de mi propio destino;

que si extraje la miel o la hiel de las cosas,
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:
cuando planté rosales, coseché siempre rosas.

…Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno:
¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno!

Hallé sin duda largas noches de mis penas;
mas no me prometiste tú sólo noches buenas;
y en cambio tuve algunas santamente serenas…

Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.
¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!

 

“Me pondré en mi puesto de guardia y me levantaré sobre el muro. Vigilaré para ver qué me dice el Señor y qué responde a mi reproche. El Señor me respondió y dijo: ‘escribe esta visión y grábala sobre unas tablas para que se la pueda leer decorrido. Porque la visión será revelada en el momento fijado. Ansía llegar a término y no fallará. Si se demora espérala, porque vendrá seguramente y no tardará. El que no tiene el alma recta sucumbirá, pero el justo vivirá por su fidelidad” Abacuc 2,1