La Oración como encuentro

jueves, 9 de agosto de 2007
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Hoy hablaremos sobre este tema muy profundo e interesante pero con una invitada que trabaja en la programación de la Radio y se formó con la Sra. Lanusse en Buenos Aires sobre el tema LA ORACIÓN.

Participación de Gloria Palmieri y la Locutora Anabell Thanos

AT: Hola Gloria! ¿Cómo estás?
GP: ¿Cómo te va?, Me había olvidado de estar frente a un micrófono!

GP: Me gusta hacer oración, cuando uno habla se siente tan chiquitita y hay tantos libros y tantas personas que han tenido experiencias en hablar de la Oración que uno siente ¿Qué puedo decir yo?, Entonces yo voy a hablar de mi propia experiencia y del camino que yo hice durante todos estos años, porque la verdad que pienso que, el rezar y el orar es una de las actividades más profundas y más lindas del hombre, es algo tan importante y que nosotros no lo podemos realizar como algo separado por que cuando hablamos de la oración, hablamos de nuestras vidas, la vida la hago oración. Por que no es:
Cuando decimos Oración: soñar, imaginarme ni siquiera pensar en Dios basta, un ejemplo práctico:
Muchas personas dirán – estoy manejando y voy pensando en Dios, estoy haciendo cosas en casa y estoy pensando en Dios, pero… Tengo un encuentro con Dios? Es imposible porque con Dios me encuentro igual que con las personas, es un encuentro, una relación personal de amistad, y la amistad nosotros la buscamos, la gozamos, la fomentamos y lo mismo tiene que ser con Dios. Si yo digo: esta amiga que yo quiero tanto, siempre me acuerdo de ella, pero si no la llamo por teléfono, no estoy un rato con ella no comparto la vida que ella está pasando, yo no se nada de mi amiga, lo mismo exactamente pasa con Dios.
Hay un ejemplo muy lindo:
A veces pensamos que nos encanta la montaña y que lindo sería escalarla! , pero es muy distinto a pensar,  que a realizar la escalada.
Entonces en esto de la Oración es como un camino, un camino que todos podemos empezarlo de una manera u otra, esto no es una receta que indica TIENE QUE SER ASI, sino es una manera más y es una manera que llega a ser como una ACTITUD DE VIDA, es una manera de vivir, porque la oración me sostiene, sostiene mi vida, entonces cuando me voy acostumbrando a esto no puedo vivir sin ello. Es como la respiración, aprender a respirar mejor, entonces puedo vivir mejor y sentirme mejor, la oración también es así ¿no?

AT: bueno, este es el tema de hoy vamos adentrarnos en la Oración, esto no es fácil, nadie está diciendo que lo es, porque algunos dirán: estaba cocinando y estaba pensando en Dios o recitando un Salmo, pero lo que nos está transmitiendo esta hermana, es bueno cuando vos querés a alguien, queres encontrarte con alguien de verdad, te sentás, la escuchás compartís, por eso es como una primera clave que podemos descubrir ¿no?

GP: A mí me encantaría poder explicar como es este proceso  que nosotros tanto hablamos, tanto se dice, hasta incluso a veces cuando le decimos a las personas – Hay! Qué macana lo que te esta pasando, cómo estas sufriendo! Voy a rezar por vos y yo pienso, le digo que voy a rezar, tengo la intención  pero…¿llego a rezar?¿Llego a encontrarme con Dios? y pedirle realmente por esta persona? ó por mí?
Lo primero de todo, creo que es hacer un reconocimiento, el reconocerme a mí mismo cuando voy a tomar esta actitud de Oración.
¿Quién soy? ¿Cómo estoy? ¿Qué es lo que me pasa? Y también reconocer delante de quién estoy, dice Kitten en uno de sus libros”Tenemos que pensar delante de quién estamos por que sabemos que es delante de Dios”. Pero mi oración llegó a ser solamente de pensar delante de quién estoy? Esto de: Señor habla que tu siervo te escucha.

AT: Cuenta una historia que había un joven que buscaba trabajo, sin experiencia laboral, y estaba desanimando por ello y aún así dentro de su desanimo, seguía buscando en los diarios no sabía que; y un día (como otros), leyó un aviso clasificado que lo dejo paralizado, era un aviso que llamaba a jóvenes que supieran interpretar el Código Morse, que tiene que ver con la comunicación del telégrafo. El joven que era radioaficionado, entendió que podía asistir a esta entrevista por que interpretaba el código Morse.
Cuando llegó al lugar se dio con que había como 20 jóvenes delante de él, se desanimó pero así y todo se quedó; la entrevista aun no había empezado y escuchaba la molestia de los que ya estaban esperando hace rato, escuchaba los ruidos de las quejas, y encontró un rinconcito en la pared al lado de una puertita amarilla, a fin de alejarse de los ruidos de las quejas sumadas a las del telégrafo.
De repente, el joven ya sin tanto miedo, se incorporó y tocó la puerta amarilla y pasó, el resto de los jóvenes enmudecieron y luego se preguntaban que había pasado! Si el joven había llegado último y porque lo recibieron primero?
Luego se abrió la puerta salió el Gerente avisándoles que les agradecía su presencia pero que había una sola vacante que ya estaba cubierta que los invitaba a retirarse. No faltó uno que dijo: esto es una injusticia! La persona que entró llega ultima y nosotros hace mas de dos horas que estamos aquí. El gerente respondió, mientras ustedes estaban aquí el telégrafo estaba enviando un mensaje que decía “aquel que supiera interpretar lo que se estaba diciendo, que tocara la puerta porque el empleo iba a ser de él”.

GP: volvemos a lo mismo, ante los ruidos que hay alrededor nuestro, no escuchamos lo esencial, esto es: darle a cada cosa su tiempo y lugar.
Cuando cocinamos, COCINAMOS,  cuando cantamos CANTAMOS, es imposible en medio de los ruidos, encontrar el Silencio para encontrarnos a solas con el Señor, sin tensiones, relajados de cuerpo y pensamientos, entendiendo que de esta manera me voy a encontrar con ÉL en una actitud contemplativa.
Hay una técnica de relajación para preparar mi cuerpo y mi mente:

1) Busco un lugar donde haya silencio, un banquito, una silla,
2)  Cierro los ojos, me concentro en mi cuerpo que esta tensionado, con inspiraciones lo voy recorriendo y con exhalaciones lo relajo.
3) Lo mismo hago con mi mente, los pensamientos que la ocupan los dejo de lado los miro pasar y no me detengo en ninguno de ellos,
4)  Pongo todo de mí para mi Encuentro con el Señor.

Es todo un ejercicio, no fácil pero tampoco imposible y de tanto ponerlo en práctica la Oración Contemplativa va a pasar a ser una necesidad de encontrarme con el Señor todos los días, buscando el momento justo.
Es un precioso momento que debemos permitirnos gustarlo y experimentarlo para seguir por el Camino del Señor que es Luz, Verdad y Vida. Y él dialogo con ÉL en el Silencio dará muchos frutos a nuestra alma.