“La oración nos acerca al regalo de la resurrección”, afirmó Carlos Barrio

jueves, 3 de marzo de 2022


03/03/2022 – En “Renacer a la esperanza”, Carlos Barrio y Lipperheide, abogado, escritor y coach profesional, habló de la oración del Ángelus como tiempo de siembra. “El papa Francisco en su mensaje de Cuaresma dice que este tiempo es oportuno y favorable. Somos seres finitos y caducos, y esto lo reflexionamos en este miércoles de ceniza. Humildad significa en su etimología tierra y nos recuerda que a ella vamos a volver. La cuaresma es un tiempo de conversión y necesitamos callar, hacer silencio para “rumiar” lo que Dios nos dice, como expresa Mamerto Menapace. Esto nos permitirá descubrir cuál es nuestra misión. El sí de María es el que le da a la humanidad la posibilidad de sembrar algo nuevo, que es Jesús mismo. El papa Francisco dice en su mensaje de este año de Cuaresma que es un tiempo de siembra, principalmente, para luego esperar la cosecha. Francisco afirma que el primer agricultor es Dios mismo”, aseguró Barrio.

“El ayuno, la oración y la limosna son prácticas tradicionales en nuestra Iglesia, especialmente en este período cuaresmal. Yo creo que lo primero debe ser la oración, es el inicio de este círculo virtuoso para llegar al gran regalo de Dios, que es la resurrección de su Hijo Jesucristo. Como somos polvo y al polvo volveremos, tenemos que entregarnos a Dios. Él en lo secreto nos va a reconfortar. Y también ofrecernos al Señor, pensando qué le podemos ofrecer a Dios”, añadió el especialista.

Por último, Carlos rezó esta oración de cenizas por la paz:

María, santuario de la Misericordia,

hogar de los desposeídos, tristes y mutilados por la guerra  y nuestros egoísmos.

Refugio en la tempestad, consuelo en los terremotos de bombas,

que anulan el diálogo y el encuentro.

Esperanza de quienes tienen que emigrar,

dejándolo todo, perdiéndolo todo, quedándose solos,

congelados, alejados u olvidados.

Te pedimos intercedas al Padre por la paz en el mundo y en especial en Ucrania.

Te ofrecemos Padre, como una entrega de amor,

nuestras cenizas y las de la guerra, la inocencia ultrajada,

el dolor de quienes han perdido un ser querido

y los esfuerzos de quienes luchan por la paz.

Transforma las noches oscuras del odio en luces del alba.

Siembra en nuestros corazones, la esperanza de un mundo de manos abiertas,

que acoja, comprenda y abrace.

Amén.