“La pandemia nos enseña a ser más esenciales y humanos”, aseguró fray Pepe Guirado

sábado, 16 de enero de 2021
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16/01/2021 – Fray José Luis “Pepe” Guirado es franciscano y vive en una ermita en Tafí del Valle (Tucumán), en la zona de los Valles Calchaquíes. La ermita está ubicada dentro de un campo llamado Las Carreras, a 12 kilómetros de Tafí del Valle y a 2300 metros sobre el nivel del mar. En el nuevo ciclo de los viernes llamado “Aire fresco y brisa suave”, fray Pepe nos invitó a descubrir las grandes posibilidades que tiene este tiempo de pandemia. “Podemos trabajar mejor nuestros vínculos y no repetir errores. El Espíritu Santo nos llama a despertar y cambiar desde adentro para crecer, para ir a más vida, a través de procesos interiores. Lo importane es ir a una vida y una espiritualidad no dual. Es decir, que no sea maniquea sino humanizada”, manifestó el fraile a metros de su ermita.

“Tentemos que aprender a detenernos porque el Espíritu no está lejos. Tenemos que agudizar nuestros sentidos interiores. Lo podemos palpar, tenemos que saber mirar con actitud atenta y ver la vida que fluye. Y esta invitación se la hago a todos, más allá de que estén en sus ciudades, aun viviendo en un departamento o una realidad urbanizada. Donde estés,también podes hacerlo, podés mirar con admiración para buscar al Espíritu. Claro, si podés, este es un buen tiempo para buscar el contacto con la creación que Dios nos regala””, agregó fray Pepe.

Y expresó: “Te invito a despertar tus sentidos, a volver a tener gusto y olfato por las cosas de Dios, a ver y resolver las cosas que te inquietan en la vida. Lo cotidiano está marcado por la inercia pero podemos vencerla. El hermano David Steindl-Rast, monje benedictino de 94 años y pionero en el diálogo ecuménico e interreligioso, nos propone un método con tres pasos: parar, mirar y actuar. Y yo agrego: conectar estos pasos con la fe viva”.

“El parar de Steindl-Rast es digerir la vida, no solo subsistir. Parar es eso. A veces tenemos miedo a detenernos. Pero tenemos que parar para escuchar, y también para mirar. Mirar lo que ocurre a nuestro alrededor, mirar a los ojos a quienes que te rodean, ver qué les está pasando. Esto sirve para redimensionar nuestra vida, esto nos hace darnos cuenta que el paso de Dios está muy cerca, que Él no está lejos”, reflexionó.

“El parar tiene que ser un detenerme creativo. San José y otras figuras bíblicas que son luminosos nos sirven en esto. José es un personaje que está arraigado, que tiene raíces. José sabe quién es, está conectado con su realidad. Sabe pararse. Está arraigado en sus vínculos, en su vínculo con María. No se desestabiliza. Está abierto a la transformación y no a la reiteración. La rutina es buena, pero cuando se transforma en algo mecánico no lo es. Dios es dinámico, con Él no nos podemos aburrir. Por eso José es feliz. Lo es sin abundancia de bienes, con conflictos. Este santo que este año se nos propone conoce la sabiduría de la escucha en la vida”, indicó Guirado.

La pandemia cambió los planes de la humanidad. Aun así se puede ser feliz. Y este cambio será provechoso si somos capaces de escuchar el fenómeno, y a través  de las privaciones que tenemos, poder tener la sabiduría de saber que este tiempo esconde grandes posibilidades de ser seres más esenciales y más humanos. Podemos recuperar la hondura de los vínculos”, djo. “Los maestros de la sabiduría y de la mística nos invitan a la no dualidad,  a ser uno, a vivir de una forma no dual. A ser uno con el universo. Desde la no dualidad y la unidad, todo es espiritual. Lo dual divide, opone y no permite integrar. El Espíritu Santo es no dual. Y el papa Francisco, desde su Magisterio nos enseña esto, su sabiduría viene de allí. Es alguien que hace auténtica experiencia del Espíritu. Magisterio es de absoluta unidad, es un auténtico evangelizador. Cuando dice que la unidad es superior al conflicto es lo que estoy diciendo. Francisco es unitivo e integrador, quiere una Iglesia que dialogue con el mundo. Es una Iglesia que aprende del mundo, no que se defiende de él”, cerró fray Pepe.