La Paz, don y tarea

lunes, 23 de junio de 2008

 

Hoy va a ser un programa muy especial. Va a tener como denominador común la paz, la paz que tanto anhelamos, que es don, regalo y que es tarea también. Que es don de Dios, de su gracia, la paz que nos trae Jesucristo por su pasión, muerte y resurrección, por su sangre derramada en la cruz, la capacidad de mirar con los ojos de Jesús al otro, de verlo como prójimo, como hermano, de tender puentes, de construir puentes, de derribar muros, como en Jericó, de derribar las murallas para que el único Padre y creador se haga  alabanza de todos los hijos e hijas que se sienten unidos más allá de la diversidad, de las dificultades porque ciertamente la unidad no implica uniformidad sino que la unidad es la riqueza de la diversidad en el encuentro, en el diálogo, en el compartir, en la solidaridad.

Digo que va a ser un programa especial porque va a tener como común denominador el tema de la paz, pero además va a tener como punto de referencia dos fiestas, dos celebraciones que tendremos el próximo miércoles 25 de junio.

 

En primer lugar se cumplen 96 años del “Grito de Alcorta”. El grito de Alcorta fue el primer grito de emancipación agraria en la Argentina.  Ocurrió un 25 de junio de 1912 en Alcorta, sur santafecino. Alcorta es una población que dista 100km al sur de la ciudad de Rosario y que es donde nací. Allí en Alcorta se dio esta gesta agraria y como consecuencia de ella se funda la Federación Agraria Argentina. Este grito de Alcorta, que tuvo una repercusión continental, que  provocó incluso la reforma agraria en varios puntos de nuestra América y también en Argentina. De allí surgieron las cooperativas agrarias ACA, FACA, CONINAGRO, ROSAFE, y un montón de otras entidades que van surgiendo de esa población gringa, de esos colonos que habían venido, padecido y sufrido muchísimo las consecuencias de un arrendamiento injusto y que ciertamente tenían que pagar con grano seco, limpio y bueno y después de unas malas cosechas, pasando hambre, provocan esta huelga agraria en 1912 conocida como El Grito de Alcorta. De una manera especial quiero remarcar hoy la vida y el testimonio de dos sacerdotes extraordinarios, profetas, testigos del Evangelio que fueron los padres Pascual y José Netri. Uno párroco de  Alcorta y el otro párroco de Máximo Paz, al lado de Alcorta. Ambos párrocos en esos momentos  acompañaron a los agricultores de una manera maravillosa y que han marcado un hito en la historia de la Iglesia en el siglo XX. Junto con su hermano, el abogado Francisco Netri mentor de la Federación Agraria Argentina  y que después fue cobardemente asesinado  en una calle rosarina en 1916. Por eso hoy este programa tiene sabor a paz desde la profecía, de anuncio, de esa paz que no es la del cementerio sino que es la paz de la vida. Quiere ser un abrazo a todos los que desde el Evangelio, desde un encuentro personal con Cristo vivo han luchado y luchan por la justicia, por la verdad, por la solidaridad, por construir puentes a pesar de sufrir injusticias, atropellos, calumnias, difamaciones, dolor, muerte.

 

La otra gran celebración, como no decirles, el próximo miércoles 25 de junio es la fiesta de María Reina de la paz de Medjugorje. La Madre Reina de la Paz de Medjugorje que inspiró también esta Radio María en el mundo entero, la familia mundial desde Medjugorje, aldea croata en Bosnia – Segovina, al lado de Croacia, en la ex Yugoslavia, allí María desde hace ya veintiséis años nos está transmitiendo su mensaje, su palabra, que nos invita a la paz, a la confianza, al abandono, a la entrega en las manos del Padre Dios. Hablaremos de esto también.

 

Comenzamos, como lo hacemos cada sábado, invocando al Espíritu Santo de Dios para que se derrame sobre ustedes allí donde se encuentren, especialmente los que están débiles, los que se sienten enfermos, los que están muy enojados, muy resentidos, muy revelados todavía, muy cerrados, muy golpeados, para que la paz se derrame en cada hogar, en cada corazón, en cada matrimonio, en cada joven, en cada adulto, en cada anciano. Invocamos entonces al Espíritu Santo.

 

 

Oración Inicial


 Espíritu Santo, nosotros creemos que vos sos el Don de Cristo al mundo, fruto de su Cruz. Ya que el mundo pertenece a Cristo nosotros creemos que sos el Amor paciente e invencible de Dios que vigila al ser humano y lo conduce. Nosotros creemos que sos el orden, la bondad, la perfección del ser humano. Que sos su belleza interior, profunda. Espíritu Santo nosotros creemos en vos. Nosotros creemos que nos has sido dado para que comprendamos nuestro pecado y para purificarnos. Nosotros creemos que sos la conciencia crítica del ser humano para salvarlo del mal. Espíritu Santo nosotros creemos en vos. Nosotros creemos que nos has sido dado para sanar nuestro egoísmo. Nosotros creemos que sos el educador de nuestra caridad, el maestro y guía en la caridad de Cristo. Todos juntos digamos: Espíritu Santo nosotros creemos en vos. Nosotros creemos que sos la ayuda, el sostén, la esperanza en todas las desesperaciones del ser humano. Todos juntos: Espíritu Santo nosotros creemos en vos. Nosotros creemos que sos dado para fortalecer nuestros desalientos y confortar nuestras amarguras y desilusiones. Espíritu Santo nosotros creemos en vos y creemos que vos sanas nuestras heridas, nuestras debilidades y desarrollas en nosotros los dones de Dios. Espíritu Santo nosotros creemos en vos. Nosotros creemos que no te desalienta nuestra pobreza sino más bien habitas en ella para transformarla. Espíritu Santo nosotros creemos en vos. Y creemos que sos el amor de Dios que ha trazado la creación, que ha realizado la redención y lleva a su cumplimiento la santificación del ser humano. Creemos que sos el amor de Dios que plasmó con el barro al ser humano, luego lo embelleció con inteligencia y libertad y lo llenó de dones y carismas infinitos y proyectó para el un destino eterno. Espíritu Santo nosotros creemos en vos. Ven Espíritu Santo, ven sobre nosotros. Ven a través de la poderosa intersección del corazón inmaculado de María Reina de la Paz. Amén. María Reina de la Paz ruega por nosotros y por el mundo entero.

 

El Grito de Alcorta

 

El próximo 25 de junio se cumplen justamente 96 años de esta primera huelga agraria del país llamada Grito de Alcorta que da lugar, entre otras cosas, al nacimiento de la Federación Agraria Argentina. Por eso se conoce a Alcorta, en el sur santafesino, como cuna de la emancipación agraria argentina. El tema es un poco largo pero yo quería compartir con ustedes algunas pinceladas.

Eran los últimos días de junio de 1912. Entró en escena el cura párroco de Alcorta, padre José Netri. Después hablaremos de el. Y algunos comerciantes, que anteriormente se habían mostrado remisos en brindarle su apoyo a los chacareros ahora se mostraban abiertos. El padre Netri, desde el púlpito de la iglesia proclamó estar dispuesto a defenderlos. Ya en la Semana Santa de ese año había hablado claro el padre José Netri sobre esta injusticia que se cometía contra los chacareros. Habían perdido dos años las cosechas y tenían que pagarle igual a los arrendatarios con grano seco, bueno, y entero. Ustedes saben que en los campos, lo cuentan los cronistas y hay fotos de la época, los grandes latifundistas en vez de construir casas adecuadas y galpones para guardar el cereal, no invertían dinero en eso y cuando llovía el cereal se arruinaba todo, y cuando eran temporadas de lluvia los pobres agricultores no sabían como guardar el cereal.  Imagínense cuando ya habían fallado las cosechas por dos años seguidos. El 23 de junio de 1912, por la noche, el padre José Netri asistió a la reunión que se realizaba del comité de huelgas en los sótanos de la casa de comercio don Ángel Bujarrabal, un comerciante que apoyó decididamente a los campesinos y no les agregaba cosas a la libreta de crédito como lamentablemente hacían otros comerciantes.  Su presencia provocó la sectaria reacción del anarquista Francisco Capdevila, pero don Ángel terció en la discusión convenciendo al sincero catalán Capdevila, que era anarquista,  que por sobre las diferencias ideológicas y religiosas, se deben apoyar todas las causas justas, y esta lo era. La discusión fue desordenada hasta que finalmente Capdevila se puso de acuerdo con el padre Netri y ambos resolvieron marchar juntos en defensa de los campesinos.  Que interesante el testimonio de esto, porque imagínense ustedes en 1912, en el grito de Alcorta, hay tres corrientes claras, la de los padres Netri, su hermano Francisco y gran cantidad de campesinos católicos, después hay una corriente también de socialistas muy minoritaria y otra corriente de anarquistas que habían venido todos de Europa incluso con experiencia sindical en Europa. Pero qué interesante que todos pudieron ponerse de acuerdo. Y un hecho histórico no solamente en la provincia de Santa Fe sino en la Argentina toda, y escuchen esto, 1912, cuatro días antes de esa reunión mencionada el padre Netri mantuvo una conferencia en la iglesia de Alcorta con sacerdotes de Máximo Paz, Santa Teresa, San José de la Esquina, Arteaga, Álvarez, San Gregorio y San Genaro. Fíjense que  hablamos de distancias que en aquél entonces se cubrían a caballo o en sulqui y estoy hablando, en algunos casos, de al menos 80 o 100 km. Firmaron un significativo manifiesto comprometiendo públicamente su adhesión a la causa campesina. Los nombres de estos sacerdotes están unidos a los de Juan Ignacio Gorriti, Justo María de  Oro, Fray Luís Beltrán, Fray Mamerto Esquiú y por qué no el cura gaucho padre Brochero. El padre Pascual Netri, que era cura párroco en Máximo Paz, un pueblo al lado de Alcorta, a 20 km, en los primeros años de su fecunda vida escribió muchas cuartillas sobre la huelga agraria de Alcorta. Escuchen lo que el escribió: “Nosotros, con mi hermano José, cura párroco de Alcorta, solíamos después de misa, reunir ante el atrio de la iglesia a los chacareros y les aconsejábamos que se rebelaran en contra de las injusticias que padecían por la acción nefasta de los ambiciosos terratenientes. Naturalmente que en nuestra calidad de sacerdotes no podíamos ponernos al frente de un movimiento como el que se inició el 25 de junio de 1912 en Alcorta y que repercutió luego en Bigam, Santa Teresa, Máximo Paz y tantas otras zonas del país, Pergamino, San Nicolás, Rosario, Buenos Aires. Un día mi hermano José y yo resolvimos recomendarles a los chacareros más caracterizados que solicitaran la presencia de mi hermano, el abogado Francisco Netri, que vivía en Rosario, para que los defendiera”. Más adelante, el referido sacerdote agrega: “Consumada la rebelión campesina de 1912 con todas las variadas alternativas, fui acusado de mafioso”, y a esta información también la trae el periódico La tierra de la Federación Agraria Argentina. Dice el padre Pascual Netri: “Me detiene la policía, me trasladan a la jefatura de policía de Rosario, me incomunican, en resumidas cuentas, y a pesar de mi inocencia absoluta, pues el problema de fondo radicaba en mi presencia favorable a los campesinos, ya que se trataba de una vulgar farsa  urdida por políticos y terratenientes, estuve detenido 64 días, 20 de  los cuales los pasé en la iglesia matriz de Rosario y los cuarenta y tantos restantes encerrado en un sucio y frío calabozo de la citada jefatura de policía de Rosario”. Hasta aquí la narración del padre Pascual Netri. A las tres de la tarde del 25 de junio de 1912 comenzó la lucha agraria tal como lo habían propuesto don Ángel Bujarrabal y el padre José Netri. Los chacareros abandonaron el arado de mancera sobre el surco caliente y fértil donde comenzaba a dibujarse la nueva aurora de la liberación agraria Argentina.  Paralizando las tareas del campo los labradores se alzaron colectivamente animados por un mismo sentimiento de justicia social. En sus inflamados pechos palpitaba la convicción que  el 25 de junio de 1912 comenzaba una brega larga y difícil pero que daría sus frutos de redención social. Los agricultores tejían la bandera de sus justas reivindicaciones sociales para entregarlas a las nuevas generaciones que desde 1912 la vienen sosteniendo con un limpio paño libre de manchas. Así mismo la federación agraria Argentina y todas las organizaciones, cooperativas, como ACA, FACA, CONINAGRO, ROSAFE,  y rurales, como la Unión de Productores Argentinos, y tantas otras, continúan en ese surco abierto por los trabajadores de la tierra de Alcorta de aquél lejano 25 de junio de 1912. Esos agricultores, cientos de agricultores, en su mayoría italianos, recordaron el susurro y los ecos de una canción que alguna vez escucharon en el filo de la montaña o junto al mar, en la lejana Liguria genovesa. La noche anterior al 25 de junio los agricultores más decididos, miembros de la comisión de huelga, aprobaron la siguiente resolución: “Realizar una gran asamblea el 25 de junio a las tres de la tarde en el local de la sociedad italiana y declarar allí la huelga general de los agricultores de Alcorta”. Bueno, la historia sigue por supuesto, después vendrían las reivindicaciones pero no sin pocos sufrimientos, y gracias a esa fuerza, ese vigor que puso el doctor Francisco Netri, abogado que después fue asesinado en una oscura calle de Rosario, en 1916, y también gracias a estos sacerdotes como el padre Pascual, el padre José, justamente a quienes queremos rendirles hoy un homenaje, y en la persona de ellos queremos rendirle un homenaje a todos los sacerdotes que en el Nombre de Jesucristo y por el Evangelio se han comprometido y se comprometen por la causa de los más débiles. Y lo digo y lo remarco porque a veces, no se si inconcientemente, algunas corrientes laicistas que recuerdan al grito de Alcorta, han querido como dejar de lado o menoscabar la misión que tuvieron los padres Netri en esta gesta agropecuaria y no es así, porque la intervención del doctor Francisco Netri fue gracias a la mediación de los hermanos sacerdotes, por lo tanto, algunos jóvenes que estudian historia o estudian antropología hacen una visión ideologista de esto y por supuesto laicista, y quieren dejar de lado o minimizar la actuación de los sacerdotes en esa gesta agraria. Y a esto hay que remarcarlo y por eso me alegró cuando el año pasado, en noviembre, la estación Terminal de ómnibus de Alcorta inaugurada lleva el nombre del presbítero José Netri. Y también, así como anoche escuchaba a este historiador de moda, Felipe Piña, que decía que Belgrano se había inspirado en los colores de la bandera en el cielo, cuando bien sabemos, y está registrado incluso históricamente por su hermano, que Manuel Belgrano se había inspirado en los colores de la Virgen de Luján, de la Inmaculada. Más aún, cuando estudiaba en España el era miembro de la cofradía de la Inmaculada  y está registrado que los colores de la bandera argentina son los colores de la Virgen de Lujan, la Inmaculada. También pasa así hoy en día con no pocos que hablan de este grito de Alcorta y quieren minimizar o de alguna manera no tener en cuenta la participación del clero junto al pueblo en este hecho histórico.

Voy a contarles algo de la vida y el testimonio de quien fuera párroco en esta diócesis de Venado Tuerto, fue párroco en Alcorta, terminó su vida en Rufino, el padre José Netri que es un testigo, profeta del siglo XX. Un italiano que como tantos otros vino para acompañar a los inmigrantes para que no quedaran solos, para pastorearlos. Vino con su hermano sacerdote y con su hermano abogado que de alguna manera están muy presentes en la historia de la provincia de Santa Fe.

Les voy a regalar una hermosísima poesía de José Pedroni, el poeta santafesino nacido en Esperanza, primera colonia agrícola del país, muy cerca de Rafaela, que se titula María de Alcorta.

El 25 de junio de 1912 se realizó la anunciada asamblea en el local de la sociedad italiana de Alcorta, hablamos de Alcorta, para los que recién toman la señal, Alcorta es una población importante del sur santafesino, a 100 kilómetros al sur de la ciudad de Rosario donde además tuve la gracia de nacer. Esa asamblea resultó chica porque había gente de todas partes. Hemos visto fotos y se han hecho documentales porque en Alcorta tenemos un museo temático y hay unos documentales preciosos presentados y uno ve una cantidad de caballos y sulquis que habían venido de lejos, Cañada de Gomez, Firmat, Pergamino, San Nicolás, Villa Constitución, Socorro, y además había periodistas del diario La Nación de Buenos Aires, La Capital de Rosario, etc. porque era un hecho fundamental, y el primero en hablar fue el gran dirigente agricultor, que luego se tuvo que exiliar en la provincia de Córdoba y allí murió, don Francisco Bulsani. Su esposa María Robotti de Bulsani fue la inspiradora de aquél hermoso poema de José Pedroni “María de Alcorta”. Este Francisco Bulsani dijo ese día “No hemos podido pagar nuestras deudas y el comercio, salvo algunas excepciones nos niega la libreta. Seguimos ilusionados por una buena cosecha y ella ha llegado pero continuamos en la miseria, apenas si nos alcanza para pagarle al almacenero que nos viene surtiendo todo el año. Esto no puede continuar así. Tenemos que ponerle punto final a tan triste como penosa situación, caso contrario se producirá el éxodo campesino que debemos evitar. Claro, porque los propietarios eran latifundistas y ni siquiera conocían a los colonos que estaban en sus campos porque  a su vez los latifundistas que tenían cuatro, cinco, siete mil hectáreas, los sub arrendaban a otros que eran gente de Rosario, que a su vez los arrendaban de a cincuenta o cien hectáreas a otros colonos que habían venido con sus miserias desde Italia, España, etc. Así es que la situación era de una miseria total. El grito de Alcorta además logró entre otras cosas que en la zona, gradualmente, se comenzase a subdividir la tierra y a venderse parcelas de campo de cincuenta, cien, ciento cincuenta hectáreas y que se mejorase la situación de los colonos. Si esta zona se desarrolló se debe en gran medida a que los latifundios en esta zona casi no existen. Estoy hablando al menos en la zona de Alcorta, Máximo Paz, Firmat, donde hay grandes cantidades de pequeños propietarios.

Yo quería contarles sobre el padre José Netri que fue párroco de Alcorta. El padre José Netri había nacido en Albano de Lucania el 9 de febrero de 1860. Se embarcó para nuestro país junto con sus cinco hermanos, uno de los cuáles, Pascual, también sacerdote, fue cura párroco de Máximo Paz. Otro hermano, Francisco, brillante abogado, fue el alma de la huelga agraria de 1912 y fue asesinado cobardemente cuatro años después. Testimonios de aquella época nos dicen por ejemplo “yo me crié oyendo hablar continuamente a mis padres del padre Netri que era el padre de Alcorta y había bautizado a mis otros cinco hermanos mayores. Era muy amigo de ellos y lo recordaban continuamente”. Decían que era humilde, sencillo, abierto a las necesidades, etc. Y también este sacerdote, cuando participó de esta huelga agraria, tenemos testimonios que dicen que guante la Semana Santa de 1912 el había defendido la causa de los chacareros lo que le valió no pocos sufrimientos e incomprensiones. Por ejemplo en una carta dirigida al obispo, que era en ese entonces el obispo de Santa Fe, el obispo Boneo, ya que la provincia toda era una sola diócesis, escribe el padre Netri el 30 de abril de 1913: “Después de las publicaciones por los diarios, el sumario, levantado por orden de esa curia, a fin de averiguar si realmente era la Semana Santa la Cátedra sagrada se había vuelto tribuna socialista, se comprende que la dignidad del cura ha quedado hondamente herida. El 23 de junio de 1912, por la noche, el padre José Netri asistió a la reunión que realizaba el comité de huelga en los sótanos de la casa de comercio de don Ángel Bujarrabal y cuatro días antes se había reunido con esos sacerdotes y había firmado un significativo manifiesto. En otra carta, el obispo, el 6 de abril de 1913, el padre Netri expresaba con gran dolor: “Por lo que me cuentan los feligreses, y más por lo que me escribe un grupo de sacerdotes de Buenos Aires, se desprende que no se busca solo si yo me he extralimitado en la iglesia favoreciendo la huelga de chacareros sino cualquier pretexto para separarme de la parroquia” y hablando del sacerdote, digitador de parroquia, enviado por el obispo para investigar el tema, escribe: “Cuánto hubiera preferido ser sumariado por un comisario de policía y no ver a un sacerdote compañero desvelarse para encontrarme una falta cualquiera que pueda provocar mi perdición”. Sabiendo que su vida estaba amenazada comenta: “Si algún loco acabara con mi miserable vida se cumplirán mis miserables ambiciones y deseos, una línea más allá de lo que Dios tiene dispuesto, no será”.

Es sin duda un orgullo para nuestra diócesis haber tenido un cura del talante evangélico del padre Netri. El padre Netri se fue de Alcorta, tenía 62 años, fue trasladado primero a un pueblito, después como capellán del hospital en Rufino, bien al sur de la provincia. Tenía 62 años cuando fue trasladado. Quizás como una especie de castigo. ¿Su error cuál fue? Y bueno, haberse comprometido con una causa que era demasiado evidente y justa, haber sido solidario con el pueblo. Las presiones quizás fueron muchas para que fuera retirado de la parroquia, enviado al sur de la provincia. En ese entonces realmente era sur, desierto, Rufino allá en la ruta 7. Después cuando el fallece, a los pocos años, cuentan los testimonios, crónicas, que el tren que lo traía de Rufino y lo llevaba para ser sepultado en Rosario, donde estaban sus hermanos e incluso el abogado fallecido que había sido asesinado, dice que le tren se detuvo en Alcorta y una multitud de gringos silenciosos despidieron los restos del cura y entendieron que en ese paso iba alguien que les había comprendido en lo más hondo del corazón, que había sido expresión de sus sentimientos más agazapados, en silencio despidieron a ese otro gringo que supo comprender el dolor en un momento difícil que vivió el pueblo de Dios. Ese fue el padre José Netri. Nuestro homenaje entonces en estos días previos al 25 de junio donde se celebra el grito de Alcorta, es decir la emancipación agraria argentina que dio lugar, entre otras cosas, al nacimiento de la Federación Agraria Argentina y a todo el movimiento cooperativo agrario de la Argentina: ACA, FACA, ROSAFE, y lo que hoy en día es SANCOR y todo lo demás porque le movimiento cooperativo tiene su fuerza y digámoslo claramente en Alcorta. Yo recuerdo haber estado un tiempo atrás en Mendoza por ejemplo y también en Caroya y recorriendo unas bodegas antiguas, mirando las fotos que están allí veo nada menos que al doctor Francisco Netri que en ese momento era presidente de la Federación Agraria Argentina, 1914, 1915, y el recorrió el país fundando cooperativas, vitivinícolas, agrarias, de consumo, realmente es maravilloso todo lo que nos deja esta gesta agraria que tiene repercusión a nivel nacional e internacional conocida como Grito de Alcorta.

Y como les decía, el poeta también santafesino, de Esperanza, José Pedroni, nos dejó esta hermosa poesía dedicada a la mujer campesina de todos los tiempos, pero especialmente a María Robotti de Bulzani. Dice:

"La Sepultura" se llamaba el campo
de trigo y cielo en que morías.
Porque en él diste a luz el primer grito,
¡loada seas, Maria! Señora, dueña, soberana,
estrella del mar: María.
Y libertad por obra de tu grito,
en todas partes viva. De pagarés en blanco eran tus manos
en tu quehacer de harina.
Tu sueño despeinado en cama impaga,
de luna blanca y fría. Nadie plantaba para nadie un árbol.
Ninguna oveja te era consentida.
Sin cantos, sin balidos, las mujeres
hijos tristes tenían. Hasta que en noche de sudor y tierra,
sola de toda soledad, vacía,
con delantal de llanto entre los dientes,
diste en un grito el día. Bendito tu dolor que incendió el trigo
por un poco de vida,
por un sauce de paz donde peinarte,
por una nueva espiga. Dame tu despertar, durmiente pálida.
Toma mi duda, mi fatiga.
Dame el valor que deja
salir la lenta sangre por la herida. Señora, dueña, soberana,
estrella del mar: Maria.
y paloma por obra de tu grito,
y flor y golondrina.

Este es el poema de José Pedroni a María de Alcorta, en ella a todas las mujeres campesinas, a todas las trabajadoras campesinas de todos los tiempos. Ha sido nuestro homenaje entonces a este nuevo aniversario del grito de Alcorta.

 

María Reina de la Paz

Quiero compartir con ustedes la otra parte del festejo en esta semana de oración por la paz especialmente y es Medjugorje. El próximo 25 de junio se cumple un nuevo aniversario del comienzo de los hechos e Medjugorje, esa aldea de Bosnia-Segóvina, ex Yugoslavia. Todo comenzó el 24 de junio de 1981, sobre las cinco de la tarde, al decirle una niña desconocida de Podvoro a su amiga indicando con el índice “Mira a la Virgen”. En ese momento y desde entonces cada vez con mayor claridad, esas palabras fueron el cauce del río multitudinario de personas que buscaban y buscan allí encontrar Alguien. Y lo digo porque soy uno de los tantos peregrinos a Medjugorje. He acompañado por gracia de Dios diez u once peregrinaciones desde 1996 hasta el año pasado, a diferentes personas de todo el país, y me he encontrado con gente de todo América que peregrinaba para los encuentros Hispanoamericanos. En Medjugorje, como en Lourdes y en Fátima, la Virgen se apareció a unos niños, hoy en su mayoría casados y con hijos, a simples pastorcitos, chicos de la aldea, de ese pueblito perdido de Medjugorje, que significa entre los montes. La noticia corrió por los pueblos de más allá y millones, no para ver a la virgen, no para oír su voz como los chicos videntes sino para estar más cerca del lugar de aparición de la Virgen, para escuchar en ese mismo lugar, con mayor claridad, el mensaje que también dirige a cada uno de nosotros: Paz, Mir, Paz, Paz. María, desde Medjugorje, sigue siendo una pedagoga inigualable que nos conduce al corazón del Padre en Jesucristo a través del abandono y la confianza, la entrega, a través de la oración del corazón, a través de la adoración eucarística, de la meditación diaria de la Palabra de Dios, de la confesión frecuente, del ayuno, de la conversión. Eso es lo que nos pide María. Hay un sin número de testimonios que ciertamente necesitarían no un programa sino diez o doce. Es maravilloso saber que estamos tan cerca de celebrar este 25 de junio a María y recordar uno de los mensajes de ella, justamente del 25 de mayo de 2006 decía: “También hoy los invito a poner en práctica y a vivir los mensajes que les doy, decídanse por la santidad hijos míos y piensen en el paraíso, sólo así tendrán paz en sus corazones, paz que nadie podrá destruir, la paz es el don que Dios les da en la oración. Hijos busquen y trabajen con todas sus fuerzas para que la paz triunfe en sus corazones y en el mundo, gracias por haber respondido a mi llamada”, nos dice María desde Medjugorje y ciertamente al pensar en este mensaje de paz pienso también en las palabras de Mahatma Gandhi: “Yo tengo una convicción profundamente arraigada y es la de que sólo la no violencia puede salvar a la humanidad, la no violencia es el mensaje central de la Biblia tal como yo entiendo ese “dichosos los pacíficos” dicho por Cristo en el Sermón de la montaña. Sé que la no violencia es la enseñanza central del Evangelio si lo comprendí bien”.  Y como leemos en 1Pedro2, “Cristo padeció por nosotros dejándonos un ejemplo para que sigamos sus huellas. El no cometió pecado ni encontraron engaño en su boca cuando le insultaban, no devolvía el insulto, en su pasión no profería amenazas, al contrario, se ponía en manos del que juzga justamente. Cargado con nuestros pecados subió al leño para que, muertos al pecado, vivamos para la justicia. Sus heridas nos han curado”. Cristo Jesús es el primero en poner en práctica esta bienaventuranza: “Dichosos los pacíficos”. Su pacifismo no es un pacifismo muerto y sin sentido sino que es reconciliador, constructor de una auténtica paz y  fraternidad. Te pregunto y me pregunto ¿vivo yo mi lucha por la paz como entrega desinteresada y positiva a favor del ser humano o es un simple sentimiento romántico y pasajero?

 Fíjense lo que San Francisco de Asís en su actualidad maravillosa nos dice:

 “Has de mi un instrumento de tu paz.

Donde haya odio, ponga yo amor.

Donde haya ofensas, ponga yo perdón.

Donde haya discordia, ponga yo armonía.

Donde haya error, ponga yo verdad.

Donde haya duda, ponga yo la fe.

Donde haya desesperación, ponga yo esperanza.

Donde haya tinieblas, ponga yo la luz.

Donde haya tristeza, ponga yo alegría.

Que no me empeñe tanto en ser consolado como en consolar.

En ser comprendido como en comprender.

En ser amado como en amar.

Porque dando se recibe.

Olvidando se encuentra.

Perdonando se es perdonado.

Muriendo se resucita a la vida”.

Por eso tenemos que transformarnos en instrumentos de paz, todos, y todos a través de la conversión del corazón, que es la entrega de la vida al Padre Dios creador en Jesús, por la oración confiada, la oración del corazón, la oración que es siempre presencia del Espíritu Santo, por la conversión sincera a la Palabra, meditando y rumiando y la Palabra, por la adoración Eucarística, la visita al Santísimo, por la confesión frecuente, la comunión frecuente, también por el ayuno, por la austeridad, por la necesaria libertad ante si mismo, ante los demás y ante las cosas. En un mundo vanidoso, consumista, lleno de máscaras, nos invita a la austeridad, a la autenticidad, a esa identidad de sentirse hijo e hija de Dios sin complejos de ninguna índole, sobre todo ante los poderosos de este mundo o lo que a través del cuerpo o del poder económico nos quieren arrollar con esa máquina tragadora de la frivolidad, la superficialidad, de la masificación, de la evasión, del consumismo. Qué importante es esto de vivir la paz como un don empezando desde el Sagrario. Acá dice un mensaje: “Que María Reina de la Paz inunde con su amor el corazón de quienes no s gobiernan y haga renacer la justicia”. Amén.

 

Intenciones para la oración final

 En este momento, a través del Corazón Inmaculado de María, queremos poner todas las intenciones de todos los que han enviado mensajes pidiendo por salud física, espiritual, por dificultades en los matrimonios, en las familias, por abstinencia de drogas, por aquellos que están en la cárcel, también por aquellos que están preparando, participando algún encuentro espiritual, alguna celebración, por aquellos que pueden escuchar también la Palabra de Dios a través de WTN o del Sembrador, también por aquellos muchachos que hoy se ordenan de diáconos en Córdoba. Vamos a pedir la intercesión del Corazón Inmaculado de María sobre nuestros gobernantes, nuestros legisladores, todos aquellos que participan de las decisiones en estos días, que tienen que estar abiertos al diálogo, la gente de la mesa del diálogo, la gente de las cuatro entidades agropecuarias, para que realmente sea un diálogo sincero, abierto, recto, confiado, que redunde en bien para toda nuestra patria, para todos los argentinos, para que se multipliquen los puestos de trabajo, para que lo que el Padre Dios nos regala en esta tierra fértil y maravillosa tenga un valor agregado antes de ser exportado para que pueda haber muchos puestos de trabajo, sobre todo en el Gran Buenos Aires, para que nadie del asistencialismo sino que todos se ganen el pan con el sudo de la frente con un trabajo digno, para que los chicos y los jóvenes vean a sus madres y a sus padres levantarse, ir a trabajar a la mañana y volver a la tarde con alegría, construir su casa, su hogar, su vida, su estudio, con el esfuerzo físico e intelectual del trabajo que es colaboración con Dios Padre Creador en la tarea maravillosa de extender el Reino de Dios. Por eso pedimos la intercesión del Corazón Inmaculado de María, Reina de la Paz. 

Oración Final

María, sos instrumento de la paz, que Jesús manso y humilde proclamó.

Deshoja tu ramo de olivo en el mundo del corazón que busca liberación.

El odio oprime, libera con el amor.

La ofensa cierra, libera con el perdón.

La discordia aísla, libera con la unión.

El error ciega, libera con la verdad.

La duda desorienta, libera con la fe.

La desesperación mata, libera con la esperanza.

Las tinieblas cansan, libera con la luz.

La tristeza destruye, libera con la alegría.

Santa María, que llevemos el consuelo al que sufre.

Que llevemos el consuelo al que está triste aunque vivamos en el dolor, así es tu Reino.

Que llevemos comprensión a los demás aunque no seamos comprendidos, así es tu Reino.

Que llevemos el amor a todo ser humano aunque no nos sepamos queridos, así es tu Reino.

Santa María de la Paz, el Reino de tu hijo es dar, dar siempre, para recibir el don ofrecido.

Es olvido de sí mismo, para encontrarse.

Es perdón, siempre perdón, para ser perdonado.

Y es renuncia, cruz, con alegría.

Paso de muerte para resucitar libres a la vida que no conoce el fin, que no conoce el ocaso.

Madre, Reina de la Paz, yo confío en vos, me entrego a vos.

Por eso escucho tus palabras que me dicen “Confía en mí, reposa en mí, abandónate en mí”.

Madre, yo confío en vos y escucho tus palabras que me dicen: “Si supieras cuánto te amo llorarías de alegría”.

Si supieras cuánto te ama María llorarías de alegría, sí, vos que me estás escuchando. Si supieras cuánto te ama la Madre, con todo el amor del Hijo Jesús, con todo el amor del Padre Dios Creador, con todo el amor del Espíritu Santo. Cómo te ama María, como te abraza María, como te cubre con su manto María Reina de la Paz.

A través de su Corazón Inmaculado pedimos en este momento la bendición sobre cada uno de ustedes.

En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Que realmente puedan tener una semana llena de paz, de esa paz que es fruto de la violencia interior consigo mismo, con el hombre viejo, cómodo, perezoso, egoísta, individualista, quejoso, resentido, malhumorado. Que realmente sea sí para Gloria de Dios.

 

Padre Francisco Rubén Bellante