“La paz es un don, pero hay que abrir el corazón para poder recibirla”, indicó el padre Javier Soteras

jueves, 21 de marzo de 2019
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21/03/2019 – “Cuando el Evangelio no toca la cultura es un barníz”, comenzó diciendo el padre Javier Soteras, Director de Radio María Argentina, al reflexionar en torno a la Exhortación Evangeli Gaudium, sobre el fruto de la paz y el bien común.

La paz se construye día a día, en la instauración de un orden querido por Dios, que comporta una justicia más perfecta entre los hombres. En definitiva, una paz que no surja como fruto del desarrollo integral de todos, tampoco tendrá futuro y siempre será semilla de nuevos conflictos y de variadas formas de violencia. (E.G. 219)

Ante esta primer reflexión que hace el Papa Francisco en torno a la paz, el padre Javier expresó que “Cuando nosotros hablamos de la paz desde nuestra perspectiva la conectamos con los dos momentos claves de Jesús, cuando nace el Señor en Belén, los ángeles del cielo aparecen a los pastores y le dicen: <Gloria a Dios en el cielo y paz a los hombres que ama el Señor>, y en la resurrección Jesús para sacar a los discípulos del escándalo de la cruz el mensaje que les da es <Tengan paz>”.

“La paz es un don, pero hay que abrir el corazón para poder recibirla”, completó el padre Javier.

Un primer principio para avanzar en la construcción de un pueblo es que el tiempo es superior al espacio. Este principio permite trabajar a largo plazo, sin obsesionarse por resultados inmediatos. Ayuda a soportar con paciencia situaciones difíciles y adversas, o los cambios de planes que impone el dinamismo de la realidad. (E.G. 222-223)

Al respecto, el padre Javier Soteras señaló que “El tiempo está puesto en perspectiva, en horizonte, cuando traducimos esto a lo social”.

Por consiguiente, dijo que “La paz es fruto de la justicia social, en una sociedad argentina -ejemplificó- donde tenés el treinta y siete por ciento de la sociedad postergada, debajo de la línea de la pobreza, como un indicador objetivo, no hay paz en la Argentina”. Y agregó “Por eso estamos proponiendo el don de la paz, como un lugar… no solo clamando al cielo sino trabajarlo en nuestra identidad cristiana, católica, para ser promotores de ese don de la paz a partir del propio corazón y de involucrarnos en las estructuras de la sociedad que piden de nosotros una presencia, una perspectiva”, acertó.

Citó al papa Francisco que dice <Ojo, si el espacio come el tiempo estamos en un problema>, es decir, si la urgencia puede más que lo importante -aclaró el sacerdote – estamos en un problema”.

La manera más adecuada de situarse ante el conflicto, es aceptarlo, resolverlo y transformarlo en el eslabón de un nuevo proceso. «¡Felices los que trabajan por la paz!». De este modo, se hace posible desarrollar una comunión en las diferencias, que sólo pueden facilitar esas grandes personas que se animan a ir más allá de la superficie conflictiva y miran a los demás en su dignidad más profunda. (E.G. 227-228)

En este sentido, expresó que “Hay que leer la realidad para construir desde la paz, porque es un problema el no dejar que la realidad nos hable”. Y ejemplificó diciendo que “Si vos como educador social, político, sociólogo, pensás que con tu idea vas a cambiar las cosas, estás en un problema”, indicó.

Refiriéndose a construir la paz desde la vida y la fe indicó que “Hay que saber vivir reconciliadamente con los propios fracasos, con las cosas no alcanzadas e insistir en la oración”, concluyó el padre Javier Soteras.