18/06/2020 Estamos en el el Capítulo 5 de la Encíclica Laudato Si’ del Papa Francisco acerca del Cuidado de la Casa Común y el punto con el que comenzamos esta edición dice:
“La política no debe someterse a la economía y ésta no debe someterse a los dictámenes y al paradigma eficientista de la tecnocracia. Hoy, pensando en el bien común, necesitamos imperiosamente que la política y la economía, en diálogo, se coloquen decididamente al servicio de la vida, especialmente de la vida humana” (LS 189)
Sobre este texto, el padre Javier Soteras dijo: “Todo lo que hace a la administración de lo público en relación al sistema económico vigente, deben tener por delante el bien común, y éste ha de velar en primer lugar por el valor principal: el de la vida”.
“La salvación de los bancos a toda costa, haciendo pagar el precio a la población, reafirma un dominio de las finanzas que sólo podrá generar nuevas crisis después de una costosa y aparente curación. Lo que no se afronta es el problema de la economía real, la que hace posible que se diversifique y mejore la producción, que las pequeñas y medianas empresas se desarrollen y creen empleo” (LS 189)
El padre Javier, sobre este punto comentó: “Debe ponerse en diálogo la relación y poner límites entre todos los Estados globales al mundo de las finanzas que están en manos de algunos pocos privados que articulan con el conjunto del mundo global poderoso en los Estados para manipular y determinar algunas acciones que terminan yendo en contra de la totalidad y a favor de unos pocos. El problema no está en la economía sino en las finanzas”.
Avanzando en la lectura del documento, nos detuvimos en el punto 190 donde dice el Papa Francisco:
“Hay que recordar que la protección ambiental no puede asegurarse sólo en base al cálculo financiero de costos y beneficios. Conviene evitar una concepción mágica del mercado, que tiende a pensar que los problemas se resuelven sólo con el crecimiento de los beneficios de las empresas o de los individuos. ¿Es realista esperar que quien se obsesiona por el máximo beneficio se detenga a pensar en los efectos ambientales que dejará? Dentro del esquema del rédito no se considera seriamente el valor real de las cosas, su significado para las personas y las culturas, los intereses y necesidades de los pobres” (LS 190)
Sobre este apartado, el padre Javier remarcó que “el análisis que hay que hacer de inversiones, en lo que hace al uso de los recursos naturales (además de medir los beneficios que trae por costo en la tarea), hay que cotejarlo todo en relación al recurso del medio ambiente, el cuál está llamado a ser sustentable”, señaló.
Agregó, también que el mal uso de los recursos naturales que ha generado la humanidad ya no volverá (por ejemplo, las especies extinguidas).
“Algunos reaccionan acusando de pretender detener el progreso y el desarrollo. Pero desacelerar un determinado ritmo de producción y consumo puede dar lugar a otro modo de desarrollo. Los esfuerzos para un uso sostenible de los recursos no son un gasto inútil, sino una inversión que podrá ofrecer otros beneficios económicos”. (LS 191)
Sobre este párrafo, el padre Javier sostuvo que el mundo -con la situación actual del COVID-19-, se paró: “¿A dónde vamos? y ¿cómo será el nuevo desarrollo? Seguramente con una finanza más controlada desde los Estados y de una participación mucho más grande de los pueblos en el desarrollo y en la autodeterminación, por una política que sea verdaderamente de cooperación y no de una pseudo participación ejercida detrás de la tecnocracia política, donde esa participación no es real, es ficticia y está marcada por el marketing”.
Finalmente, el padre Javier dijo que hasta que no haya un cambio en todo esto, difícilmente vamos a encontrar la forma de poner las cosas en su lugar y en orden con una verdadera participación de la ciudadanía en la que involucre a todos por igual.
Te invitamos a escuchar el programa completo y a compartirlo en tus redes sociales.
Podcast: Reproducir en una nueva ventana | Descargar | Incrustar
Suscríbete: RSS