La profesión de fe de Pedro

lunes, 10 de agosto de 2009
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Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos:  “¿Qué dice la gente sobre el Hijo del hombre?.  ¿Quién dicen que es?”. Ellos le respondieron:  “Unos dicen que es Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías o alguno de los profetas”.  “Y ustedes”, les preguntó, “¿quién dicen que soy?”.  Tomando la palabra, Simón Pedro respondió:  “Tú eres el Mesías, el hijo de Dios vivo”.  Y Jesús le dijo:  “Feliz de ti, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en el cielo.  Y yo te digo:  Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder de la Muerte no prevalecerá contra ella.  Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos.  Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo”.

Mateo 16, 13 – 19

Pedro y Pablo fueron dos hombres distintos por su origen y por su educación y por eso nosotros a estas columnas de la iglesia a las que vamos a describir sencillamente ahora las descubrimos como débiles y sólidas al mismo tiempo.

Débiles columnas sólidas de la iglesia, Pedro y Pablo

Pedro pescador de las orillas del lago de Galilea, creado en un ambiente sencillo, rural. Pablo, por el contrario, fuerte en su educación, en la ciudad de Tarso, recibió la formación judaica fuerte y pudo entrar en contacto con culturas diversas en su tiempo, sobre todo la griega, con toda la influencia que tenía sobre aquel contexto tan particularmente de vida cultural fuerte en la que creció. Pedro lo descubrió a Jesús cuando se subió a su barca de predicador. Allí el Señor le reveló su condición de pescador, pero de hombres.

Cuando le dijo después de una noche sin conseguir nada de pesca, subido a la barca Jesús, métete mar adentro Simón, y allí lo constituye ante el milagro de una pesca que jamás Pedro había visto tan prodigiosamente, ocurría que tuvo que llamar a compa&n