Normal 0 21
false false false
MicrosoftInternetExplorer4
st1:*{behavior:url(#ieooui) }
/* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:”Tabla normal”; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:””; mso-padding-alt:0cm 5.4pt 0cm 5.4pt; mso-para-margin:0cm; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:”Times New Roman”; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;}
“Una familia había emprendido viaje hacia su tierra natal. Se habían ido a la gran ciudad en busca de trabajo.
-Che, papá, ¿cuánto falta para llegar? Estoy cansada-Se quejó la hija de nueve años.
-Pero, hija, hace veinte minutos que salimos de casa y el viaje dura tres horas aproximadamente.
La esposa vociferó:
-Encima con el calor que hace podríamos haber salido más temprano, José. Aunque la verdad, con el sueño que tenía, dudo que nos hubiéramos levantado.
Cuando ya llevaban una hora y media de viaje, la hija dijo:
-Papá, ¿esta batata no puede ir más rápido? y el viaje ya me aburrió, por favor, y encima ir a un pueblo que no conozco casi nadie. Chau, no da.
-Bueno, hija, de vez en cuando tenemos que ir a visitar a los abuelos. Uy, no, falta po