La sangre

lunes, 2 de abril de 2012
image_pdfimage_print

En la antigua cultura semita, había un concepto animista de la sangre. Es decir, se consideraba que en la sangre estaba el “alma”, el “principio animador” de los seres vivientes. Por esto, encontramos diversos tipos de rituales que se hacen empleando sangre, ya que se considera que la sangre es eficaz, es poderosa. Este es el antecedente del ritual que se hacía con la sangre del cordero pascual marcando las casas (Ex 12). La práctica se corresponde con sacrificios que hacían los pastores nómades al llegar la primavera, pintando los tientos de sus carpas con sangre de animales para ahuyentar los malos espíritus.

 

El poder de la vida que se manifiesta en la sangre, hace que ésta llegue a ser un tabú: algo sagrado que, por la fuerza misteriosa que lleva, se convierte en sagrado e intocable. De allí las prohibición de entrar en contacto con la sangre y las reparaciones que se exigían en caso de cometer tal impureza (Lv 12; Lv 15,19-30)

 

GUÍA DE LECTURA ORANTE

“Esta es mi sangre de la Alianza”

 

PARTIMOS DE LA VIDA

Reflexionamos sobre nuestro contacto cotidiano y vital con la sangre. Puede ser la experiencia de haber donado sangre, de sufrir anemia, de la sangre del parto…

 

LECTURA: QUÉ DICE EL TEXTO

 

Proclamamos:  Ex 24, 1-11

“1 El Señor dijo a Moisés: “Sube a encontrarte con el Señor en compañía de Aarón, Nadab y Abihú, y de setenta de los ancianos de Israel, y permanezcan postrados a distancia. 2 Tú serás el único que te acercarás al Señor. Que los demás no se acerquen y que el pueblo no suba contigo”.

3 Moisés fue a comunicar al pueblo todas las palabras y prescripciones del Señor, y el pueblo respondió a una sola voz: “Estamos decididos a poner en práctica todas las palabras que ha dicho el Señor”. 4 Moisés consignó por escrito las palabras del Señor, y a la mañana siguiente, bien temprano, levantó un altar al pie de la montaña y erigió doce piedras en representación de las doce tribus de Israel. 5 Después designó a un grupo de jóvenes israelitas, y ellos ofrecieron holocaustos e inmolaron terneros al Señor, en sacrificio de comunión. 6 Moisés tomó la mitad de la sangre, la puso en unos recipientes, y derramó la otra mitad sobre el altar. 7 Luego tomó el documento de la alianza y lo leyó delante del pueblo, el cual exclamó: “Estamos resueltos a poner en práctica y a obedecer todo lo que el Señor ha dicho”. 8 Entonces Moisés tomó la sangre y roció con ella al pueblo, diciendo: “Esta es la sangre de la alianza que ahora el Señor hace con ustedes, según lo establecido en estas cláusulas”.

9 Luego Moisés subió en compañía de Aarón, Nadab, Abihú y de setenta de los ancianos, 10 y ellos vieron al Dios de Israel. A sus pies había algo así como una plataforma de lapislázuli, resplandeciente como el mismo cielo. 11 y el Señor no extendió su mano contra esos privilegiados de Israel: ellos vieron a Dios, comieron y bebieron.”

 

* Releemos el texto y comentamos nuestras impresiones.

* Identificamos a todos los actores. ¿Qué hacen? ¿ Qué dicen?

* ¿Qué función cumple la sangre?

* ¿Qué evocaciones nos trae la palabra “alianza” tanto desde nuestra propia vida como desde la Biblia?

Otros textos:

* La vida está en la sangre: Gn 9,4-6; Lv 17,11-14; Dt 12,23-25

* La sangre del cordero: Ex 12,1-8; 12,21-23

* Las palabras de la Alianza: Ex 19,3-8

* La sangre del perdón: Lv 16,15-19

* El vino del tiempo final: Am 9,13; Is 25,6

Las palabras de Jesús

Mt 26, 26-29

26 Mientras comían, Jesús tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: «Tomen y coman, esto es mi Cuerpo». 27 Después tomó una copa, dio gracias y se la entregó, diciendo: «Beban todos de ella,28 porque esta es mi Sangre, la Sangre de la Alianza, que se derrama por muchos para la remisión de los pecados.29 Les aseguro que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta el día en que beba con ustedes el vino nuevo en el Reino de mi Padre».

Jesús recupera y resignifica:

* El vino-sangre de Alianza.

* La sangre que alcanza el perdón.

* El vino de fiesta, el que beberemos con Jesús en el Reino.

Más textos sobre la vid, las viñas y el vino click aquí

Jesús, Cordero Pascual, derrama su sangre desde la cruz: Jn 19, 31,37

MEDITACIÓN: QUÉ NOS DICE EL TEXTO

* La Alianza es con todo un pueblo, no es individualista, es comunitaria…

*  El sacrificio de Jesús fue el último y definitivo, Dios no quiere más víctimas…

* Jesús nos hace una  “transfusión de sangre”, de su sangre… vida, fuerza, energía, poder…

*  Expresamos en nuestra vida que estamos marcados con la sangre de Jesús, llevamos sus colores…

 

Subsidio

La copa de vino, símbolo y signo de su sangre derramada por muchos, se asocia a la vid, las viñas, las uvas, el proceso del vino y su sentido festivo y relacional para los humanos. Es un símbolo de la vida para la vida  sin connotaciones agresivas y violentas desde la perspectiva de Jesús como agente y sujeto.

Pero es igualmente asociada a la sangre que produce la violencia y que lo muestra paciente (=pasivo) ante la violencia de un sistema que no ha tolerado los subversivos significados que él propone para la humanidad. La sangre limpia, a partir de Jesús, ya no se puede atribuir a la sangre derramada en los actos de violencia. Pero es necesario que nos cuidemos de asociar esta simbolización de la sangre a las víctimas, puesto que si en algún modo Jesús se solidariza con ellas, no lo hace en forma pasiva y resignada. Todo su ministerio ha sido una lucha activa e incruenta, creativa  y arriesgada, contra diferentes tipos de violencia legitimados a diversos niveles.

Jesús tiene en sus manos su vida, cuerpo y sangre, como la ha tenido hasta ese momento. Y Jesús vuelve a darla concientemente porque la ha estado entregando día a día.

Mercedes Navarro Puerto, Para comprender el cuerpo de la mujer,

Ed. Verbo Divino, Navarra, 1996, pág. 174

ORACIÓN y COMPROMISO: QUÉ LE DECIMOS A DIOS

¡ Brindamos por la vida! ¡Lejayim!     

CONTEMPLACIÓN: GUSTAMOS LA BONDAD DE DIOS

 Es el fruto de la lectura orante en el Espíritu Santo, que nos lleva al encuentro con Cristo, Palabra divina y viviente.