31/08/2022 – En el espacio sobre las virtudes marianas, el padre Juan Ignacio Liebana acercó el testimonio de la hermana Guadalupe de las clarisas de Moreno, en el Gran Buenos Aires. El diálogo con esta religiosa contemplativa giró en torno a la forma de vida dada por san Francisco de Asís a santa Clara, entre otras cosas. “Mi nombre religioso es María de Guadalupe de Jesús y tengo 26, casi 27 años de consagración. Somos una comunidad conocida como las hermanas pobres de Santa Clara de Asís. Contemplación es estar en el templo con alguien, el templo somos nosotros y el que nos habita es Dios”, resaltó. “El nombre Isabel significa “casa de Dios” y muestra esta santa que el templo físico y consagrado es una forma de vivir la fe”, agregó la hermana Guadalupe. “A la mañana tenemos una hora de adoración en el templo, cada una hace la oración como le es más cómodo. Como tradición en las clarisas todas las hermanas nos llamamos María”, dijo.
“Nos llegan muchas cosas por las cuales rezar, la gente nos acercan sus intenciones. El anuncio del nacimiento de Jesús, en Lucas en el capítulo 1, en los versículos 26 al 55, en su comienzo dice: “En el sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María”. También este pasaje toma el momento de la visitación de María a su prima Isabel. En este capítulo de Lucas vemos realmente a María como el modelo de la contemplación cristiana. La Virgen es una gran compañera para quienes quieren crecer en la fe”, manifestó la consagrada.