Las cabras

martes, 17 de julio de 2012
 

La cabra siempre ha sido apreciada en los países con extensiones de tierra poco fértiles porque se acomoda a los alimentos más variados y su agilidad le permite el acceso a los lugares más escabrosos.

La carne y la leche servían como alimento, y el cuero, para hacer los famosos odres.

La raza de las cabras evocadas en la Biblia está dotada de un largo pelo sedoso. Según la tradición, la tienda que coronaba la Morada, el santuario del desierto, estaba hecha de tela muy flexible y resistente proporcionado por el pelo de cabra (Ex 26,7). En el Asia Menor, este tejido resistente era llamado “cilicio”. Se utilizaba para confeccionar las carpas para los viajes y peregrinaciones. San Pablo tenía el oficio de tejedor de carpas (Hech 18,1-3).

 

En cuanto al simbolismo, el chivo o macho cabrío encarna los atributos de la fuerza masculina. Al vivir en lugares altos y escarpados, y poder moverse cómodamente por ellos, remite a la idea de superioridad.

 

Para los griegos, y posteriormente para los romanos, el chivo era la encarnación de la lujuria, al punto que el dios Pan, famoso por esa característica, era descripto con cuartos traseros de cabra. Del mismo modo se representaba a los sátiros, semidioses compañeros de Pan y de Baco.

 

El macho cabrío es, en la Biblia, un animal ambiguo. El salvaje tiene mala reputación. La palabra hebrea que lo designa significa a la vez macho cabrío y demonio. La “ley de santidad” del Levítico habla del macho cabrío como ídolo (Lv 17,7; la traducción puede usar la palabra “sátiro”). La prostitución ritual formaba parte de este culto. Se afirmaba también que el macho cabrío, animal o demonio, frecuentaba las ruinas (Is 13,21; 34,14).

 

EL CHIVO EXPIATORIO O CHIVO EMISARIO

 

Entre los diversos sacrificios que se realizaban en el Antiguo Israel, tiene especial significado el correspondiente al Día de la Expiación, en que se usaban dos machos cabríos en un sacrificio expiatorio.

Expiar es reparar un crimen o culpa por medio de un castigo o sacrificio.

El ritual que debía hacer el Sumo Sacerdote en el día de la Expiación está detallado en Levítico cap. 16.

 

1 El Señor habló a Moisés después de la muerte de los dos hijos de Aarón, que murieron al presentarse delante del Señor. 2 Él le dijo:

Ordena a tu hermano Aarón que no entre en cualquier momento en la parte del Santuario que está detrás del velo, frente a la tapa que cubre el Arca. De lo contrario morirá, porque yo me aparezco en la nube, sobre la tapa del Arca. 3 Él deberá entrar en el Santuario solamente de esta manera: con un novillo para un sacrificio por el pecado y con un carnero para un holocausto. 4 Además, tendrá que estar vestido con la túnica sagrada de lino y cubierto con pantalones de lino; se ceñirá con la faja de lino y llevará puesto el turbante de lino. Estas son vestiduras sagradas, que él se pondrá después de haberse bañado con agua.

5 Aarón recibirá de la comunidad de los israelitas dos chivos para un sacrificio por el pecado y un carnero para un holocausto. 6 Él ofrecerá su propio novillo como sacrificio por el pecado, y practicará el rito de expiación por sí mismo y por su familia. 7 Luego tomará los dos chivos y los presentará delante del Señor, a la entrada de la Carpa del Encuentro. 8 En seguida echará las suertes sobre los dos chivos: una suerte para el Señor y la otra para Azazel. 9 Presentará el chivo que la suerte haya destinado al Señor, y lo ofrecerá como sacrificio por el pecado. 10 En cuanto al chivo destinado por la suerte a Azazel, será puesto vivo delante del Señor, a fin de enviarlo al desierto para Azazel.

11 Aarón ofrecerá su propio novillo como sacrificio por el pecado y practicará el rito de expiación por sí mismo y por su familia. Lo inmolará, 12 y después tomará un incensario lleno de brasas extraídas del altar que está delante del Señor, y dos puñados de incienso aromático pulverizado. Llevará todo esto detrás del velo, 13 y pondrá el incienso sobre el fuego delante del Señor, de manera que la nube de incienso envuelva la tapa que está encima del Arca del Testimonio. Así no morirá. 14 Después tomará la sangre del novillo y rociará con el dedo la parte delantera de la tapa, hacia el este; y delante de la tapa, hará con el dedo siete aspersiones de sangre. 15 En seguida inmolará el chivo para el sacrificio por el pecado del pueblo y llevará su sangre detrás del velo. Allí hará con ella lo mismo que hizo con la sangre del novillo: hará las aspersiones sobre la tapa y delante de ella.

16 Así practicará el rito de expiación por el Santuario, para purificarlo de las impurezas y transgresiones de los israelitas, cualesquiera sean sus pecados. Y lo mismo hará con la Carpa del Encuentro, que habita con ellos en medio de sus impurezas. 17 Cuando Aarón entre en el Santuario para realizar allí el rito de expiación, nadie deberá estar en la Carpa del Encuentro, hasta que él salga.

Después de practicar el rito de expiación por sí mismo, por su familia y por toda la asamblea de Israel, 18 Aarón saldrá hasta el altar que está delante del Señor para realizar el rito de expiación por ese altar: tomará sangre del novillo y del chivo, y la pondrá sobre cada uno de los cuernos del altar; 19 luego hará con el dedo siete aspersiones de sangre sobre el altar, y así lo purificará de las impurezas de los israelitas, y lo santificará.

20 Cuando haya terminado de practicar el rito de expiación por el Santuario, por la Carpa del Encuentro y por el altar, presentará el chivo que todavía está vivo. 21 Aarón impondrá sus dos manos sobre la cabeza del animal y confesará sobre él todas las iniquidades y transgresiones de los israelitas, cualesquiera sean los pecados que hayan cometido, cargándolas sobre la cabeza del chivo. Entonces lo enviará al desierto por medio de un hombre designado para ello. 22 El chivo llevará sobre sí, hacia una región inaccesible, todas las iniquidades que ellos hayan cometido; y el animal será soltado en el desierto.

23 Aarón entrará en la Carpa del Encuentro, se despojará de las vestiduras de lino que se había puesto cuando entró en el Santuario, y las dejará allí. 24 Luego se lavará con agua en el recinto sagrado y se volverá a poner sus vestiduras. En seguida saldrá para ofrecer su holocausto y el holocausto del pueblo, y para practicar el rito de expiación por sí mismo y por el pueblo. 25 Las partes grasosas de la víctima del sacrificio por el pecado, las hará arder sobre el altar.

26 El hombre encargado de soltar el chivo para Azazel deberá lavar su ropa y bañarse con agua; después podrá entrar de nuevo en el campamento.

27 El novillo del sacrificio por el pecado y el chivo del sacrificio por el pecado –cuya sangre fue introducida en el Santuario para el rito de expiación– serán sacados fuera del campamento, y su cuero, su carne y sus excrementos serán consumidos por el fuego. 28 La persona que los queme deberá lavar su ropa y bañarse con agua; después podrá entrar de nuevo en el campamento.

29 Este será para ustedes un decreto válido para siempre:

El décimo día del séptimo mes ustedes ayunarán y se abstendrán de hacer cualquier clase de trabajo, tanto el nativo como el extranjero que resida entre ustedes. 30 Porque ese día se practicará el rito de expiación en favor de ustedes, a fin de purificarlos de todos sus pecados. Así quedarán puros delante del Señor. 31 Ese será para ustedes un día de reposo absoluto, en el que deberán ayunar. Se trata de un decreto válido para siempre. 32 El sacerdote que haya sido consagrado por la unción e investido para ejercer el sacerdocio como sucesor de su padre, realizará el rito de expiación: se pondrá las vestiduras de lino –las vestiduras sagradas– 33 y realizará el rito de expiación por la parte más santa del Santuario, por la Carpa del Encuentro y por el altar. Lo mismo hará por los sacerdotes y por todos los miembros de la asamblea.

34 Este será para ustedes un decreto válido para siempre: una vez al año se realizará el rito de expiación en favor de los israelitas, por todos sus pecados.

Y Moisés hizo lo que el Señor le había ordenado.

 

 

“Es posible que Azazel haya sido una divinidad del desierto, símbolo de la nada y del caos. El rito mismo está cargado de simbolismo: ese “chivo emisario” (de este relativo viene nuestra expresión) no es ofrecido a Azazel, en la forma presente del texto, sino que es soltado en el desierto. Significa que los pecados son “sacados” del hábitat de la comunidad; el sentido de purificación es claro, aunque no sea propiamente un “sacrificio” como lo es en el caso del novillo y del chivo destinados a Yavé (ambos son inmolados y se opera con su sangre). Con los tres, con todo, se hace la expiación, que es el tema de la ordenanza.

El sentido de expiación es nítido en este ritual, y no hace falta buscar interpretaciones recónditas. Tampoco es correcto el sentido de víctima sustitutiva que se da al chivo “para Azazel”. No sustituye a nadie en el castigo por los pecados. Su única función es la de “llevar” los pecados a un lugar alejado, inhabitado por la comunidad. No es una víctima.

Según la teoría del sacrificio expuesta por R. Girard y que estuvo de moda en la década del 70, la interpretación del “chivo emisario” o “chivo expiatorio” sería la siguiente:

Una manera de regular la violencia originaria es el mecanismo de la víctima. Los antagonistas se concentran contra uno, lo matan, y así se apaciguan. La víctima juega un doble papel: es la responsable de alguna culpa (por eso es perseguida, expulsada o matada) y de la reconciliación. Maldita y bendita al mismo tiempo.”

(Severino Croatto, Los lenguajes de la experiencia religiosa, Ed. Docencia)

 

EL DÍA DEL PERDON: YOM KIPPUR

 

El día de la expiación se continúa celebrando en el judaísmo actual como día del Perdón. Ya no se hace ningún tipo de ritual con animales; es un día consagrado enteramente a la reflexión y oración, de ayuno total. El ayuno tiene el sentido de desprendimiento de lo terrenal, fortalecemiento de la voluntad sobre los apetitos materiales y  solidaridad con quienes sufren hambre y sed.

En la sinagoga no se lee Lev 16, sino Dt 29-30: “Te pongo delante vida o muerte, bendición o maldición; elige la vida”. Se lee también Is 57,14 – 58,14: “El ayuno que yo quiero es desatar los lazos de maldad…”.

 

Enseñanzas de los sabios judíos sobre Yom Kippur:

Así es, Yom Kippur te limpiará solamente de pecados cometidos contra el Señor (irreverencia, negligencia en la oración, obligaciones del culto); pero pecados cometidos contra un ser humano no se absuelven el día del perdón, a menos que trates de corregir el mal que has hecho.

Comparemos esta enseñanza con las palabras de Jesús en Mt 5,21-24

 

Rabbí Akiba dijo: “Tú, sí eres feliz, Israel. ¿Ante quién te purificas? ¿Quién te purifica? ¡Tu Padre que está en el cielo! Así como está escrito (Ezequiel 36:25): "Y rociaré agua pura sobre vosotros y seréis puros… " Y está escrito (Jeremías 14:8): "Di-s (HaShem) es la Mikveh de Israel. Al igual que la Mikveh purifica al impuro, del mismo modo Di-s purifica a Israel".
Mishná Yoma 8:9 (85b)

 

 

LA SANGRE DE LOS CHIVOS Y EL SACRIFICIO DE JESÚS

 

11 Cristo, en cambio, ha venido como Sumo Sacerdote de los bienes futuros. Él, a través de una Morada más excelente y perfecta que la antigua –no construida por manos humanas, es decir, no de este mundo creado– 12 entró de una vez por todas en el Santuario, no por la sangre de chivos y terneros, sino por su propia sangre, obteniéndonos así una redención eterna. 13 Porque si la sangre de chivos y toros y la ceniza de ternera, con que se rocía a los que están contaminados por el pecado, los santifica, obteniéndoles la pureza externa, 14 ¡cuánto más la sangre de Cristo, que por obra del Espíritu eterno se ofreció sin mancha a Dios, purificará nuestra conciencia de las obras que llevan a la muerte, para permitirnos tributar culto al Dios viviente! (Hebreos 9, 11-14)