06/05/2020 – El Padre Alejandro Puiggari nos acompaña en un nuevo ciclo: “Sinodalidad y solidaridad”, donde a través del ejemplo de diversos personajes de la Biblia, rescatamos el mensaje misionero y de envío que ellos tienen para cada uno de nosotros. En esta oportunidad dialogamos sobre San Pablo y sus cuarentenas.
Primera cuarentena: Damasco En el capítulo 9 de los Hechos de los Apóstoles aparece el episodio de la vocación de San Pablo en el camino de Damasco. El texto dice que San Pablo tiene que ser llevado de la mano porque no tenía fuerzas. “Se le vinieron abajo todas sus seguridades, una experiencia muy fuerte de vulnerabilidad. Tuvo que quedar esperando. La primera pista que nos da San Pablo para esta cuarentena es que el buen Dios nos sacude, se nos caen ciertas seguridades y nos quedamos esperando, ¿sabemos nosotros esperar?”.
Segunda cuarentena: Jerusalén En la cuarentena no estamos llamados a estar solos, no debemos aislarnos. Cuando San Pablo estaba en esta situación de vulnerabilidad, Dios envió a Ananías para que le impusiera las manos. “Que importante es el arte de acompañar en esta cuarentena. Ananías sabe decirle a San Pablo lo que necesita. En los Hechos de los Apóstoles nos narra también que San Pablo toma contacto con la comunidad de Jerusalén, allí se encuentra con la cuarentena de la desconfianza, porque en Jerusalén sus habitantes le tenían miedo, pensaban que era una estrategia para seguir “cazando cristianos”. Allí aparece Bernabé, se hace cargo de Pablo y lo presenta a los Apóstoles para que confiaran en él. Esta cuarentena es una ocasión de dejarnos ayudar.”
Tercera cuarentena: Galacia “En la carta a los Gálatas, San Pablo nos cuenta que se tomó tres años de descanso. También hay experiencias que hay que dejarlas decantar. Pablo buscó en el desierto una ocasión propicia para dejar decantar en el corazón lo vivido hasta allí, para que tenga hondura, para que podamos echar raíces. Por eso es necesario dejar que Dios actúe en nosotros en este tiempo de cuarentena.”
Cuarta cuarentena: la prisión “Pablo escribió una hermosa carta en prisión: a los Filipenses. Esta es la carta que más menciona el Papa Francisco, porque es la carta de la alegría. Pablo aquí reconoce con mucha gratitud a la comunidad y exhorta a la unidad. A Pablo le han quitado la libertad física, pero no le han quitado la alegría. Que hoy nadie ni nada nos quite la alegría.”
No te pierdas de escuchar la entrevista completa en la barra de audio debajo del título.
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