Las hierbas (Los yuyos)

jueves, 16 de febrero de 2012
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Ya se conocían en la antigüedad las propiedades terapéuticas de muchas plantas. Con esa sabiduría milenaria el ser humano aprovechó las virtudes de distintas hierbas para curar catarros, aliviar dolores estomacales, calmar los nervios, y muchas otras prácticas sanadoras. Es por eso que las 

hierbas medicinales son un símbolo de la salud eterna que viviremos en el Reino, donde se manifestará toda la abundancia de vida que Dios tiene para regalarnos:

 

A orillas del torrente, a una y otra margen, crecerán toda clase de árboles frutales cuyo follaje no se marchitará y cuyos frutos no se agotarán; producirán todos los meses frutos nuevos, porque esta agua viene del santuario. Sus frutos servirán de alimento y sus hojas de medicina. (Ez 47,12)

 

Luego me mostró el río de agua de vida, brillante como el cristal, que brotaba del trono de Dios y del Cordero. En medio de la plaza, a una y otra margen del río, hay árboles de Vida, que dan fruto doce veces, una vez cada mes, y sus hojas sirven de medicina para las gentes. (Ap 22,1-2)

 

 

Las hierbas amargas:

Están indicadas para celebrar la comida de la Pascua judía (Pesaj), acompañando el cordero y los panes ácimos. Son las verduras de hoja verde rústicas, que crecen sin intervención humana. Se supone que la prescripción bíblica se refiere a la centaurea (parecida a nuestro diente de león). Hoy en día, la consigna de comer hierbas amargas se puede cumplir usando radicheta, achicoria, escarola o incluso lechuga. La verdura amarga de Pesaj se llama en hebreo  “maror”.

 

“Y esa misma noche comerán la carne asada al fuego, con panes sin levadura y verduras amargas”(Ex 12,8).

 

Estas hierbas amargas recuerdan la amargura de Egipto dejada atrás, de la cual Dios los libró.

 

“Los egipcios redujeron a cruel servidumbre a los israelitas, y les amargaron la vida con trabajos extenuantes: la preparación de la arcilla y los ladrillos, toda clase de labores del campo y toda clase de servidumbre que les imponían por crueldad” (Ex 1,13-14).

 

 

Hierbas aromáticas:

 

En el ritual de Pascua se menciona el hisopo, una hierba muy similar al orégano.

 

Moisés convocó a todos los ancianos de Israel y les dijo: “Vayan a buscar un animal del ganado menor para cada familia e inmolen la víctima pascual. Luego tomen un manojo de plantas de hisopo, mójenlo en la sangre recogida en un recipiente y marquen con la sangre el dintel y los dos postes de las puertas; y que ninguno de ustedes salga de su casa hasta la mañana siguiente.” (Ex 12,21-22)

 

Es probable que el Evangelio según San Juan quiera hacer una referencia al sacrificio pascual de Jesús al relatar este detalle:

 

Después, sabiendo que ya todo estaba cumplido, y para que la Escritura se cumpliera hasta el final, Jesús dijo:

“Tengo sed”.

Había allí un recipiente lleno de vinagre; empaparon en él una esponja, la ataron a una rama de hisopo y se la acercaron a la boca. Después de beber el vinagre Jesús dijo: “Todo se ha cumplido”. E inclinando la cabeza, entregó su espíritu. (Jn 19,28-29)

 

 

La Biblia menciona la menta, el anís, el hinojo y el comino. Estas plantas se encontraban en forma silvestre, pero también se podían cultivar, como menciona el profeta Isaías:

 

¿Acaso el que ara para sembrar

se pasa todo el día arando,

abriendo surcos y rastrillando su terreno?

Una vez igualada la superficie,

¿no siembra el hinojo y esparce el comino,

planta el trigo en hileras,

la cebada en el lugar señalado

y la espelta en sus linderos?

El que le enseña estas reglas,

el que lo instruye, es su Dios. (Is 28,24-26)

 

 

Como todo cultivo, estos también estaban gravados con el impuesto del diezmo:

 

¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que pagan el diezmo de la menta, del anís y del comino, y descuidan lo más importante de la Ley: la justicia, la misericordia y la fe! (Mt 23,23).

 

El aloe vera:  Ct 4,14-14; Sal 45,8; Jn 19,39

La canela o cinamomo: Ap 18,13ss