Las obras de misericordia espirituales

martes, 16 de marzo de 2021

16/03/2021 –  En el ciclo “Renacer a la esperanza”, el abogado y escritor Carlos Barrio reflexionó sobe las obras de misericordia espirituales. “Estas obras de misericordia son un programa de fe y de vida para acercarte al prójimo. Al hablar de la limosma, las catorce obras  de misericordia son una invitación a actuar en favor del hermano”, dijo. “Enseñar al que no sabe. Esta obra espiritual no significa enseñar al otro desde arriba, sino que tengo que estar abierto a recibir enseñanza. Y esta obra cobra más importancia por la necesidad de la educación en medio de la pandemia. Tenemos que pensar que podemos aportar a la educación hoy, ayudar a dar conectividad a quien no tiene”, indicó Carlos.

Dar buen consejo al que lo necesita. Por ejemplo, quienes elaborar publicidades pueden tomar esta obra para crecer en valores, para que haya un beneficio social de la actividad. “Hagamos que el trabajo sea una oración ininterrumpida.”, decía el empresario Enrique Shaw. Qué bueno que haya buenos mentores, personas con experiencia que aconsejan a otros a tomar decisiones correctas. Y qué bueno los sacerdotes que hacen acompañamiento espiritual”, sostuvo el especialista.

Corregir al que se equivoca. Cuando vas por un camino equivocado y alguien te corrige, también es muy bueno. Abordar una persona y darle una corrección es difícil, pero muy necesario hoy. Jesús lo dijo en el evangelio de  Mateo, en el capítulo 18. Allí dice: “Si tu hermano peca, repréndelo a solas entre los dos. Si te hace caso, has salvado a tu hermano. Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo el asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos. Si no les hace caso, díselo a la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la comunidad, considéralo como un pagano o un publicano. Les aseguro que todo lo que aten en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desaten en la tierra quedará desatado en el cielo. Les aseguro, además, que si dos de ustedes se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, se lo dará mi Padre del cielo”. Esto también es bueno tenerlo en cuenta”, resaltó Barrio.

Consolar al triste. Durante el año 208, el gobierno del Reino Unido creó un ministerio de la soledad porque tienen 9 millones de personas que viven solas. Eso habla de un estado que toma en cuenta la dimensión de este problema. Es estar atento al que está solo y triste. Se requiere tener un oído atento a lo que está pasando. Como dice el papa Francisco, vivimos en una sociedad del descarte”, agregó. “Perdonar las ofensas. Es una obra olvidada, que preferimos omitir. Es como dice san Pablo, hacemos el mal que no queremos. En el trabajo esto puede ser muy actual, en lo vincular esto de las ofensas tiene mucha actualidad. Tenemos que pedir perdón, ser cordiales con los demás, escuchar más a los otros, ser menos vehementes”, señaló.

Sufrir con paciencia las flaquezas del prójimo. Esta obra es valiosísima, es ver el lado luminoso de las personas, no siempre el lado oscuro. No tenemos que arrojar la primera piedra, porque eso se transforma en un bumeran después”, manifestó el referente de la comunidad de  de Schoenstatt. “Rezar por vivos y muertos. Es descubrir la comunión de los santos, es dejar espacio a Dios y que actúe su gracia. Es entregarse al Señor, darle todo, confiar en Él. Eso es entregar las cosas y la vida como regalo de amor”, afirmó.

Y finalmente, compartió esta bella oración:

Señor, enséñame a aprender a recibir

y descubrir la verdad que otros llevan,

y sentarme a compartirla.

Que sea campo fértil para gestar nueva vida.

Aconséjame Señor, abre mi corazón

para acoger tu palabra y entregarla a quienes la necesiten.

Corrígeme cuando la niebla me confunda

y cuando crea que debo indicar algo,

lo haga en voz baja y mirando a los ojos.

Consuela mis tristezas.

No me dejes caer al vacío en la noche oscura.

Que lleve tu voz de canto de pájaros jóvenes que amanecen,

invitándonos a la alegría del día que despierta.

Perdona mi tibieza de tantas noches frías,

de las veces que pasé de largo,

ocultándome al dolor que pedía mis manos y mi tiempo.

Ayúdame a perdonarme con ternura y brazos abiertos.

Que suelte las piedras y deje el rencor

de quienes me ignoran y descartan.

Llévame a las alturas, en donde todo se comprende

y es posible sobrellevar nuestras flaquezas y egoísmos.

Únenos Señor en oración, como María,

esperando confiados que amanezca

y tu rocío fecunde un nuevo día.

Amén.