Las transformaciones estéticas y la “locura” por no envejecer

lunes, 22 de noviembre de 2021
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22/11/2021 – Cada tanto nos encontramos en los medios de comunicación con noticias que hablan sobre cómo luce tal o cual actriz, tal o cual actor, en referencia a singularidades o detalles de su imagen o de su cuerpo: que tal o cual “tiene canas”, o arrugas, o que está excedida o excedido de peso, o que está “muy desarreglado”, un eufemismo que suele esconder verdaderos ataques discriminatorios por edad o por salud.

Pareciera que en algunos ámbitos (como el espectáculo, la moda, los medios, entre otros) no se puede envejecer, está “prohibido” tener arrugas, canas, ojeras o cualquier cosa que haga evidente lo que el paso del tiempo provoca en los seres humanos. Y esto que se da en el ámbito mediático se ha ido trasladando a toda la sociedad global, que exige a las personas sacrificios, esfuerzos e inversiones económicas en cirugías estéticas, inyecciones, implantes, etcétera, que no hacen más que retardar un poco lo que el tiempo siempre termina por poner en evidencia: que tenemos una vida que pasa, que tenemos que cuidar nuestra salud que es un regalo de Dios, pero que crecer, madurar, envejecer es parte natural de la vida, y lo que viene con eso también es natural y plenamente humano, aunque no quede bien en cámara, en una foto o en la imagen que queremos dar de nosotros mismos.

En diálogo con Radio María, Mariana Loiácono, médica especialista en medicina interna y en medicina estética personalizada, dijo que cada vez que llega a su consultorio una persona que le pide una cirugía estética ella le pregunta: “¿Te querés operar para parecerte más a lo que vos querés o a lo que otros quieren?”

Coincidió en que hay una fuerte presión social, profundizada por las redes sociales, por una belleza que no es natural, dijo. Y respondió “sí”, cuando le preguntamos si estábamos ante una “pandemia de cirugías estéticas”. “Vienen al consultorio chicas de 14 o 15 años a pedir implantes mamarios o cirugía de labios por cuestiones estéticas, o como regalo de 15 de sus padres. La belleza es otra cosa”, dijo la profesional.

Por su parte, Sol Rodríguez Maiztegui, comunicadora, especializada en temáticas de los adultos mayores, creadora del “Club de la Porota”, atenta siempre a acompañar y a reflexionar con los adultos mayores, dijo que ve cada vez más gente que, fortalecida interiormente, deja de lado las imposiciones de la moda o de la cultura, como teñirse las canas, por ejemplo, y comprende que la belleza importante es la del interior, la que no se consigue en la peluquería o en la sala de cirugía estética.