“Latimos con corazón misionero”: la tarea de la IAM en Argentina

viernes, 31 de octubre de 2025

31/10/2025 – La Infancia y Adolescencia Misionera (IAM) es una Obra Misional Pontificia presente en todo el territorio argentino y en los cinco continentes. Nacida en 1843 por iniciativa de monseñor Forbin-Janson, su misión es formar a niños y adolescentes con espíritu solidario, fraterno y profundamente unido a Jesús y a la Iglesia.

Siempre es una oportunidad poder compartir el carisma y sobre todo el amor por la misión”, afirmó Daniela Oliva, Secretaria Nacional de la IAM en Argentina, al compartir la esencia de este camino que acompaña a los más pequeños desde los cuatro años de edad y hasta entrada la juventud.

La IAM trabaja con grupos pequeños, ideales de doce integrantes, simbolizando a los doce amigos de Jesús. Cada encuentro tiene un método pedagógico propio llamado Escuela con Jesús, que incluye catequesis, espiritualidad, proyección misionera y comunión misionera. Allí, los niños laten al ritmo del corazón misionero, describió Daniela, formándose para vivir la fe y transmitirla a otros desde el juego, la oración, el servicio y la amistad.

El objetivo central es claro: niños que acompañan a otros niños, adolescentes que acompañan a adolescentes. Así, los más pequeños aprenden a amar a Jesús y al prójimo mientras descubren la alegría de la misión. Las acciones concretas van desde acompañar a ancianos, visitar niños internados o colaborar en actividades parroquiales, hasta sostener proyectos solidarios internacionales. «Cada una de las edades tiene su propia riqueza para poder trabajar y forjar la palabra de Dios. El Evangelio siempre está presente. Su vida se hace evangelio«, resumió Daniela.

Otro de los rasgos distintivos de la IAM es su identidad misionera expresada en signos visibles y gestos propios. Sus colores son el amarillo y el blanco, los mismos de la bandera papal, «colores vivos que representan la unión tan íntima con el Santo Padre y con la sede en Roma», explicó Daniela. Asimismo, el saludo misionero —extendiendo la mano derecha y abriendo los cinco dedos, con la expresión “De los niños del mundo, siempre amigos”—— recuerda la fraternidad universal que une a todos los grupos de IAM más allá de las fronteras.

Con pasión misionera, cercanía y compromiso, la IAM sigue despertando corazones jóvenes para que, en cada rincón del país, niños y adolescentes puedan ser testigos del Evangelio y sembradores de esperanza.

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