Levantemos la cabeza, se acerca la liberación

viernes, 14 de enero de 2011
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Evangelio según San Lucas 1,57-66.
Cuando llegó el tiempo en que Isabel debía ser madre, dio a luz un hijo.
Al enterarse sus vecinos y parientes de la gran misericordia con que Dios la había tratado, se alegraban con ella.
A los ocho días, se reunieron para circuncidar al niño, y querían llamarlo Zacarías, como su padre;
pero la madre dijo: "No, debe llamarse Juan".
Ellos le decían: "No hay nadie en tu familia que lleve ese nombre".
Entonces preguntaron por señas al padre qué nombre quería que le pusieran.
Este pidió una pizarra y escribió: "Su nombre es Juan". Todos quedaron admirados.
Y en ese mismo momento, Zacarías recuperó el habla y comenzó a alabar a Dios.
Este acontecimiento produjo una gran impresión entre la gente de los alrededores, y se lo comentaba en toda la región montañosa de Judea.
Todos los que se enteraron guardaban este recuerdo en su corazón y se decían: "¿Qué llegará a ser este niño?". Porque la mano del Señor estaba con él.

 

Sencillamente, levantemos la cabeza.
Hoy casi al final de las celebraciones del Adviento habría que destacar las Palabras que vienen proclamadas en el salmo 24 de la liturgia del día de hoy: levántense. Alcen la cabeza, se acerca su liberación Así nos invita Dios a asumir una actitud esperanzada, mariana, en el corazón Jesús quiere sembrarnos su Palabra, El y su mensaje, una actitud frente a la vida que nos permita mirar hacia adelante. Estas Palabras producirían una enorme alegría si las sintieran como dirigidas a todos los que están atrapados por la depresión. Si estás en ese lugar el Señor te lo dice: levantá la cabeza, la mirada, levántense, alzá la cabeza se acerca el tiempo de tu liberación, o los que no levantan la cabeza en la vida familiar. Por eso de las circunstancias de la vida de la familia difícil, tantas veces en marañadas en los vínculos. Levantemos la cabeza y miremos hacia el lugar donde está la salida. No nos quedemos enredados en lo que no nos ha hecho bien hasta ahora. Levántense, alcen la cabeza, se acerca el camino de la liberación, el lugar de la salida. También para las personas que no encuentran un lugar por dignificar su vida por el trabajo. Levantá la cabeza. Dios viene a dignificar tu vida y a decirte que en medio de la depresión laboral y la falta de sentido de tu pertenencia al mundo de hoy El vuelve a regalarte la dignidad de hijo. En el Evangelio que estamos compartiendoch se narra el nacimiento de Juan, el hijo de Isabel y Zacarías Ellos después de muchos años de esterilidad alzaron la cabeza, sintieron que la liberación´de Dios llegaba a ellos. De hecho al niño no le pusieron de nombre Zacarías como al padre sino Juan es decir Dios ha tenido compasión. Solo cuando Zacarías reconoce el poder de Dios vence su mudez y rompe a hablar.cia la experi Cada vez que la liturgia nos propone éstas historias de esterilidad, fecundidad, inyecta en nosotros una dosis de esperanza. A nosotros nos suele costar  medirnos con la esterilidad- La experiencia la experimentamos a pasos. Lo que nos cuesta es creer que Dios sigue siendo fuente de fecundidad que supera nuestras expectativas. La situación de esterilidad hace que la persona que pasa por esa circunstancia de infecundidad no tenga expectativas de vida, como que la vida se le achica y el corazón también se arruga. Dios nos invita a superar nuestras esterilidades. Es decir a superar las circunstancias donde la vida se nos ha acurrucado, achicado, encerrado, no se expande, no crece, no fecunda. Si la fe consistiera simplemente en ajustar nuestro futuro a diminutas previsiones y posibilidades entonces no merecería uno embarcarse en la aventura de creer. Sería una forma más de entretener un tiempo que nos sobra por todas partes. La fe nos pone de cara a lo mejor que está por venir y en ese sentido llena de expectativas nuestra vida, hace la vida una larga vida, la prolonga, la expande, la fecunda, la revitaliza. La Palabra de Dios nos invita hoy a ponernos de pie, a fiarnos de Dios. A vivir el tiempo presente confiando en que las sendas de Dios son misericordia, fidelidad, lealtad. Tenemos que contarnos unos a otros las historias de Isabeles y Zacarías que nos rodean. Esta sería una hermosa preparación para celebrar éste año la Navidad. Has oído de álguien que haya experimentado la compasión de Dios en medio de su prueba? Vos mismo no has tenido la sensación de que te ahogabas y te has abierto con más fe que nunca a Dios a partir de esa presencia de misericordia y compasión con la que te visitó? Esa memoria puede ayudarte a levantar l
a cabeza. Hacia donde Dios nos invita a levantar la cabeza?
Los paisanos se preguntaban acerca de Juan que había nacido ¿ que será de éste niño? Así dice el Evangelio de hoy. El misterio planea, sobrevuela slobre toda cuna, todo nacimiento de un
 hombre o una mujer y la pregunta nace en el mismo momento que nace el niño o niña ¿ cual será el proyecto que va poder plasmar en su vida? ¿ que posibilidades tendrá en la vida? ¿ que riesg
os va encontrar en su camino? Será un santo, será un criminal?
Juan Bautista anuncia otro nacimiento. Este niño Juan ha nacido para hablar de otro nacimiento, del renacer de todo con ese nacimiento, de vuelta al estado original gracias a éste nacimiento. De vuelta a la inocencia que se había perdido por el don de éste nacimiento. Este niño nace para anunciar un nuevo nacimiento de la humanidad. Ese es el sentido de su nacer. En realidad Juan nos muestra el porqué del nacimiento suyo está en relación al que viene a nacer con mayúsculas, a la Navidad, al nacimiento y al florecer de la primavera después de, como dice el Cantar de los Cantares, ha pasado el invierno. Es del que habla de la llegada del sol que se abre en medio de la noche, que deja atrás la oscuridad y que viene a iluminarlo todo. El sentido de la vida nos muestra la pregunta instalada sobre Juan y el sentido que tendrá y la respuesta que hay a la pregunta el sentido de éste que ha nacido nos pone de cara al misterio de la vida desde ese lugar. Estamos llamados a ser lo mejor si conectamos con ese nacimiento que está por ocurrir después del nacimiento de Juan con éste que está por ocurrir mañana a la noche. Lo que va a nacer de nuestra vida en positivo,  de lo mejor que nos puede ocurrir si está vinculado al nacimiento del que viene entonces la pregunta  encontrará la respuesta. Los vecinos y la familia de Isabel supieron de la gran misericordia que Dios le había hecho y se alegraban con ella. Juan, que quiere decir Dios ha tenido compasión, es el nombre que mejor le cabe a éste niño que ha nacido porque el es el signo de la compasión que Dios ha tenido con Isabel, Zacarías, con el y con nosotros porque el sentido de su nacimiento estáon un vinculado a aquel otro nacimiento, al que mañana vamos a celebrar. El habla desde su nombre de aquello que viene y que le da sentido a su nombre y a su nacer. Dios ha tenido compasión y de ésta compasión, padecer con , que Dios nos regala es donde nosotros podemos animarnos consolados, fortalecidos, esperanzados, alegres aunque marcados por el dolor y el sufrimiento animarnos a mirar lejos, mirar entre las sombras, lo que está escondido. La posibilidad que tenemos de vincularnos a lo que viene con una actitud esperanzada de la mano del sentido del niño Juan que ha nacido. Compasión de Dios, capacidad de Dios de hacerse a lo nuestro y de invitarnos a hacernos como El
Juan es su nombre ha dicho su madre y Zacarías
Para un judío el nombre es todo un símbolo. Significa el rol, la función, la identidad. La raíz de la palabra Juan, significa Dios da gratuitamente, es compasivo, Dios salva. Decididamente éstas páginas aparentemente infantiles están llenas de Teología, de sentido. Lucas al escribirlas se sirve de todo el desarrollo doctrinal que en aquel tiempo estaba ya precisado. Dios salva por Gracia. Dios se regala, se nos regala. Esta tesis de la Epístola de Pablo a los Romanas estaba ya escrita cuando se redactaron los Evangelios. Todo el mundo se asombró, dice la Palabra, el esperado acuerdo entre Zacarías mudo e Isabel asombra a los asistentes. Este nombre poco corriente sorprende. Nadie en tu familia lleva éste nombre. Es que hay una nueva familia que se está gestando y el sentido de la identidad de la Sagrada Familia tiene que ver con esto: la gratuidad. Dios que se regala por pura compasión y el niño trae el pan bajo el brazo. Ese sentido y es allí donde el Evangelio nos invita a levantar la mirada, a la gratuidad de Dios, en la ofrenda de Dios, la entrega de El y la increíble manera de aparecer y manifestarse, de decir Aquí estoy, al Padre, para hacer tu voluntad y a nosotros para servir todo por un sentido: el del amor. El nos regala el modo de ubicar la mirada. Que hermoso poder levantar la mirada, sacarnos la mochila que nos pesa demasiado para esperar en el don de Dios. Esperemos en el don de gratuidad con el que el Señor se nos ofrece
Zacarías e Isabel en su esterilidad le ponen nombre al hijo que ha nacido no identificándolo con la figura del padre que era toda una tradición en Israel sino según lo que Dios tenía preparado para el niño en función del plan de Dios y lo que ello significaba también el proceso del camino que acercaba a Jesús. Entonces el nombre es gratuidad, compasión. Por eso también puede ayudarnos a la hora de levantar la mirada junto a Zacarías e Isabel y ver un poquito más allá de lo que los datos de la realidad todos los días nos dicen. Tratar de entender que nombre le pone Dios al tiempo que venos odemdrá. Y como se descubre esto? A partir del discernimiento que hacemos del tiempo que estamos viviendo y comparándolo como entendemos que Dios quiere que lo vivamos. Es decir cuando miramos nuestra frágil vida, cuando tenemos conciencia de todas las posibilidades que tenemos y a donde nos encontramos. Allí en esa distancia entre lo que soy y lo que estoy llamado a ser aparece Dios anunciando un hombre nuevo para mi propia historia. Entonces puede ser que me dure el año que viene el nombre. Mi nombre será desafío, el tuyo esperanza, el tuyo será alegría porque estás triste, será compromiso porque para pasar de ser habitante a ser ciudadano, será profecía porque en los tiempos difíciles que se viven en el mundo y la Iglesia tu voz, tu palabra, tu mensaje como eco de la palabra y la voz de Dios está esperando ser proclamado en el mundo. Podemos estar en estos días recibiendo un nombre que trae el que le pone nombre a todo como se lo pusieron a Juan. Es Jesús que le está poniendo un nombre distinto a nuestro camino y eso es lo que nos invita a levantar la mirada. Levantemos la mirada para esperar al que viene a darnos vida nueva

                                                                                                              Padre Javier Soteras