Llamados a madurar

viernes, 14 de diciembre de 2018
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14/12/18 – Jesús plantea en el Evangelio de hoy, la inmadurez del pueblo, que muestra un cierto grado de inconformidad frente a la vida en sí misma. El Señor quiere despejar de nosotros ese espíritu y regalarnos la gracia de la conformidad al querer del Padre: esa es su misión y la queremos recibir.

Catequesis en un minuto

¿Con quién puedo comparar a esta generación? Se parece a esos muchachos que, sentados en la plaza, gritan a los otros:
‘¡Les tocamos la flauta, y ustedes no bailaron! ¡Entonamos cantos fúnebres, y no lloraron!’.
Porque llegó Juan, que no come ni bebe, y ustedes dicen: ‘¡Ha perdido la cabeza!’.
Llegó el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: ‘Es un glotón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores’. Pero la Sabiduría ha quedado justificada por sus obras.

Mt 11,16-19

El capricho es un encierro sobre sí mismo, es una incapacidad de vincularse con la realidad de una manera cordial.

Hay aspectos de nuestra vida que están reclamando hace un tiempo dar un paso adelante olvidándonos de lo que fue diría Pablo: me animo ir hacia delante, he sido alcanzado por Cristo busco alcanzarlo. Una personalidad madura logra integrar la inteligencia a la caridad y a la caridad la hace de una manera inteligente. Su persona está integrada en plenitud.

Catequesis completa